Poemas

HUMO Y CAFÉ

No puedo escuchar tu voz
a cambio, leo tus palabras
y con ellas siento
el latido de tu corazón
florecido en poemas
amanecidos en una alcoba
impregnada por las líneas
grises y finas
de un silencioso cigarrillo.
Un café humeante
recién preparado
calienta tus manos
esas que un día
me dieron tibieza
y mucho amor.

Malania Imagen de la red

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