FUEGO SOBRE HIELO
Tomé una barra de hielo para triturarla, pero en jugosa liana, me abrazó adhiriéndose a mi piel. No pude realizar mi cometido, el frío me quemaba las manos. Odié ese momento mientras las bañaba bajo un diminuto hilo que chorreaba de una canilla que apenas había logrado abrir. El hielo seguía firme hasta arrancarme lágrimas. Pero, como ningún mal dura cien años, apareció él. Delicadamente tomó mis manos entre las suyas y una energía muy tibia lentamente se ramificó por los poros de mi piel, de mi carne, de mi todo, y en continuo avance logró calmar mi congelamiento. El hipnotismo de su tierna y dulce mirada se apoderó de mí. Cuando desperté sus fornidos brazos me envolvían en un logro de transformación de frío a cálido, muy cálido. Agradecida, lo abracé fuertemente, apoyé mis labios en los suyos y me estremecí. El sol se filtraba por la ventana. Lamento que haya sido solo un hermoso sueño.HUECO EN EL TIEMPO
Mientrasel extrañarte no es extrañola nostalgia se vuelve hábitoy por tenerte el alma clamael corazón se debateen abanico de amalgamaAllísurge un hueco en el tiempoen el profético pensarque el fuego se extinguiráen el abismo de eseperdurable silencioPerosurge otro hueco en el tiempoy estás presente, varonilcon perfume amaderadoexhalando en fuerte abrazotus deseos contenidoshoy, tal vez mañanaes día de victoria
los fantasmas ya no existenImagen: Lua T.LA VIDA
Ha parado de llover y los pájaros trinan desde el amanecer. Sienten la felicidad de un nuevo día que les permite volar bajo el sol, bajo las celestes nubes, o reconstruir sus nidos que han caído con la tormenta. El lapacho tendrá compañía y eso le alegra, tanto que floreció antes de tiempo, para que en verano sus hojas broten a granel y den sombra a los polluelos. Hoy muestra al mundo su esplendor. Su ciclo de vida continúa. ¿A cuántos habrá derribado la tormenta? ¿Cuántos fueron convertidos en astillas para el fuego destinados a calentar hogares?