Poemas

HOJAS DE ÁLAMO

Con voz de galante,
sumido en las sombras
de la flor de la vida,
con la mirada fija
en las hojas caídas
del álamo blanco,
que se volvió colorido
en amarillo y vino,
apuntó con el dedo
el sendero oscuro
y en un soliloquio
muy provocativo,
se dirigió inquietante,
al bulto que huía
con fosforescente atavío.
¿Quién habrá sido?
¿Una luciérnaga gigante?
¿O algún fantasma andante?

Imagen: R.E.Ch.

Compartir:

2 Comentarios

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *