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ÁRBOLES CAÍDOS

Catalina, cansada del ruido de la gran ciudad, decidió un destino diferente para pasar los días de sus vacaciones.  Preparó su maleta con pocas ropas, y los elementos personales, solo lo necesario como para no tener que cargar peso. Su artrosis no le permitía abuzar de sus fuerzas, que por suerte, gracias a Dios y al universo, se encontraba muy bien.
Mientras caminaba, pensaba en todo lo que podría realizar en esos días, aunque era consciente de que mucho no podía planificar porque las veces que lo hacía a largo plazo, nunca lo lograba tal como quería. Prefirió entonces concentrarse en ese día, ya que pronto llegaría a destino.
Ya en el lugar, acomodó sus cosas, comió el sándwich, bebió jugo de naranja y salió a pasear por el sendero que la llevaba hacia el arroyo.
A pocos pasos de la morada, se encontró con un árbol derribado por la tormenta, que hacía pocos días había hecho estragos en varios lugares de la zona.
No sé bien por qué, pero tengo una especial atención y un sentimiento nostálgico hacia los árboles caídos –pensó. Cada vez que veo uno derrumbado por el hombre, pienso en lo que habrá sido en vida. Por suerte, ahora existe una ley que exige solicitar permiso para talar bosques, sobre todo si son nativos. Y cuando veo un árbol seco que se ha caído a causa de algún efecto climático, opino,  que si no obstruye el paso de la gente, se lo debería dejar ahí mismo donde cayó.
¿Quedaría algo así como parte de un jardín que expone el ayer y el hoy, la vida y la muerte?
Hay jardines en el mundo que exponen este tipo de ejemplares, árboles de pié y otros caídos en forma natural.
Hay árboles que crecen derechos y otros que crecen torcidos. Pero todos ellos tienen su belleza propia. Además son útiles, los que crecen erguidos muchas veces se los utiliza en la industria maderera para fabricar casas, puentes, muebles, etc. En cambio los que crecen torcidos se pueden utilizar como ornamentales o según el lugar donde han crecido, son talados para hacer leña para cocinar, hornear pan y calentar el hogar.

Malania

Imagen: M. J. T.  

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