Poesía

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    PROFUNDAS HUELLAS


    Las huellas sobre la arena quedan,
    en la quietud del amanecer,
    marcando el paso del viento
    que en la lejanía se pierde,
    como un suspiro lejano e intenso.

    El mar, profundo y vasto,
    rompe con su voz de espuma
    susurrando olvidados secretos,
    mientras las huellas, lineales y efímeras,
    se desvanecen con el viento.

    Han quedado huellas profundas,
    tanto como el amor que se esconde
    bajo la piel del tiempo, en la arena,
    donde el sol se alza con fuerza,
    y el amanecer despierta.

    Malania

    Imagen propia

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    UN CARDENAL

    Miguitas que sobran del pan,
    no las arroja a la basura,
    las guarda en una bolsita
    para dárselas al cardenal.

    Él la visita a diario
    y a veces trae a su compañera
    y como en agradecimiento,
    con su canto, el día le alegra.

    Ya se le hizo costumbre
    esperarlo a la misma hora
    y él sin miedo alguno
    muy tranquilo se le acerca.

    Picotea las miguitas
    y también algunas hormigas,
    gusanitos y otros bichitos
    que le sirven de comida.

    Hoy como todos los días
    con su rojo vivo de copete
    la visitó el cardenal
    y ella le ofreció un banquete.

    Malania

    Imagen: Noe G.

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    ARENA ARDIENTE

    ¿Estás allí?
    Hoy haré de rocas, granizos,
    para endurecer mi mente,
    que no inflame tu frente
    y no invada tu ventana.
    Para verte en las mañanas,
    descansado en tu silencio,
    con sabor dulce y aliento
    de un aire lleno de vida,
    pensando en alguna parida
    con tus manos plasmarás.
    A través de atlánticas aguas,
    y granas de arena ardiente,
    tú, despejarás la mente,
    yo apaciguaré las llamas.

    Malania

    Imagen: propia

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    PLÁTANOS EN HILERA

    Árboles plantados en hilera,
    como soldados erguidos sin fusiles,
    con ramas extendidas en silencio,
    una fila que parece eterna.

    Camina el hombre sobre las hojas secas,
    que crujen bajo sus pies,
    haciendo  eco en el viento,
    que anuncia el paso del tiempo.

    Los plátanos, con su sombra quebrada,
    le ofrecen su alfombra dorada,
    y al llegar ante ellos,
    los árboles le hacen venia,
    como si reconocieran
    el peso del alma que los observa.

    El hombre avanza, sin prisa,
    y la tierra, humedecida por el rocío,
    se despide suavemente del otoño
    para dar paso a próximos retoños.

    Malania

    Imagen propia.

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    RECUERDOS DE DESPEDIDA

    Hoy ha vuelto a recordar
    cuánto quiso a ese hombre.

    Recordó su despedida
    cuando se fue, ese triste día,
    se alejó en silencio.
    Él no quiso hablar.
    Él ya no lo quería
    y ella sufría
    por tanto amor que sentía.

    Yo sé cuánto lo quiso,
    sé cuánto lo amó,
    y solamente yo sé
    cuánto lo lloró.

    Cuando pasa por lugares
    que con él caminó
    le vuelven los recuerdos
    de su querer y su amor.

    Olvidarlo no ha podido,
    olvidarlo no podrá.

    Malania

    Imagen propia

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    ROSAS AL AMANECER

    En el silencio del alba, al despertar,
    un ramo de rosas me vino a iluminar.
    Sus pétalos rosados, suaves y finos,
    hablan del cariño en largos caminos.

    Cada flor, un suspiro de tu ser,
    una caricia que llega sin entender,
    y en su fragancia siento tu amor,
    te agradezco en cada susurro, en cada flor.

    Gracias por el gesto que llena mi alma,
    por regalarme este instante de calma,
    al alba, cuando el sol apenas se asoma,
    mi corazón late, agradecido y te honra.

    Malania

    Imagen: Gentileza de Ernesto Rucho

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    ANDALUZA

    Soy miembro del Grupo “El vuelo del Fénix la esencia del arte”
    Su administradora, Milagros Ríos, ha publicado el siguiente texto y esta hermosa poesía. Me identifico con sus palabras por eso comparto en este sitio.


    “Entre las letras de mi sentir, se despliegan emociones como aves en vuelo, danzando en el sutil cielo de la vida. Cada palabra es un susurro del alma, un destello de alegría o una sombra de tristeza que dibuja un retrato profundo de lo humano. Escribiendo momentos, encuentro la esencia de nuestra existencia, donde cada rayo de sol y cada lágrima se entrelazan en una danza sublime, convirtiéndose en los versos de una poesía interminable.

    La alegría, esa chispa que ilumina nuestros días, se manifiesta en las risas compartidas, en los abrazos que calman las tempestades internas. Es en esos instantes fugaces, donde el tiempo se detiene, que capturo la magia de lo cotidiano. Con cada letra que plasmo en el papel, celebro la euforia de estar viva, de sentir que cada latido es un recordatorio de que hay belleza incluso en los momentos más simples.

    Por otro lado, la tristeza se desliza como un río silencioso, recordándonos que también forma parte de nuestro viaje. También escribo sobre ella; la tristeza tiene su propia voz, su propia historia que relatar. En mis palabras, la melancolía se convierte en un refugio, un lugar seguro donde podemos explorar nuestras vulnerabilidades sin miedo a ser juzgados. Al expresar el dolor, encontramos consuelo en la conexión con otros, porque todos compartimos el peso de la vida.

    El camino de la vida es un laberinto de experiencias, un sendero lleno de curvas, subidas y bajadas. En cada paso, las letras fluyen como hojas arrastradas por el viento, llevándome hacia nuevos horizontes. La escritura se convierte en una brújula que guía mi andar, permitiéndome reflexionar sobre lo vivido y lo que está por venir. A través de la pluma, encuentro sentido y propósito, revelando la belleza de cada etapa en este viaje inigualable.

    Así, entre letras y sentimientos, construyo un puente hacia el corazón de quienes leen estas palabras. Mi propósito es tocar esas fibras sensibles que nos unen como seres humanos, recordando que estamos todos interconectados en esta travesía llamada vida. Cada párrafo es un eco de emociones, un canto de experiencias compartidas que invitan a la reflexión y al abrazo de la empatía. La escritura se convierte así en un abrazo cálido, una invitación a sumergirse en el universo de lo que significamos, tanto en nuestra luz como en nuestra sombra”.

    Autora: Escritora española Milagros Ríos

    Imagen: Milagros Ríos.

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    BESOS EN EL CAMINO

    BESOS EN EL CAMINO

    AUSENCIA

    Quizá por orgullo,
    tal vez por dolor,
    que me duele el alma,
    y también mi corazón.

    Me sonríe tiernamente
    tu corazón cristalino.
    Mi corazón empañado,
    siembra besos en el camino.

    Te esperaré por siempre,
    a través del horizonte,
    o en las nubes azules,
    que van del sur hasta el norte.

    Malania

    Imagen propia

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    SI PUDIERA

    SI PUDIERA

    Si pudiera regresar el tiempo
    y brincar al compás del viento,
    habitar al borde del mar
    y del alba aspirar el aire fresco.
    Si pudiera hoy tomar tus manos
    acariciar tus suaves dedos,
    caminar por frescos senderos
    al ritmo joven de nuestros cuerpos.
    Hoy todo sería distinto,
    los susurros del amor serían más claros,
    el eco de tus palabras resonaría eterno,
    y en tus ojos vería el reflejo
    de un “para siempre” compartido.
    Pero el tiempo, como río, no vuelve,
    y solo nos queda un hermoso recuerdo.

    Malania

    Imagen: propia y de la red

    Parque Centenario. Fotos Andres Perez Moreno / prensa Ambiente y Espacio Publico
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    SI SUPIERAS

    Si supieras…¡Cuánto te quiero!
    que te extraño en las mañanas,
    que te llamo por las noches
    que miro si estás en tu ventana.

    Si supieras que te nombro
    cuando rezo junto a mi cama,
    porque quiero que estés bien,
    porque mi corazón por ti clama.

    ¡Ay! Si supieras…
    ¡Cuántas cosas te diría!
    si pudiera verte hoy
    si encontrarte, el destino permitiría.

    Malania

    Imagen: M. Julián T. y de la red.