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SÁBADO SIN SOL

Creció con los obstáculos
del terreno estéril
y vientos en contra. 
Aun así,
permaneció firme y activa.
Pero a veces, la angustia
de las horas infinitas
de un sábado sin sol,
la volvía vacilante y débil.
Con aire misterioso,
expectante de aquel amor tácito
pero no imposible,
a pesar de la aversión
que sentía por cierta persona,
se aventuraba a pensar,
que algún día
volvería a tener frente a sí
la complicidad del sabor
de un café compartido,
hoy escondido
detrás de mudas letras.
Aun así, lo siente
agradable a todos los sentidos.

Imagen: M. J. T.

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