CAMPOS AMARILLOS
Despierta el sol con cálidas caricias
al campo de girasoles maduros,
susurrando con su lenguaje mudo
pintando de dorado en danza que abanica.Con su fulgor, en cada rincón terreno,
cubre el horizonte tranquilo y sereno.
Un manto celeste que nunca se cansa
el brillo del sol se extiende y avanza.El calor se mezcla con los girasoles
pintando una estampa con brisa de verano
y se funde con los colores de otras flores
bajo el cielo cálido, celeste y calmo.Malania
Imagen: Propia