Prosa Poética

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    LIBRE

    Libre como el ave, cual recorre nuestro cielo, como el viento que nada impide seguir su marcha.

    Libre como la luz, que nos muestra el camino para andar sin detenernos. 

    Soy libre dejando aún lado las barreras, sigo sin detenerme mientras llevo esa marcha solitaria.

    Libre soy, llevo conmigo esa libertad de ser tan solo libre como quiere Dios.

    Autor: poeta uruguayo Miguel Márquez

    Imágenes: de la red

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    AL OTRO LADO DEL OCÉANO

    En los caminos y prados había amplios charcos formados por la nieve derretida.
    El viento helado, abriéndose paso con obstinación por las calles, se colaba por debajo de los abrigos de los transeúntes que luchaban para que no volaran sus paraguas.
    La corriente de aire se arremolinaba y gemía alrededor del edificio rojo, hamacando la gran glorieta que indicaba la entrada. Por detrás, los viejos árboles del parque se habían convertido en siluetas negras, desnudas, lúgubres.
    Dicen que los árboles se desnudan en el invierno para cambiar su atuendo nuevo.
    Reflejos de luz atravesaban los cristales de las enormes puertas y ventanas azotados por las gotas de lluvia.
    Pero al otro lado del océano, en el nuevo mundo, los paraguas multicolores brindaban sombra a los visitantes que paseaban por la avenida del parque infantil, alfombrada de verde para que pudieran disfrutar de un paseo en un ambiente agradable, apaciguando el calor reinante de un verano muy caliente.

    Malania

    Imagen: J. A. T.

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    EL SILBIDO DE LA LOCOMOTORA

    Desde lejos, el cielo se cernía como una tela pesada y gris sobre la ciudad y en el parque bailaban los primeros copos de nieve sobre el césped.
    Poco a poco la locomotora con bastante retraso, se acercaba a la estación derritiendo el hielo de los durmientes. Ella estaba allí, a pesar del frío. Era su última oportunidad de poder viajar para verlo brillar en el escenario. Y así fue, no solo fue su último viaje en tren sino que la locomotora de despedía del vecindario para convertirse en un elemento más de la historia.

    Malania

    Imagen: C. J. V.

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    VESTIDO DE VERDE

    Por las chimeneas humeantes, bailoteaban chispas, producto de leñas encendidas que trasnochaban ardientes para mantener el calor del ambiente. Sobre la ventana, se  recostaba la rama de un árbol inclinado por una ráfaga de  viento.
    No sé ni cómo ni cuándo, él le quitó el color de sus hojas y se vistió de verde, tal vez camuflando al blanco delantal de alguna cumbre nevada camino a la escuela. Se filtró y allí quedó parado como un soldado boxeador, demostrando fuerza y coraje, sin miedo a nada ni a nadie, ofreciendo su protección natural con ese color atractivo y brillante. Quizás se confundió de casa, pero lo cierto es que fue bienvenido y tomado como un precioso regalo.

    Malania

    Imagen: M. J. T.

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    LA NIÑA Y EL SOL

    Ella vivía en el sur y por razones de salud, tuvo que buscar un lugar con clima diferente. La zona subtropical del litoral argentino fue la opción elegida.
    El sol de verano suele ser despiadado y a veces despistado, pero siempre que quiere nos deslumbra con inigualable su claridad.
    En vez de esconderse por detrás de las nubes o caer en el horizonte, a veces prefiere hundirse en las aguas del lago, contrariando las leyes de la naturaleza. O quizás se sumerge para refrescarse después de haber brillado con su luz todo el día, una luz muy cálida que regala y broncea a los humanos, y sofoca a los animales. Las palmeras y otros árboles son los únicos testigos de su desnudez.
    Mañana cuando despierte lo sabremos, si sale resplandeciente y fresco tras las nubes o descubierto.
    Para recibirlo, ella lo sorprenderá con un atuendo diferente, un vestido de encaje de algodón blanco y un chal de lanilla bordado en violeta y naranja, para contrarrestar el aire fresco de la mañana. Se pondrá zuecos de cabritilla suave, con una flor bordada en lentejuelas plateadas para que el sol las bese y se refleje en ellas.

    Malania

    Imagen: N. C. G.

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    VOLVER

    Cerraron los ojos y en la costanera libre de transeúntes,
    escucharon nada más que el mecer del agua envuelto en total silencio.
    No hubo ni aleteo de aves ni tic tac de relojes.
    Todos los ruidos habían enmudecido.
    Por un momento pensaron que el tiempo se había detenido.
    Sus respiraciones se adaptaron al mismo ritmo y sus corazones latían en igual compás.
    Les pareció imposible que pudieran volver a verse.
    El sol los espiaba desde su nacimiento y pronto los envolvió en luminosidad y calor.

    Malania

    Imagen: R. E. S.  

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    GRITA LA NOCHE SU SILENCIO

    Grita la noche callada nostalgia,
    mientras llora el verso escondido.

    Habla el silencio sin medir palabras,
    sin tener voz.

    El viento fugaz se hace sentir
    sin dejar verse.

    Grita la noche su silencio en la oscuridad
    alejando el temor.

    Duermen los sueños
    esperando el nuevo día.

    Todo se echa a descansar
    sin dejar huellas en la madrugada.

    Queda la espera de aquello que ha de venir
    sin que pueda saber que será.

    Autor: poeta uruguayo Miguel Márquez

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    ¿QUÉ CALLAN LAS NOCHES?

    Hay noches que callan la nostalgia
    esa que permanece en versos escondidos.

    El silencio se expresa sin palabras
    quizás en algún eco lejano.

    El viento se hace ver
    en cabelleras despeinadas.

    La noche calla en soledad
    su oscuridad atemoriza.

    Deambulan los sueños
    en la esperanza de un nuevo y mejor día.

    Todo lo que duerme, descansa
    en las huellas que han dejado.

    Queda la espera, aquello que será en el día
    sin que deje de ser un misterioso secreto.

    Malania

    Imagen: M. J. T.

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    CUANDO LLORA EL SILENCIO

    Cuando habla el sentido, seguro algo trae,
    serán las voces tan vivas buscando desahogo.

    Cuando el viento nos deja,
    queda esa soledad cual nos llega sin darnos cuenta.

    Cuando llora el silencio,
    duermen todos los sueños apagando su magia.

    La risa se borra,
    dejando momentos colgados para no ser olvido.

    Es el tiempo quien busca dejar su felicidad,
    tratando alegrar al silencio, borrando su llanto
    y seguir andando con una sonrisa presente.

    Autor: Poeta uruguayo Miguel Márquez
    Imagen propia

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    PALABRAS AL VIENTO

    “Palabras que perdidas al antojo del viento nunca lograron encontrarse”. de “El paño blanco” escrito por Hanna.

    Me hizo recordar a varios mensajes que algún día perdido en el tiempo fueron enviados y nunca tuvieron respuestas. Quizás se fueron con  el viento a otra parte, o se dispersaron con alguna tormenta, desparramándose sus letras.
    Hoy las busco en el lejano horizonte y las veo entre las nubes atravesadas por los últimos rayos del sol. Son indescifrables, se han deteriorado con el ardor del verano, con el frío invierno y las inclemencias del tiempo.
    Siento que nunca más las podré hilar para que queden bordadas en bellas frases, aquellas que plasmabas en escritos memorables.

    Malania

    Imagen propia

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    DONDE VIVE LA RISA

    Donde vive la risa quiero llegar, echando fuera las lágrimas,
    quiero ser feliz olvidando tristezas.

    Donde vive la risa quiero quedarme, olvidando pena y dolor,
    guardando recuerdos de momentos bellos.

    Donde vive la risa quiero mi morada, abrazando los sueños
    y toda su magia hecha para siempre.

    Autor: Poeta uruguayo Miguel Márquez 

    ¿Vive la risa en algún lugar? ¿Risa es sinónimo de alegría?
    Creo que hay diferentes tipos de risa, puede ser intencional forzada o espontánea.
    Puede nacer de un acto de alegría, pero también de la ironía.
    Puede un ser reírse en una fiesta, festejar el nacimiento de un nuevo ser querido, de una mascota, o simplemente reírse exteriorizando alegría por cualquier otro motivo que lo haga feliz.
    Pero está la risa sarcástica, esa que hiere al otro, esa que hace doler el alma del otro. La risa que es sinónimo de burla, o aquella malévola, llena de odio, que responde a la forma de ser de alguien que solo ha conocido el lado oscuro de la vida, una vida llena de amargura y tristeza.
    Entiendo que el autor uruguayo se refiere a la risa sinónimo de alegría.
    Esta risa vive:
    en el corazón de la gente buena,
    en las cosas que a nuestros ojos son bellas,
    en los ambientes saludables
    y hasta en el brillo de las estrellas.

    Malania Nashki.

    Imagen de la red (Vitae. Tendencias verdes)