Poesía

EUFONÍA

Había sido arrancada
de su tallo sostenedor
arrojada al mar
por un malhechor
y yacía
en una profundidad eufótica
una hermosa flor
mientras escuchaba
la euforia de los peces
de todo tamaño y color.

Querían rescatarla y salvarla
ella solo sonreía
quizás por la eufonía
con la que se comunicaban
con valentía y pudor
invitándola
a levantarse sin temor
de ese lecho profundo y sin luz

Le decían:
-si permaneces allí
con seguridad que morirás
sin la compañía de otra flor.

Malania

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