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HOJAS SECAS

No lo ha visto desde aquel mediodía que se separaron.
Con un corazón impío y mirada exánime
él ha colocado vetas abismales
entre su espíritu y el de ella.
No queda más que el crujir de hojas secas
y un matorral espinoso en el camino
entre las paredes rocosas y sin brillo.
Malania
Imagen de la red
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