Poemas

EN VILO

Montada sobre un sepulcral silencio,
una madrugada,
después otra, después otra más
y así sucesivamente…
se acoplaron el día y la noche
con un aire de  vil crueldad
vagando por las orillas
del abierto ventanal
sin una letra, ni una palabra
ni una frase de amistad,
menos una de amor
siquiera pintada con cal.
Pero a sus ruegos
de un mejor destino
acudió sin desatino
un duende angelical.
La despertó a las tres
invitándola a navegar
por el mar de las gaviotas.
Concurrieron las marmotas
con dulces de toda clase,
con flores en la alfombra
y aromando el universo
en cada mano una rosa.
Malania
Imagen propia
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