Poemas

SIN RESPUESTAS

Muchos interrogantes
sin respuestas,
en silencios ingenuos,
el silencio de los inocentes.
Sus facciones endurecieron,
trémulo su pecho,
frías sus manos,
su boca se tiñó de gris,
petrificaron sus lágrimas.
Y así sobre la almohada,
extinguido su perfume
en el aire seco,
apoyó su cabeza
y se quedó dormida.
Él se resistió a quererla,
voló con la fría brisa,
hacia una nube blanca
teñida en vino tinto.
El lamento del viejo amor
vino a buscarla.
Ella permanece rígida
en su frío lecho,
late una esperanza
de volver a verlo.
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