OBRA EN CONSTRUCCIÓN
Entre montículos de tierra removida,
y el canto áspero de piedras dispersas,
se abre el sendero, herida nacida,
de manos que sueñan rutas más buenas.El agua se escurre por la zanja abierta,
espejo fugaz de la lluvia caída,
y en su murmullo la esperanza despierta,
pues todo camino promete idas y venidas.Entre las huellas, hay polvo y esfuerzo,
y en cada piedra late un trayecto;
mañana será viaje, abrazo diverso,
cuando esas piedras se vuelvan proyecto.Donde hoy se alza polvo y sudor,
mañana transitará el rumor del motor.Malania
Imagen: Jorge G. T.
HUMEDADES
El sol regalaba sus rayos oblicuos,
estirando las sombras en la arena.
Las ojeras devoraban el rostro del joven.
Vínculos lesivos distorsionaban su voz
entre la distancia y el juego conjugado
entre la arena, las piedras
y las olas empujadas por el viento.
Su voz se volvió eco
de un cohete luminoso
sobre el manto transparente
entre las piedras lisas
cómplices del agua cantarina.
La buscaba, la llamaba.
Divisó un camino
al fondo de una cueva marina.
La vio
en el amplio acceso a un pasadizo
que se sumergía en las entrañas de la montaña
y era preciso ser muy delgado
para deslizarse en esa cavidad.
Utilizó sus dedos, sus manos.
El hueco dejaba ver
como entraban los rayos del sol
y únicamente el fondo del agujero
presentaba el secreto.
Un maravilloso color
le acarició la piel
de su rostro, su torso
y de sus humedecidas manos
fuera de la cueva.Malania
Imagen: de la red
EN BLANCO Y NEGRO
En el lienzo del día,
blanco y negro se despliegan,
las sombras sueltan ecos
como piedras en el suelo.
La noche profunda y plena
ha quedado atrás,
se oculta con sus sueños
detrás del gris del cielo.
Entre el contraste de claros y oscuros
se desvelan los momentos puros
de un mundo lleno de emoción
que en cada tono lleva su propia canción.Malania
Imagen propia
COLORES EN EL LAGO
Desperté en la mañana.
Volvió la luz a mi mirada,
mientras nos acercamos al lago.
Tiempo que lleno mis bolsillos
con pequeñas lentejuelas o piedras de colores.
La luz rosa o amarilla, dando brillo a la esperanza,
que a veces me deja perpleja,
desbordada en la extensa pradera,
o en el lecho del frío lago,
cuando tus manos recogieron
las brillantes piedras mojadas,
que alimentan el árido camino de la nada.
Tus manos no señalan el sendero,
solo recogen caricias de tristezas,
conduciéndome al camino aún vacío
que no lleva a ninguna parte concretada.Malania
Imagen: Ricardo Gamero