• Prosa Poética

    CERRÓ UN CAPÍTULO DE VIDA

    Entre bemoles y sostenidos, esperaba con resignación que algo diferente ocurriera.
    Frente a su casa, los árboles permanecían de pie como soldados firmes.
    Ya nada quedaba de los bosques nativos y fragantes de cuando era niña.
    Habían sido talados con hacha o con sierra mientras ella estuvo ausente.
    Los árboles la observaban, habían sido plantados para que en un futuro cercano -o no-, fueran destinados a la industria. Algún día también desaparecerían como los nativos y como su amor.
    Nunca creyó que ese amor prosperaría. Era como una planta sin raíces destinadas a marchitarse.
    A veces, como ese día, esperaba el milagro. Pero no tuvo éxito su deseo.
    Entonces, la noche la adormeció y se durmió en brazos de la luna llena.
    Cuando despertó dijo a sí misma:
    “Nada crece, nada prospera en la penumbra de los secretos.
    El amor, como los árboles, necesita de luz y espacio para desarrollarse y expandirse”.
    Se sintió libre de su amante, fuerte, sana, con mucho apetito como una adolescente.
    Hacía largas caminatas seguidas por sus mascotas, y se metía en la cocina para preparar exquisiteces. 
    Cerró un capítulo de su vida y dejó de atormentarse con recuerdos y especulaciones sobre lo que pudo ser.

    Malania
    Imágenes: propias y de Rosana G. B.

  • Poemas

    ILUMINA LAS NOCHES

    Por una callecita de tierra
    rumbo a la casa has andado
    recorriendo noches,
    guardando historias por contar.

    Solitario y sin miedo
    guiado por la luna amiga,
    muchas veces, el silencio fiel compañero
    te siguió sin abandonarte jamás.

    Mirando al cielo tantas veces
    pediste con ciertas palabras:
    ilumina las noches
    y ahí la luz que te mostró el camino.

    Fue tu voz a la luna
    pidiendo: ilumina las noches
    para que errante
    no te encuentre la madrugada.
    Y no te perdiste.

    Autor: Poeta Uruguayo Miguel Márquez
    Imagen de la red, gentileza de Miguel M.

  • Poesía

    EN SUS QUINCE AÑOS

    PARA MIA

    De parte de su abuela, con todo mi amor

    Han pasado muchas lunas, muchos soles,
    el tiempo no se ha notado entre canciones y colores.
    De repente, quince años —¡qué misterio tan callado!—
    y mi niña se ha hecho grande, sin que el tiempo haya avisado.

    Eres risa en la mañana, luz serena en el andar,
    una mezcla de ternura con el fuego de soñar.
    A veces callas bajito, con mirada de universo,
    otras, el mundo se alegra cuando ríes sin esfuerzo.

    Entre libros y voleibol, vas dejando tu señal,
    con coraje y con dulzura, con cariño sin igual.
    Buena hija, buena amiga, con tu corazón abierto,
    el amor que tú regalas siempre vuelve, siempre es cierto.

    Hoy tus quince son un canto, una flor que va a brotar,
    un camino que comienza con promesas de brillar.
    Y aunque crezcas y te alejes, lleva siempre en la memoria
    que este amor que yo te tengo… es eterno, es tuyo, es gloria.

    Estoy segura que desde el cielo
    tu abuela y tus abuelos sonríen al verte brillar,
    orgullosos de tu esencia, de tu forma de amar.
    Y yo, desde aquí cerquita, te abrazo con emoción,
    porque verte crecer, Mía, es mi mayor bendición.

    Sigue siendo buena hija, buena hermana, buena amiga,
    no dejes que el mundo apague esa luz que hay en tu vida.
    Sé valiente, sé tú misma, con tu alma generosa,
    que quien ama siempre encuentra la vida hermosa.

    Malania

    Imagen: Propia

  • Poemas

    ATARDECER DESDE EL PATIO

    Desde el patio de mi casa
    veo un atardecer distinto,
    el sol se esconde en el infinito
    regalando a las nubes su brillo.

    Pinta el cielo de naranja
    sobre el amarillo dorado,
    tras los árboles en sombra
    que lentamente
    de negro se contornan.

    El resplandor del sol
    llegó a la media luna
    que en su aureola de agua
    una estela acuna.

    Ráfaga cálida, a veces fría.
    Un atardecer distinto
    embellece a las almas
    apasiona la vida.

    Malania

    Imagen: Rosana G. B.

  • Poesía

    NATURA PURA

    El río canta su melódica voz,
    las montañas guardan su serena paz,
    y las estrellas, al caer la noche,
    tejen sueños en el mar.

    La luna, reina de la quietud,
    se alza con gracia, en su viaje sin fin,
    mientras la vida, en su frágil curso,
    nos invita a ser parte de su festín.

    Espectáculos que el alma abraza,
    en cada amanecer, en cada rincón,
    la naturaleza, con su eterno latido,
    nos regala su canción.

    Malania

    Imagen: M. Julián T.

  • Poemas

    NUNCA DEJES DE AGRADECER

    Agradece por el sol de cada día,
    por la luna en las noches,
    por el aire que respiras,
    por todo lo que tienes aunque sea poco.

    Agradece por el ayer y por hoy,
    por el mañana por venir,
    por lo bueno que te hace seguir,
    por lo malo que te fortalece.

    Nunca dejes de agradecer,
    ten fe en Dios que siempre dará
    lo mejor que es para ti
    y te dirá con enseñanza:

    – Cada cosa que te doy te hará crecer
    y fortalecer.
    Tómalo mostrando gratitud-

    Autor: Poeta uruguayo Miguel Márquez

    Imagen: Roxana E. S.

  • Prosa Poética

    LUNA LLENA RODEADA DE AGUA

    Miro las vías del tren y veo como los rieles se alejan y se juntan (o no), y se pierden entre el verde bosque. Y a ese tren que carga muchas alegrías, sonrisas que nunca se olvidan. Lo he vivido.
    Pero también están aquellas facciones endurecidas con sonrisas de hielo, con muecas de desprecio, al ver a los que están felices. Tienen latente en su interior sueños destruidos quizá por una vulgar rutina o por falta de tiempo para hacer lo que quieren, en una ciudad gris a sus ojos repleta de almas que lo condenan. Y así destruyen sus sueños viviendo en una jungla de lamentos, lucha enfermiza, que por envidia hacia los demás, no le dejan ver ni siquiera la belleza del paisaje por la que está atravesando el tren de la vida. Tiñen los días de sol con la amarga bruma de una tormenta. Y no ven ni siquiera esa hermosa luna llena rodeada de agua que anuncia una lluvia refrescante para los que tanto la esperan.

    Malania

    Imagen: Propia

  • Poemas

    COMO EL BENTEVEO

    La niebla vagaba por la pradera sin ánimo de desaparecer.
    El viento la barrió hacia el norte con la intensión de alejarla.
    Según él, ella eclipsaba el paisaje verde y azul.
    Quizás en su glosario no existían definiciones lascivas
    y su enfado, si bien no era ostensible, latía.
    Hoy, ninguno de los dos piensa de manera sistemática como ayer.
    Ella es como un benteveo atesorando pedacitos de luna en el hueco de un árbol. O como un colibrí cuidando a sus pichones en la rama de un árbol,
    de la casa de una abuela tranquila.
    Mientras tanto, él atesora algodones de nubes azules, en su agitado corazón.

    Malania

    Imagen: Gentileza de Rubén Ch. y Ricardo G.

     
     

     

  • Poemas

    LUNA DE NAVIDAD

    Luna, tú que iluminas el cielo todas las noches con tu suave luz,
    nunca te apagues en Navidad.

    Lleva tu magia al que está solo y abandonado,
    dale alegría la cual perdure siempre y no sea solo por un día.

    Luna de Navidad, cambia la cara del que está triste,
    del que se siente desconsolado, ese ser que pena en silencio.

    Haz que pueda ver las bendiciones de Jesucristo
    y siga andando con mucha fuerza, aun en tiempos difíciles.

    Autor: Miguel Márquez

    Imagen: Propia (Malania)

  • Poemas

    AMANECER

    Hilo de plata
    en círculo incompleto,
    la luna saluda
    al amanecer.
    Punto brillante,
    luce desde el cielo.
    ¿Ves?… ¡No la deja!
    ¿Es eso un querer?
    Picos de árboles
    asoman erguidos,
    miran a la luna
    para respirar.
    Nubes que compiten
    ¿Cuál más bella es?
    Grises, blancas, fucsias,
    la miran también.

    El sol muy rojizo,
    lo acompaña Pólux,
    ofrece alegría,
    con calor antojadizo.
    Gracias a ti, sol,
    gracias a las nubes,
    gracias a la luna
    y al amanecer.
    Dan gracias los árboles,
    al sol por su presencia,
    gracias a él
    pudieron crecer.
    Ya me vuelvo a casa,
    mis niños me esperan,
    mis mascotas también.
    Gracias a la vida,
    hoy pude contemplar
    ¡Otro bello amanecer! Malania
    Imagen: propia