Cuando sientas 
que no puedes seguir adelante.
Cuando parezca que todo 
lo que haces sale mal.
Cuando tus fuerzas flaqueen.
no te entregues.
Cuando los golpes duelan
no pienses en derrotas. 
Cuando sientas que no das más,  
afirma tu fe y busca a Dios.
Él tomará tu mano, diciéndote:
– Afírmate en mí y no sueltes mi mano,
te llevaré adelante y no habrá nadie contra nosotros. 

Autor: Miguel Márquez

Imagen de la red.