Prosa Poética

VOLVER

Cerraron los ojos y en la costanera libre de transeúntes,
escucharon nada más que el mecer del agua envuelto en total silencio.
No hubo ni aleteo de aves ni tic tac de relojes.
Todos los ruidos habían enmudecido.
Por un momento pensaron que el tiempo se había detenido.
Sus respiraciones se adaptaron al mismo ritmo y sus corazones latían en igual compás.
Les pareció imposible que pudieran volver a verse.
El sol los espiaba desde su nacimiento y pronto los envolvió en luminosidad y calor.

Malania

Imagen: R. E. S.  

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