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HOMBRE DE AYER Y DE HOY

Muchos eran sus recuerdos, pero los menos numerosos habían hecho más flotantes las nociones del tiempo. Evocaba con alegría, hasta hace poco tiempo, todos los momentos preciosos vividos durante su infancia, adolescencia y juventud.
Los días de lluvia en la escuela primaria, los juegos de mesa, las tareas agregadas, las pinturas en el pizarrón. El estudio en grupo en la escuela secundaria, los encuentros en fines de semana en casa de alguno de sus compañeros (su padre no permitía que vinieran a reunirse a su casa porque trabajaba todo el día y cuando llegaba a su hogar quería descansar). Durante su juventud las salidas con su amada, a festivales de música folklórica y regional, cines y restaurantes.
Pero hoy día ya no recuerda nada preciso que pueda prolongar el pasado y cambiar de valor al ser que tiene ante sus ojos cuando se mira al espejo.
Errores y aciertos que escinden una misma vida entre el hombre que fue y su presente.
¿Será el Alzhéimer que tocó a su puerta y él lo dejó pasar?

Imagen: R. E. Ch.

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