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SIN MIEDO A NADA

No es laboriosa,
tampoco malvada,
pero si se le pisa la cola
se vuelve brava.
Vio entrar a una avispa,
la miró y siguió con la vista,
ni una sombra de miedo sintió,
quizás la hipnotizó,
porque la avispa se posó
en el umbral de la puerta
y luego se esfumó.
Sía parecía fatigada,
pero…¿de qué estaría cansada?
De tanto no hacer nada.
Los días calurosos
la tienen adormilada.
Es maravillosa,
pura ternura,
esta mascota rescatada.

Imagen: M. J. T.

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