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A LA VERA DEL CAMINO

Así, como en otros tiempos,
como una veladura gris,
sobre el verde y el rojo,
después de varios años,
ha vuelto la helada invernal,
a mostrar al mundo,
que no se ha ido del todo,
solo se había tomado,
un plácido descanso.
Aquí no hay mellocos,
ni mújoles plateados,
pero sí, de vez en cuando,
algún asustadizo venado,
o un curioso y maduro ñandú,
se acercan a espiar su presa
preferida, que nunca falta,
en el  espeso bosque,
del paisajístico nordeste. 
Imagen: R.A.M.
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