• Poemas

    APRENDÍ

    A ser libre. Pero…
    ¿Qué es sentirse libre?
    Es poder valerse por uno mismo,
    tomar decisiones sin consultar,
    no estar pendiente del “qué dirán”.
    Cuando lo entendí:
    Aprendí a quererme más
    para así querer a los demás.
    A desprenderme de los prejuicios
    para así no juzgar.
    Me sentí libre cuando aprendí a soltar
    a dejar ir, a no retener a nadie.
    A no aferrarme a personas,
    tampoco a un lugar.
    A confiar pero también
    a desconfiar,
    atendiendo a mi sexto sentido.
    Mi interior no me engaña
    y mi intuición raramente falla.
    A brindar ayuda antes que pedir.
    A sentir que lo mío vale
    tanto o más que lo de los demás.
    Que no hace falta tener mucho
    para ser feliz.
    A dar valor a lo que poseo
    y a no ser extremadamente exigente.
    Aprendí a escuchar
    la música de mi interior,
    a escribir sin reparo
    de si al otro le gustará,
    si a mí me agrada lo que hago
    desde mi autenticidad.
    El ruido de mis pensamientos
    ya no me aturden,
    simplemente me hacen
    discernir en qué es importante
    en el camino a seguir,
    en lo poco o mucho
    que me queda por vivir.
    Aprendí a disfrutar el día a día,
    a observar el firmamento
    buscando figuras
    en lo alto del cielo.
    A no hacerme problema
    por aquello que tiene solución
    y tampoco por lo que no tiene.
    Que todo se acomoda.
    A soñar despierta
    aunque eso me cause risa.
    Y a tomar conciencia de que
    “no hay mal que dure cien años”.

    Malania

    Imagen: Gentileza de Gerardo S. V.