Prosa Poética

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    NATURALEZA VIVA

    Quiero caminar entre las flores de un bello jardín, entre bosques de aromas que atrapen.

    Quiero sentir el viento en mi cara, descubrir los misterios del río, beber el agua fresca del manantial.

    Quiero andar por la naturaleza viva, la del árbol que anida a muchas aves, de llanos y montañas.

    Naturaleza viva por ahí e de viajar sin querer alejarme, comer de tus frutos, echando a dormir en tu verde prado sin querer despertar.

    Autor: Poeta uruguayo Miguel Márquez

    Imagen C. O. V.

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    COMO EL TIEMPO

    Quiero ser como el tiempo, viajar sin detenerme, seguir sin perder el ritmo.

    Cruzar las barreras que pretenden detener mí andar,
    aprender del ayer tratando que el hoy marque el camino del mañana.

    Como el tiempo, pueda estar en la lluvia, en día de sol sin importar frío o calor.

    Quiero esa libertad de llegar donde nadie ha llegado, descubriendo secretos tan escondidos.

    Autor: Miguel Márquez

    Imagen: Yoyi Gauto

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    QUIERO SABER

    Quiero saber
    ¿Quién se lleva el canto del ave?
    Apaga su voz que viene a despertarme todas las mañanas.

    Quiero saber
    ¿Dónde están los que pintan sonrisas?
    Busco ver sus pinturas y no las encuentro.

    Quiero saber
    ¿Adónde viaja el tiempo?
    Sigo a la vida que suele llevarme donde viven las ganas de no rendirse jamás.

    Sé que ahí quedaré sin mirar atrás, trataré de regar la alegría muy dentro de mí, floreciendo felicidad.

    Autor: Miguel Márquez

    Imagen: Yoyi Gauto.

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    TRAS UNA NUBE GÉNICA

    ¿Cuál es la misión de las nubes?  ¿Cumplen una misión, un propósito?
    ¿A qué orden responden?   
    ¿Van al compás del viento o se mueven sin rumbo?  
    Siguiendo a una de ellas,  se adentró en una pequeña y oscura estancia. Cuando la puerta se abrió se escuchó el chasquido de una bomba que aumentó su grosor al contacto, sin interruptores y sin escalas acompañado por indicadores del corazón. En su interior como con cables y un tubo de líquido,  aumentó aún más su grosor y con líneas electrizantes que irradiaban calor, se adherían a esa piel mojada a modo de tentáculos desde la base púbica.
    Un zumbido de los circuitos calientes llenó  el aire del  interior  mágico.
    Con el paso de los minutos ella comenzó a experimentar una sensación que  le recordó a la  tercera primera vez, juntos ella y él. La presencia del calor incrementó el círculo de la muesca que su cuerpo exponía bajo las sábanas a velocidad estelar. Una fuerza centrífuga desconocida los  llenaba de sensaciones.
    Todo ocurrió por la presencia de una nube naranja pasional,  pura como el mismo amor.

    Malania

    Imagen: J. A. T.

                                                                                                                       
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    CREPÚSCULO DE MAYO

    El crepúsculo va recortando siluetas en el camino que bordea el río. 
    Los insectos nocturnos abandonan su escondite y comienzan a danzar exaltados por el ambiente propicio para buscar comida.
    Las nubes azules se matizan de gris, quizás en anuncio de una tormenta de otoño.
    Ella sonríe, ante los colores brillantes que se funden con el brillo del río, aunque  tiene miedo que esa sonrisa no dure y se le escape entre los dedos, como si fuera arena y comience a llover a cántaros como hace unos días.
    Es que hoy no quiere lluvia, tampoco mañana. Tiene mucho por hacer con las plantas del exterior en su casa. Ya bastó la lluvia de toda una semana.
    Pero piensa en positivo:
    El atardecer , que para algunos trae nostalgia, a otros, como para mí, transmite energía.
    Hoy el crepúsculo parece traer un viento fresco anunciando el descanso de la noche que está próxima.
    Mañana habrá buen tiempo.

    Malania

    Imagen: M. J. T.

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    EL HUMO DEL CIGARRO

    Intrépido, dobló la esquina y apuró el paso.
    Las nubes navegaban cada vez más rápido.
    Eran todas azules, solo azules.
    El viento del sur se entremezclaba y las desparramaba
    como queriendo elegir a la más bella, la más pasional.
    Sopló y sopló con mayor intensidad hasta lograr abrirla.
    La recostó sobre el blanco lecho del horizonte, la desgajó y dio rienda suelta a su deseo.
    Cabalgó sobre ella penetrándola por todos sus rincones, de sur a norte y de este a oeste.
    De la bella y atractiva silueta azul quedó solo un estropajo.
    Al chocarse con las otras nubes lloró y su llanto se convirtió en lluvia, una lluvia fría y sin brillo.  
    Entre la niebla matinal que nacía de los pantanos, el llanto de la nube azul caía dolorosamente contra las hojas aventadas por una racha de viento.
    Él volvió jadeante y satisfecho de haber logrado su cometido, sin prestar atención al hilo gris del humo del cigarro que airoso flotaba detrás suyo.
    Malania
                                                                                                                     
    Imagen de la red.