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    LA INTRUSA

    Era una gata triste que caminaba por los tejados y dormía bajo la luz de la luna con un gato vestido de azabache y sol. Él la llamaba con maullidos alegres y ella se sentía feliz. Una de esas noches blancas sin luna él no asistió a la cita. Ella deambuló sola por las calles del barrio hasta que encontró un lugar para dar a luz a dos hermosos gatitos.
    Las dos gatas de la vivienda la recibieron sin mimos, indiferentes, como si fuera algo natural permitir la entrada a una intrusa,  que llegó para tener a sus crías en el altillo de la casa.
    Un día de lluvia apareció el gato azabache ojos de sol y se la llevó junto a los gatitos. A los pocos días, un ruiseñor anunció la visita con su canto. Ella volvió como si esa fuera la casa que tuvo siempre, pero no como visita, vino a quedarse. Temerosa, se acerca a comer y a tomar agua. No pide mimos ni ronronea como las otras dos. Pero se la ve bien, al menos tiene techo y comida. De sus hijos no se supo nada más.

    Malania

    Imagen: M. J. T.

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    CADA NOCHE

    Revirtió la sorna de sus días y como un trueno se subió a la tarima, pronunció su discurso en favor de la vida, descubrió su torso y mostró la gran cicatriz que bordeaba su corazón. La aparición de un especialista interrumpió su arrebato emocional. El omnisciente calmó el ánimo del momento discursivo y habló pausadamente: Seguramente muchos o no tantos…quizás…han tenido un lapsus a causa de ser un impulsivo fumador. Se sacó el saco, luego la camisa y de espaldas mostró el camino recorrido por el bisturí en aquél día que de urgencia lo internaron y lo llevaron directamente al quirófano. Se salvó porque no fue su día final. Después de haber zafado del mal trance tomó la vida con serenidad.
    Contemplaba cada noche la progresión minuciosa de la oscuridad sobre la ciudad.
    De pronto la recordó y en su mente brotó un pensamiento:
    “Me paso el tiempo tratando de crear magia mediante la poesía, cuando en realidad todo está casi al alcance de la mano, pero …. te vuelvo a perder”.
                                                                                                                           Malania
    Imagen de la red
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    DIORAMA

    Como un sonámbulo
    en oblicua diagonal
    tratando
    de conservar la genuinidad
    y la armonía de sus pasos
    para no despertar
    los estigmas del amor
    tras el apagón
    y el desaire silencioso
    saboteó el alma fiel
    y el ayuno de pasión.
    Reflexivo
    del exterior se inundó
    un cigarrillo encendió
    inhaló la brisa cálida
    caminó y caminó.
    Y delineando letras
    sobre un cuerpo deseado
    como un catión en cadencia
    respetando su estuario
    ardiente y deseoso
    como un trofeo natural
    lleno de vida pasional
    se derramó en cascada
    y creó un diorama
    de artista y semental.

    Malania

    Imágenes de la red.

  • General,  Poemas

    LA DULZURA DEL SECRETO

     
    Una vorágine sísmica
    provocó el concierto
    de tu corazón y el mío
    cautelosos del mundo externo
    conservando la dulzura del secreto
    alejados de la envidia carnal
    de transeúntes veraniegos porteños
    supimos alejar
    la cianosis amenazadora
    que en cautivante ansiedad
    palabras tras palabras
    imagen tras imagen
    pretendía injertar
    su dosis moralista y embustera
    para destruir nuestra felicidad.  
    Nada de eso ha logrado
    y aquí estoy, y allí estás
    esperándonos una vez más
    y muchas veces más.
     
    Malania
     
    Imagen propia
                                   
  • General,  Poemas

    NADA FÁCIL

    Cuesta ascender por la cuesta
    para llegar a la cima del olvido
    porque
    aunque quisiera no recordar
    no se puede
    dejar todo atrás
    sin pensar
    en los hermosos momentos vividos
    bajo la misma luna.
    Malania
    Imagen: G. de Comodoro

                            
  • General,  Poemas

    NI ROSA NI NEGRO

    Duele el alma
    al ver la sangre
    en tus venas hinchadas
    por el cansancio de la tarde
    que en vez de roja
    se ha vuelto azul
    por tu plegaria
    esa que haces diaria
    para extinguir
    tus gruesas lágrimas
    por un amor que está
    pero que ya no lo quieres.
    De pronto el paisaje
    se contagia de tus penas
    y se vuelve
    bellamente azul
    para acompañar tus letras
    al compás de tus deseos
    de no tener ningún desvelo
    en noches sin estrellas
    un deseo de ser
    ni rosa ni negro
    simplemente vertido
    en un paisaje de cielo
    siempre azul.
    Malania
    Imagen: G. F. T.
                                  
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    MI VOZ INTERIOR

    Anoche quise escribirte
    para decirte lo que siento,
    pero las sílabas y las palabras
    se detuvieron en el tiempo,
    prefirieron volar con el viento
    o tal vez navegar solitarias
    en  un raudo velero.
    Sin dejar dormir ni al mar
    nada se conjugaba.
     Tú te creías condenado,
    como un hombre pintado
    en un mural  desierto,
    con tus músculos y tus huesos
    entumecidos  por los sucesos,
    mientras el mar bullía
    contra la roca gris
    sin brindar ningún aliento.
    De pronto nació  tu  sonrisa
    como de un meteorito holístico
    caído de un horizonte pírico
    con tintes de poeta  impetuoso
    con la frescura del amanecer embellecido.
    Mi voz interior no cesa
    pero la sorna te envuelve
    en el pragmatismo de vida.
    Malania
    Imagen propia
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    GRÁCIL DESEO

    Quisiera perder la razón para no verte partir,
    entre líneas de humo gris, de un cigarillo encendido.
    No quiero batallas de silencios
    quiero batallas entre sábanas blancas
    o de corazones rojos, estampadas
    donde se confunda nuestro aliento.
    Batallas anormales de lenguas apasionadas,
    de manos untadas con aceites esenciales
    recorriendo el laberinto de tu cuerpo.
    No quiero un mundo nuevo,
    prefiero confundirme contigo
    entre besos y abrazos seguidos de sosiego.
    No quiero que nada termine,
    prefiero todo abierto y sin límites.
    No quiero que llegue el final,
    quiero roces, susurros y caricias pendientes
    para una próxima vez,
    ante mimos que exaltan apetitos
    con tus fronteras ardientes.
    Quiero sentir el placer de lo imposible
    más allá de la distancia
    y del inconcluso estímulo.
    Quiero ese momento de invasión perpetua,
    después del lento comienzo.
    Malania
    Imagen de la red
                                                       
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    EL SUEÑO DE MAHARAJÁ

     
    En una noche oscura y fría
    Huma sentía el respirar de los gorriones
    a través de la ventanilla de cristales empañados
    en un bosque de almendros
    rodeado por un prado de margaritas silvestres
    a orillas de un caudaloso río.
    Las olas subían por la roca
    y luego resbalaban
    fluyendo por ambos lados
    pulimentando una piedra.
    Las olas eran largas y profundas
    pero sin espuma que rompiera
    en sus crestas redondeadas.
    Las gotas de lluvia
    se pegaban unas contra otras
    con gratuita violencia  
    como la que causaría el mar
    si estallara en espuma blanca.
    En un profundo y embriagador sueño
    los rayos descarriados iluminaban su sonrisa.
    Se dio vuelta, se volvió un ovillo
    y como caracol, durmió plácidamente
    hasta el primer trino de una calandria
    luego de una noche de lluvia tormentosa.
     
    Malania
     
    Imágenes: M. J. T.
                                                             
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    MATICES

    El poeta atenuó
    las sombras del temor
    y en su universo emocional
    su bitácora diseñó
    con letras de amor.
    El miedo se esfumó
    en acuarelas indelebles
    no hubo gris ni negro
    ni rojo ni azul.
    Sólo con besos los matizó.
                         

    Malania

    Fotografía de obra Monet