DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
El Día Internacional de la Mujer, antes denominado Día Internacional de la Mujer Trabajadora, se conmemora cada 8 de Marzo por la lucha de las mujeres por su participación en la sociedad y su desarrollo íntegro como persona.
En la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas realizada en Copenhague en 1910, Clara Zetkin propuso y se aprobó la celebración del “Día de la Mujer Trabajadora”, que se comenzó a celebrar al año siguiente. La primera conmemoración se realizó el 19 de marzo de 1911 en Alemania, Austria, Suiza y Dinamarca. Luego se extendió a muchos países.
En 1972, la Asamblea General de las Naciones Unidas, por Resolución 3010 declaró a 1975 “Año Internacional de las Mujer” y en 1977 invitó a los Estados a declarar, conforme a sus tradiciones históricas y costumbres nacionales, un día como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.
En algunos países el 8 de Marzo es feriado laboral.Malania
Info e imagen de la red.
ATARDECER DORADO
El sol se oculta tras un velo amarillo,
en la vastedad de un cielo anaranjado.
Las sombras se estiran, se hacen lentas,
mientras la brisa acaricia el mundo callado.El gato negro duerme, tranquilo,
su cuerpo reposa como molde petrificado.
En la cama, su ser se extiende en paz,
donde el tiempo se detiene, suspendido, marcado.El dorado se derrama en cada rincón,
mientras el sueño del felino se adueña de la habitación,
y el día se apaga en un suave suspiro,
quedando el eco de la luz como un latido tardío.Malania
Imágenes: Rosana G.B. y M. Julián T.
POR TÍ, POR MÍ, POR TODOS
Hoy viajé al centro de mi ser.
Fui a buscar un reservorio de paz.
Allí pude encontrar una fuente de serenidad.
Me serví de ella para esparcirla sobre mis experiencias.
Me senté al borde de la fuente para reflexionar.
Mis pensamientos bogaron por la paz de todos,
por tu paz, por la de él o ella, y por mi paz.
Esa paz interna que a raíz del silencio que atraviesa mi ser,
me calma, me fortalece y me hace sentir segura.
También eso quiero para ti, para él o ella, para mí y para todos.
¿Por qué no? ¡Para todos!
La paz me sustenta y me sostiene.
También eso pido para ti, para él o ella, para mí y para todos.
Doy Gracias a Dios por la serenidad que hoy llena mi alma.
Y pido serenidad para ti, para él o ella, para mí y para todos.Malania
Imagen: Propia
CONEXIÓN
La belleza del paisaje se tiñó de bruma y de lluvia en una mañana de febrero. El agua dejó solamente la humedad en las plantas y la fresca fragancia de las hierbas mojadas. Se fue a otros lares para dejarnos un precioso día de sol.
Con alegría los pájaros nos ofrecieron una melodía rítmica y difusa, tal vez monótona, pero nada molesta. Sentí que era una forma de agradecer a la naturaleza misma por sus bondades.
Mientras tanto el agua del mar, a veces calma, nos transmitía paz y con sus olas danzantes nos emocionaba, cuando veíamos los reflejos del sol brillando y penetrando en el gran caudal.Malania
Imagen propia
TACURÚ Y FLORES
Un nido de hormigas bajo el sol,
un sinfín de pasos en tierra roja y oscura,
mientras las flores de violeta al viento
bailan suaves, llenas de ternura.Las hormigas se apresuran en su marcha,
y las flores, quietas, se mecen en calma.
Dos mundos en danza, tan distintos,
pero ambos guardan paz en el alma.Malania
Imagen: Propia
TODAS LAS TORMENTAS SON PASAJERAS
No temas a las dificultades de la vida,
sigue y sigue marchando, afirma tus pasos
y no te detengas jamás.No pienses nunca en desistir
por más cansancio que tengas,
el fruto de la victoria te traerá paz,
gozo y tranquilidad necesaria.Todas las tormentas son pasajeras,
ten presente,
con fe en Dios nada te vencerá,
nada detendrá tus pasos y Él te dirá:
– Camina seguro, conmigo todo, sin mí nada.
Estaré siempre y nada te hará caer-.Autor: Miguel Márquez
Imagen: Yoyi G.
BRUMA Y MAR
Las incertidumbres navegan entre brumas y sombras,
en desconocidos tiempos, con desconocidas verdades.
Cuestionadas certezas se enredan en la espuma del mar.
Nos convencemos al ver una roca
plantada en el suelo sin poder moverse.
Hasta podemos tropezar con ella.
No cuestionamos su estado,
no nos preguntamos si es feliz,
si quiere estar ahí bajo el sol caliente
o bajo la helada de invierno.
Para nosotros es un ser inanimado.
¿Lo es?
¿Tendrá ilusiones el mar?
Su espuma quizás es una forma de expresar algo
pero no lo comprendemos.
La sabiduría del tiempo puede deshacer una ilusión.
Abrazamos luces que luego se convierten en sombras y desaparecen.
Cuestionamos muchas cosas, verdades y mentiras.
Pero al contemplar el mar vemos una sana realidad,
y encontramos la paz aunque sea por un momento o varios, permitiéndonos ver la vida de tal o cual manera, sin cuestionarnos el porqué.Malania
Imágenes propias
RETÓRICAS
¿Cuándo regresaré?
¿Lo haré alguna vez?
¿Volvería?
No tenía motivos para volver.
Tampoco tenía respuestas a esos interrogantes.
Entonces, se despreocupó, porque eso vendrá con el tiempo.
No tenía sentido torturarse tratando de hallarlas hoy.
Esa también era una de las lecciones que había aprendido durante los últimos años.
Una demora, un camino diferente, un encuentro inesperado, una palabra demás, podría modificar la realidad. Las opciones y las posibilidades, de esa forma, se multiplicaban dando pie a múltiples posibilidades futuras muy distintas unas de otras.
Ella comenzó a entender que culparse o culpar a otros de las decisiones tomadas, no la conducía a nada bueno, que debía aprender a aceptar todo lo que había hecho en el recorrido por diferentes lugares y caminos.
Aceptar lo actual y real, constituía la única posibilidad que tenía para poder vivir en paz.
La vida a veces empuja a empezar de nuevo en esta tierra de mortales, donde, más allá de que cada uno delimite su terreno, es de todos.
La rueda gira sin pedir permiso, sin tener en cuenta apellido ni colores de piel. La luz del sol brilla para todos por igual. La vida continúa sin que nadie sepa, a ciencia cierta, hasta cuándo seguirá.Malania
Imágenes: Javier A. T. , M. Julián T y propias
JACARANDÁS
En la arboleda donde el viento canta,
el sol se filtra, tímido y dorado,
y entre los árboles, su sombra encanta,
un mundo verde, en paz, abrazado.Los jacarandás de flores violetas,
pintan de sueños el cielo lejano,
y sus pétalos, cual seda ligera,
alfombran senderos desde muy temprano.En sus ramas, los pájaros se esconden,
para romper la tristeza de hombres callados,
con sus trinos del alma, al paisaje responden,
al respirar de un jardín un poco olvidado.Así, entre árboles y flores en calma,
la arboleda cubre de quietud los seres,
y los jacarandás sus flores derraman,
aliviando corazones con males de ayeres.Malania
Imagen: de la red.
Avenida de Buenos Aires
COLIBRÍ TORNASOL
En un atardecer tranquilo, el sol iba desapareciendo dejando prolongadas sombras sobre el patio y el jardín. El aroma de los jazmines se expandía por todo el cálido ambiente de primavera. En un rincón del patio, cercano adonde la joven estaba sentada, rompió la calma el suave ruido como si fuese de un diminuto ventilador. Era un pequeño colibrí que la visitaba.
Tal vez cansado por la intensidad de su ajetreo, escogió ese lugar para descansar. Un cable y una rama le sirvieron de posada.
Pero no le bastó posarse solamente sino que se le acercó para pedir mimos.
Quizás estaba asustado, y la paz del lugar lo acogió en ese instante.
Como si supiera que ella no le haría daño el colibrí permitió que lo tocara.
Ella le acarició son suavidad el lomo y la pancita del pequeño y frágil pajarito. Su pecho brillaba como una joya mientras sus alas descansaban por un momento. El colibrí en agradecimiento y con expresión tranquila y soñolienta, cerraba los ojitos al ser acariciado. Su pequeñez parecía ser un milagro de la naturaleza. El aire alrededor se llenó de una quietud especial.
De pronto un leve estremecimiento recorrió sus alas pero no voló.
En ese instante ella sintió una conexión profunda y especial como si el pequeño colibrí estuviera agradeciendo por ese momento de descanso.
Un rayo de luz se filtró por entre las ramas del naranjo e iluminó su cuerpito, abrió los ojos, la miró con una expresión que contenía miles de historias.
Luego, con un delicado batir de alas, se alejó, zumbando de nuevo por el jardín, como si nunca hubiera hecho una pausa.
La joven mujer sintió una sensación de calma en el corazón. El patio y jardín volvían a su ritmo, pero el colibrí, aunque ya no estuviera, en su pequeño descanso había dejado una huella en el aire, un recordatorio de que, a veces, la belleza y la paz se encuentran en los momentos más simples y sencillos de la vida.Malania
Imagen: Rosana M. B.