• Relatos

    TIEMPOS DE CAMBIO

    Los tiempos cambian y a pesar de eso, cada momento es especial y amado por el que la vive
    o rechazado según las circunstancias. 
    Ella había aprendido a coser con su hermana mayor, Rosita.
    Cuando se casó se compró una máquina a pedal marca Godeco, de color marrón,
    con mueble de madera barnizada. 
    El sonido rítmico de la máquina de coser imitaba los ejercicios del piano, -eso que quiso estudiar y nunca pudo-  o de la máquina de escribir –que aprendió haciendo un curso de Dactilografía en una Academia a dos cuadras de su casa- o del teclado de la computadora, cosa que aprendió prácticamente sola.
    Por la noche, una vez terminada su labor profesional, -maestra y directora de escuela primaria-, se divertía con las telas y moldes de revista de corte y confección.
    Le gustaba confeccionar camisas, pantalones enteritos largos o los llamados bombachudos, y entre otras cosas, sabanitas y fundas para la cuna y baberos.  Al terminar una ropa para sus pequeños hijos sentía tanta satisfacción como la que siente hoy al acabar de escribir un poema, un relato o cualquier obra literaria, según la inspiración del momento.
    La pasión por la lectura y escritura la acompañan. Es su hobby favorito.
    Los tiempos cambian, pero todo se acomoda para bien. Es mi caso.
    Gracias a Dios y al Universo por tanto.

    Malania

    Imágenes de la red

  • Poemas

    MISMAS HORAS, DISTINTOS TIEMPOS

    Cómo saber sin hacer ¿?
    es como vivir sin amar
    He soltado hace ya tiempo
    amarras de mi puerto.
    Las estrellas de mis sueños me han guidado.
    Como un niño voy descubriendo mi camino
    dejándome llevar.
    Atravesando incertidumbres cultivo mis certezas
    y así las huellas voy dejando atrás.
    Tan solo eso quedará…
    Hacia adelante va mi vida.
    Hay tierras que no he de volver a pisar.
    Cerraré algunas puertas y otras tantas
    se abrirán.
    Aunque al día le pongan nombre
    y en veinticuatro se divida,
    lo que pasó, se fue
    y lo que vendrá, no existe.

    Autor: Patricio Massa
    Imagen de la red