FUE POR ESO
-¿Por qué no legamos nuestros palmos?Él la escuchó y comprendió que lo quería fastidiar con la propuesta. Continuó su tarea junto al antro campestre, colocó cipos y su obrar la molestó todavía más. Arrojó un terrón sobre las espaldas del trabajador, quiso tullirlo, pero el hombre no se inmutó. Su isba iba tomando forma, deseaba hacerla hermosa, su mirada fija en el evo no le permitía error. Él, solo él conocía su secreto. Ella, como un buque en lastre, alomaba con el único propósito de incomodarlo, y en proclive los terrones no cesaban de circular por el aire. Algunos iban lejos, otros caían en la obra. Era tal su obsesión por truncar el objetivo de Lucio, que con gritos y amenazas logró sacarlo de sí.Lucio disparó hacia Lucía, la tomó en sus brazos, la sentó sobre la carreta cubierta de espartillos, la sofocó con besos y la paseó por el sendero al río, hasta dejarla dormida.Lucía despertó, después de varias primaveras, hundida en el lecho, cubierta con sábanas de seda, en una alcoba de paredes color lavanda, de la vivienda que Lucio logró acabar sin su estúpida intromisión, vivienda que él había prometido como ofrenda a esa mujer disparatada por la que sintió amor inmensurable y nunca pudo hacerla suya. Él era etéreo. Cuando ella despertó, Lucio se había evaporado.EBRIO EN EL TIEMPO
Vaga en silencio
el perfume de naranjas
tal vez dulces
o quizás amargas.
Aroma cítrico
inigualable
vuela a la deriva
buscando tu enérgica mano
tu piel apenas arrugada
por el tiempo en jaula
y el frío de la noche
que en soledad
el calor apaga.
Busca verte
sentirte
acariciarte.
Aun te siente.
DE AMOR Y DE SOMBRA
Aunque no lo creas, ni lo sepasen cada astilla de algún árbol caídoy trabajado por el serruchar del hombre,que al final del díapor el cansancio se ha vencido,hay una gota de dolordel que ha estado en piepara dar sombra a ancianos y niñosy hoy ha sido destruido.También hay una gota de amorpor el pan bendecidoque el hachero amanecidocon virutas rizadas mediantey el sudor de su frentellevará el pan a su mesacon el dinero conseguidotrabajando del amanecer al ocasobajo el sol o bajo la lluviapasando frío o calorrogando en cada hachazopor su familia enterapor los buenos de corazóny también por los impíos.EL VENDEDOR DE FRUTAS
Al costado de la rutase instala desde tempranoel vendedor de frutasaunque tiemblen de fríosus pies y sus manos.Ofrece naranjas, manzanasmandarinas y plátanosentre papas, cebollascalabazas y rábanos.Promueve las de estaciónmientras las otras más carascasi nadie las compray termina por tirarlas.No es mucho lo que ganasu trabajo es honestolo que obtiene no afanale alcanza para viviren su afán por subsistir.ENTRE NUBES DE VAPOR
Quise escapar en la penumbra de mis sueños
entre las nubes de vapor sin dueño.
Mi voz enmudeció y cayó el silencio
creí estar en el principio de los tiempos
en una caverna gris sin pasado
ni futuro que cambiara el frío invierno
nada que me trajera en velo
tus caricias suaves y tus besos tiernos.
De pronto un resplandor frenético
me hizo despertar de mi profundo sueño.
EVANESCENCIA
Apoyó sus pies en el piso
el frío lo hizo estremecer
Melancólico la recordó
más allá del mal y del bien
asceta o epicúreo
quizás, marginal
¡qué importaba!
Sus ojos brillaron ante el espejo
allí la veía y la vio
con sus cabellos mojados
recién peinados
la hacía a su lado.
La nostalgia impermanente
se posó
en un ir y venir
de imágenes del recuerdo
Un baile de palabras
sus oídos poblaron
y un soplo de caricias aceitosas
con aromas silvestres
su piel iluminó
Apresurado y silencioso
se alejó de la ducha
vistió ropa cómoda y salió
pateando el aire que lo tenía al revés
en busca aventurada
de un azarístico encuentro
pero la evanescencia ganó
en espacio y en tiempo
y su notable altura
(dos metros o quizás menos)
se volvieron enanas
en un banco de madera
frente al Parque Lezama
Más de mil personas
reunidas en torno al lago
esperaban sin hastío
el show del baile de colores.
Y entre ese tumulto, ella estaba.
SUEÑOS Y REALIDADES
PIES DESCALZOS
Un laberinto de palabras
se dibuja con desvarío por tu espalda
unas con aceite, cinceladas
otras por tus muslos aleteadas
bajo sábanas blancas azuladas
Sin parar mis manos antojadas
llegan a tus blancos pies
que sobresalen de mi cama
al otro extremo
de almohadas arrugadas.
En un respiro que sopla
desde el fondo del alma
queda atrás lo incierto
pintado en puntos suspensivos
cautivos en madrugada.
Ante el testigo espejo
nace el recuerdo
transformado en deseo
late en el tiempo
como aquellas mañanas
entre cálidas y frías
de encuentros y secretos.
Malania
Fotografía de la red.