En esta fecha, 8 de mayo, se recuerda la llegada de su imagen a la provincia de Buenos Aires en 1630. Según la tradición, una carreta que llevaba su figura quedó milagrosamente detenida al llegar a Luján, lo que fue interpretado como un signo divino. Desde entonces, su imagen se venera en la Basílica de Luján y cada año recibe a millones de peregrinos que caminan en su honor para pedir bendiciones y también para agradecer. En 1930, el Papa Pío XI la declaró oficialmente patrona de la Argentina.