• Poemas

    MONTAÑAS

    Montañas nevadas
    montañas muy altas
    picos puntiagudos
    nieve derretida.
    Árboles petrificados
    se bañan en el lago
    imágenes invertidas
    siluetas congeladas.
    Multicolores figuras
    sumergidas y doradas
    nubes protectoras
    velan y atestiguan.

    Malania

    Imagen: Gentileza de Ricardo G.

  • Prosa Poética

    ATARDECER FOGOSO

    En el último suspiro del día, cuando el sol todavía alumbraba el horizonte en un atardecer fogoso, los árboles del bosque parecían sombras dormidas bajo una aureola dorada. Las nubes, como enormes montañas nevadas, navegaban lentamente por el cielo teñido de tonos rosados y naranjas.
    En medio de ese espectáculo celestial, dos amigos se encontraban en el claro del bosque. Ella, con brillo en sus ojos y el cabello iluminado por los últimos rayos del sol, miraba maravillada el juego de luces y sombras. Él, con una sonrisa cómplice, extendió la mano hacia ella, atrapando un momento que parecía suspendido en el tiempo.
    “¿Ves cómo todo cobra vida al caer el sol?”, susurró él, mientras el cielo se oscurecía lentamente y las estrellas comenzaban a despertar. Ella asintió, sin apartar la mirada del cielo encendido. En ese momento, supieron que aquella tarde les había regalado algo más que un atardecer fugaz: habían descubierto la magia de estar juntos en un mundo donde hasta las sombras de los árboles parecían bailar al compás del sol que se despedía.

    Malania

    Imagen: R. G. B.

  • General

    RETROSPECTIVO

    Imagen: Artista colombiana Beatriz González

    Nacía un nuevo lunes y con el día
    una triste luz sobre el horizonte.
    Se sentía vaciado o quizás, rebasado.
    Toda su vida de tribuno
    se había ido colmando y vaciando sola
    quedándose a sus espaldas el mundo jurídico.
    Pero avanzaba
    formando parte de esta tierra
    azotada por el invierno
    como un espino atrofiado
    de hojas y flores marchitas.
    Llovían guijarros sobre sus días
    perseguido por la mala racha
    esa que él mismo fue creando
    a su paso por la tierra
    dañada por crudas nevadas.
    Y nunca escampaba
    porque él espantaba las buenas ondas con su joroba
    esa que lo inclinaba cada vez más
    para hundirlo en su propia nostalgia
    esa que él mismo creaba
    sin otro motivo
    más que su misma pesadumbre
    y su infinita falta de fe en sí mismo
    y falta de fe en nadie
    ni en alguien que una vez
    le tendiera su mano para abrazarlo
    y que él mismo se dedicó
    a rechazarla y anularla.
    Malania
                                                                       
  • General

    DÍAS FRÍOS DE JULIO O DICIEMBRE

    Los días horizontales de julio
    o de diciembre
    (según sea Oriente u Occidente)
    se convierten  en turbias jornadas
    con rumores de limo volcánico.
    Un reguero de polvo radiante
    indica que todo ha cambiado.
    Los amaneceres se ven demorados
    por lunas de cenizas y lluvias heladas.
    Hasta las papas se muestran nevadas
    y los caracoles adormilan
    bajo el colchón de hojas
    que el otoño les ha regalado.
    Muchedumbre embrutecida
    por la ventisca del mediodía
    buscan la acera del sol ausente.
    Nadie reconoce los ojos del desencanto
    los labios ansiosos, la mano agitada
    que va diciendo adioses sin destino concreto
    desde una puerta entreabierta
    tan fría como la misma nieve.
    Los gorriones más atrevidos
    se congelan en un último aleteo
    con sus picos abiertos,  implorando
    que volviera el buen tiempo.
    Los pelícanos amontonados
    a la vuelta de la esquina
    se transmiten el calor del cuerpo
    enmarañando su plumaje entre ellos.
    Desde una ventana de cristales mustios
    él observa su cruel destino de auto presidiario.
    Pero no temas…aquí estoy…una voz de luz repite
    “no temas…aquí estoy
    y aunque el mundo congele tus  huesos
    y en silencio  opaque  tus besos
    Yo seré por siempre tu celda ardiente”
    Tu voz en mí. En mí, vos, por siempre vos.
    Malania
    Imagen de la red.
  • General

    ¿PINTADAS O NEVADAS?

    Parecen estar pintadas con tizas y acuarelas,
    amanecidas tras el blanco delantal de un escolar.
    O algunas nubes blancas se precipitaron,
    movidas por el estruendo
    del rugir de motores de los aviones
    o de los mismos truenos
    antes de una copiosa lluvia.
    O quizás la misma lluvia
    lavó las nubes blancas y las deshilachó
    tumbándolas sobre las cumbres,
    que según dicen, están nevadas por el intenso frío.
    O quizás un niño extraviado ocupó su tiempo
    y las pintó con tizas y acuarelas.

    Malania

    Imagen: C. J. V.