• Prosa Poética

    NUBARRÓN

    Un nubarrón negro oscurecía el cielo. ¿Algún presagio?
    Pero… ¿Por qué empañar el momento?
    Ella era una señorita veleidosa.
    (Inconstante) Su carácter de geminiana la delataba.
    En el ambiente de familia numerosa no todo era felicidad, también había crueldad. 
    Él, tranquilo y enamorado, había llegado de su trabajo, ¿Para qué atormentarlo con dudas?  Con el paso de los días solo se daría cuenta y sacaría sus propias conclusiones. 
    Ella no sabía que él sentía un hueco en el centro del pecho, el dolor lo ahogaba. Él tampoco quería preocuparla. Eran pensamientos mágicos, con injusticia monumental. ¿Acaso presentía algo?
    Se había aferrado a ese amor sin esperanza. Se enamoró de la idea del amor, de la historia romántica. Había vivido una ópera cuyo desenlace podría ser trágico.
    Él notó que después de un tiempo, o a los pocos meses, la había invadido un torrente de energía como nunca había experimentado antes. Ella escuchaba sus palabras de consejero espiritual con el aire ausente, de una sorda, sin emoción.
    Pero sus días eran cambiantes, unos buenos y otros no tanto. ¿Era bipolar?
    Llegó el momento ideal en que todos habían ido a misa, ella aprovechó para fugarse sin rumbo fijo. Siempre quiso hacerlo, pero como nadie la entendería, decidió por sí sola sin contárselo a nadie, y se fue.
    Cuando él llegó y no encontró sus pertenencias, supo que la había perdido para siempre.
    El nubarrón se convirtió en lluvia de lágrimas y tormenta familiar dentro de su casa.

    Malania

    Imagen: propia


     







  • Poemas

    ILUMINA LAS NOCHES

    Por una callecita de tierra
    rumbo a la casa has andado
    recorriendo noches,
    guardando historias por contar.

    Solitario y sin miedo
    guiado por la luna amiga,
    muchas veces, el silencio fiel compañero
    te siguió sin abandonarte jamás.

    Mirando al cielo tantas veces
    pediste con ciertas palabras:
    ilumina las noches
    y ahí la luz que te mostró el camino.

    Fue tu voz a la luna
    pidiendo: ilumina las noches
    para que errante
    no te encuentre la madrugada.
    Y no te perdiste.

    Autor: Poeta Uruguayo Miguel Márquez
    Imagen de la red, gentileza de Miguel M.

  • Poesía

    UNIENDO DESTINOS

    Un puente viejo cruza el arroyo Mboi Ka´é
    testigo eterno de sueños de ayer.
    El sol se alza con destellos dorados,
    pintando de luz los rincones olvidados.

    La ciudad despierta, bullicio y risa,
    bajo el hechizo que el día desliza.
    Sus calles murmuran historias pasadas,
    mientras el puente vigila, sereno, las aguas.

    Arroyo que canta, arroyo que llora,
    llevando secretos de horas y auroras.
    El puente respira, un gigante de piedra,
    uniendo destinos en su noble entrega.

    Malania

    Imagen: Roxana E. S.

  • Poesía

    CIUDAD AMADA

    Nací en esta tierra tucumana,
    ciudad que amo, que me vio crecer,
    con sus calles que cuentan historias
    y su gente, siempre dispuesta a volver.

    Al fondo, el cerro, guardián sereno,
    muestra su silueta bajo el sol del mediodía,
    y en su cima, un susurro de viento
    acaricia recuerdos, como una melodía.

    Los árboles en la plaza,
    testigos del paso de los años,
    bajo su sombra me pierdo,
    mientras el tiempo se hace lejano.

    Ciudad que amo, tierra de mis sueños,
    en cada rincón guardas una huella,
    y al fondo, los árboles, el cerro,
    y yo, eterno amante de tu belleza.

    Malania

    Imagen: Rubén E. Ch.

  • Efemérides

    DÍA DE LOS VETERANOS Y CAÍDOS EN MALVINAS

    El 2 de abril es una fecha significativa en la historia de Argentina, ya que conmemora el inicio de la Guerra de las Malvinas, un conflicto armado que tuvo lugar en 1982 entre Argentina y el Reino Unido por la posesión de las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, ubicadas en el Atlántico Sur.
    En el año 1983 se estableció el 2 de abril como día para rendir tributo a los Veteranos y caídos de la Guerra de Malvinas.

    Malania

    Imagen y fuente de la red

  • Poemas

    CAMBIO DE ESTACIÓN

    La naturaleza se viste de colores renacidos
    mientras el viento susurra historias al oído.
    En un hemisferio ya es otoño, en el otro, primavera
    termina una estación y otra comienza.
    Los días nos ofrecen colores diferentes
    el sol en un rincón o en el horizonte se esconde.
    El tiempo danza suave y sin prisa,
    los árboles, unos se despojan  y otros florecen.
    Y hasta los pájaros lo sienten,
    sus alas buscan nuevos destinos.
    En cada canto, en cada vuelo,
    se refleja el pulso del mundo divino.

    Malania

    Imágenes propias

  • Poemas

    HISTORIAS DE OTROS

    Al caminar por calles
    con o sin nombre,
    de asfalto o de tierra,
    adoquinadas o empedradas,
    veo a gente que levanta cosas,
    que junta lo que otros han tirado,
    han perdido o desechado.
    Seguramente ya no necesitan
    o porque les estorba.
    Han formado parte de alguna vida
    de historias quizá no repetidas.
    Y me concentro en ella,
    en la señora Sofía,
    que a veces la acompaño
    a la carnicería, panadería,
    supermercado o a la misma Iglesia.
    Ella se detiene y junta
    clavos oxidados o no,
    tuercas y tornillos,
    trozos de sogas o cuerdas
    pedazos de chapa o madera,
    de lana o de arpillera.
    Caños finos o gruesos,
    trozos de alambre
    o de algún tipo de cable.
    Llaves viejas y oxidadas,
    botellas de vidrio vacías
    o con algún resto de licor.
    Y así podría nombrar
    Muchos objetos más.
    Quién sabe
    cuánto recuerdo encierra
    cada objeto rescatado.
    Son historias de otros
    y también será la de Sofía.

    Malania

    Imagen: de la red

  • Poemas

    EL SIN SENTIDO

    Desde el suelo que pisaba
    nada podía ocultar.
    Tampoco había historias que crear.
    No le fue fácil esconderse,
    lo superficial de su conducta era evidente.
    También había pisado otros suelos,
    y todos le han parecido sin sentido.
    Por más que quiera, de donde ahora está
    le es casi imposible alejarse.
    Ha echado raíces muy profundas,
    y aunque ya no pueda dar nuevos frutos,
    no se puede alejar de la tierra que lo aferra.
    La forma violenta y decidida no es lo suyo,
    y la comodidad de la vida lo mantiene
    lo aferra cada día más.
    Aunque no puede rechazar
    recibir el calor humano de ocasión
    sin que le pregunten…
    qué, cuándo, cómo ni por qué.
    Hay alguien que desde afuera
    lo sostiene, lo soporta, puede apoyarlo.
    No pregunta, solo olvida y perdona.
    No juzga, no recrimina
    e incondicionalmente, está ahí,
    en algún lugar del planeta.
    Le gustaría cambiar de aire,
    cambiar de parecer, salir del confort.
    Pero ese miedo al cambio, al equivocarse,
    al empezar de nuevo, lo aterra.
    Ya ni sabe qué es primordial,
     si el sentir o el hacer.
    No sabe si está ocupando el tiempo en algo superficial
    o lo que lo entretiene es correcto.
    En fin…su sentido hoy no tiene sentido
    es por eso que dice:
    estoy en medio del sin sentido de encontrar.
    Y me pregunto:
    ¿Qué es lo que pretende encontrar?
    ¿Es que realmente busca algo con sentido?
    Solo él lo sabrá.

    Malania

    Imagen: J. G. T.

  • Poesía

    AÑOSO

    El campo está callado,
    en el cielo no hay grises,
    un añoso árbol allí vive
    donde su sombra persiste.
    Con tronco corpulento,
    muestra surcos de años,
    sus raíces abrazan la tierra,
    raíces firmes, de antaño.
    El viento lo acaricia
    y su corteza labra,
    murmurando historias
    de una vida larga.
    En sus ramas crecen
    con silencios guardados
    las flores de clavel del aire
    abriéndose en susurros callados.

    Malania

    Imagen: Claudia D.

  • Prosa Poética

    TIBURÓN

    Un tiburón, suspendido en el aire, flota sobre la piscina como un eco lejano del mar. Su cuerpo de madera, tallado con precisión, refleja la luz suave del sol que se despide del horizonte. El atardecer tiñe el cielo de tonos dorados y rosados, mientras el tiburón, quieto y a la vez vibrante, parece surcar el aire en un movimiento congelado, un último respiro de libertad en el reino de los sueños.
    La piscina, tranquila y silenciosa, se convierte en un espejo de aguas plácidas donde el tiburón no nada, sino que observa, vigía mudo de un instante suspendido en el tiempo. La brisa acaricia su superficie, y las sombras se alargan mientras el sol, en su descenso, pinta la madera con tonos cálidos y suaves. Es un contraste perfecto entre lo inerte y lo efímero: un tiburón que jamás tocará el agua, pero cuya presencia nos invita a soñar con mares lejanos.
    El día se apaga lentamente, pero el tiburón sigue allí, colgado como un relicario de historias no contadas, como un susurro que se disuelve con la última luz del día. Y así, en el horizonte, el sol y la madera se despiden, juntos, en silencio.

    Malania

    Imagen: propia