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ARDIENTE IMAGINACIÓN

A veces, todavía se veían en torno a ella,
una flor misteriosa que ya no despierta nada,
despacio fue apagándose su elegancia
por los fragmentos de un mundo desconocido.
Pero no se pudo apagar
la ardiente imaginación de los amantes
y con frenética audacia, envueltos
en la brisa cargada del perfume
de magnolias blancas, graban
un gracioso sello de rara distinción
en la planicie de un campo,
en un venturoso acto de amor.

Imagen: R. E. Ch.

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