A LAS CINCO
Me acurruqué junto a ti,
sin ti,
antes del alba
a las cinco de la mañana.
Me levanté,
no te vi
pero te sentí;
estabas conmigo.
Y así
con tu compañía,
en vuelo de palabras,
humeantes
como el café
de tantas mañanas,
me quedé dormida
en el umbral
de mis deseos,
sin presenciar
tu regreso
y tu partida.Malania
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