• Haikus

    CANOA LEJANA

    Dos niñas juegan
    en el Río Paraná,
    nadie las cuida.

    O sí, las cuidan
    Dios, y la Madre Santa
    desde la orilla.

    Una canoa
    se divisa a lo lejos.
    El sol se esconde.

    Malania

    Imagen: Roxana E. S.

  • Efemérides,  Poesía

    CONSEJO MATERNAL

    Hoy, tercer domingo de Octubre, se celebra en Argentina, como todos los años, el Día de la Madre y Día de la Familia.
    Esta poesía, cuyo autor es Olegario Víctor Andrade, la recité en uno de los actos escolares de primaria.
    No la olvido y creo que no la olvidaré jamás.

    “Ven para acá, me dijo dulcemente
    mi madre cierto día,
    (aún me parece que escucho en el ambiente
    de su voz la celeste melodía).

    Ven y dime qué causas tan extrañas
    te arrancan esa lágrima, hijo mío,
    que cuelga de tus trémulas pestañas
    como gota cuajada de rocío.

    Tú tienes una pena y me la ocultas:
    ¿no sabes que la madre más sencilla
    sabe leer en el alma de sus hijos
    como tú en la cartilla?

    ¿Quieres que te adivine lo que sientes?
    Ven para acá, pilluelo,
    que con un par de besos en la frente
    disiparé las nubes de tu cielo.

    Yo prorrumpí a llorar. Nada, le dije,
    las causa de mis lágrimas ignoro;
    pero de vez en cuando se me oprime
    el corazón, y ¡lloro!…

    Ella inclinó la frente pensativa,
    se turbó su pupila,
    y enjugando sus ojos y los míos,
    me dijo más tranquila:

    Llama siempre a tu madre cuando sufras
    que vendrá muerta o viva:
    si está en el mundo a compartir tus penas,
    y si no, a consolarte desde arriba.

    Y lo hago así cuando la suerte ruda
    como hoy perturba de mi hogar la calma,
    invoco el nombre de mi madre amada,
    ¡y entonces siento que se ensancha mi alma!”

    Texto e imagen de la red.

    Biografía:

    Olegario V. Andrade nació el 6 de marzo de 1839.  Aunque existen discrepancias sobre el lugar donde se produjo el mismo, el acta de su nacimiento  y otros datos coinciden en que nació en Alegrete, Departamento de Río Grande del Sur, Brasil.

    Falleció en Buenos Aires el 30 de octubre de 1882, a causa de un ataque cerebral. 
    Su sepelio fue una muestra del reconocimiento general a su obra.  Habló el presidente de ese momento, Julio A. Roca, y recitaron sus composiciones poéticas personalidades del mundo de las letras. 
    Sus restos se encuentran en el Cementerio de la Recoleta, y un busto suyo se halla en el Jardín de los Poetas de El Rosedal de Buenos Aires.