• Poesía

    LA ROSA Y EL LIBRO

    Entre pétalos y versos, el amor se cuela,
    en páginas blancas, su historia se revela.
    Rimas que bailan como flores en primavera,
    un libro de poesía rosa, una espera sincera.

    Susurros de rimas que el corazón cautivan,
    letras que abrazan el alma y el dolor alivian.
    En cada verso, un suspiro, una mirada furtiva,
    un universo de emociones en cada página viva.

    Las letras son rosas que despiertan los sentidos,
    perfumes de pasión en versos encendidos.
    En este libro, el amor es el eterno testigo,
    la poesía y la rosa, regalos que el alma abriga.

    Así, entre letras y rosas, el amor se eterniza,
    en cada palabra, una promesa que se desliza.
    Un libro de poesía o prosa, un tesoro que eterniza,
    el amor, la esperanza, la belleza que hipnotiza.

    Malania

    Imagen: Joseph B.

  • Poesía

    EN EL JARDÍN DEL ALMA

    Entre el prado danzan flores y campanillas,
    matizadas en colores que la primavera atesora,
    rojas como el ardor de un corazón enamorado,
    amarillas como el sol que ilumina la aurora.

    En el jardín del alma, su esencia se derrama,
    fragancias de sueños y promesas cumplidas,
    en el lienzo de la vida, cada pétalo se reclama,
    un susurro de amor en cada hoja tejida.

    Brotan del suelo, como suspiros de la tierra,
    delicadas y etéreas, su danza es un canto,
    la naturaleza las viste con gracia sincera,
    y en su humilde belleza, revelan su encanto.

    Así, en la poesía de este mundo, tejida,
    flores y campanillas, rojas y amarillas,
    son versos que en el alma quedan grabados,
    testimonio eterno de las alegrías sencillas.

    Malania

    Imágenes: M. J. T.

  • Poesía

    VIAJE DIFERENTE

    En un colectivo rumbo a cualquier lugar.
    Complicado viaje, repleto de afán.
    Chofer parado, pasajeros apiñados.
    Entre ellos, él, con destinos encontrados.

    Una anciana, sin sitio, exclamó con pesar:
    “¿Dónde están los caballeros?”, al levantarse a mirar.
    Y alguien le respondió, con humor desbordante:
    “Los asientos se acabaron, ¡no el ser galante!”

    Llegaron a aquel lugar, con alivio y sudor.
    Bajar del colectivo, una verdadera labor.
    Se le acercó una gitana, de mirada profunda:
    “¿Quieres conocer tu destino?” dijo sin una segunda.
    Y detrás de ella, un fotógrafo, queriendo ganar la suya.

    “Adivinaré tu futuro”, le ofreció con convicción.
    “Hasta los setenta, serás pobre” fue su predicción.
    “¿Incluso después?”, le preguntó con curiosidad.
    “Te acostumbrarás”, dio su respuesta sin piedad.

    “Un hijo tienes”, le dijo con certeza.
    “¡Tres hijos tengo!”, exclamó con franqueza.
    “Uno es tuyo, los otros, no lo son”.
    Su revelación, ellos son de tu corazón.

    Así fue su viaje, en colectivo complicado.
    Con destinos inciertos, y revelaciones del pasado.
    A destino llegó, con historias para contar.
    En este viaje, la vida le enseñó a aceptar.

    Malania

    Imagen: de la red

    Poesía inspirada en un cuento tucumano.

  • Poesía

    SE NECESITA UN AMIGO

    No es necesario que sea hombre,
    basta que sea humano,
    basta que tenga sentimientos,
    basta que tenga corazón.

    Se necesita que sepa hablar y callar,
    sobre todo que sepa escuchar.

    Tiene que gustar de la poesía,
    de la madrugada, de los pájaros, del Sol,
    de la Luna, del canto, de los vientos
    y de las canciones de la brisa.

    Debe amar al prójimo y respetar el dolor que
    los peregrinos llevan consigo.
    Debe guardar el secreto sin sacrificio.
    Debe hablar siempre de frente y
    no traicionar con mentiras o deslealtades.

    Debe tener un ideal, y miedo de perderlo,
    y en caso de no ser así,
    debe sentir el gran vacío que esto deja.

    Tiene que tener resonancias humanas,
    su principal objetivo debe ser el del amigo.

    Debe sentir pena por las personas tristes
    y comprender el inmenso vacío de los solitarios.

    Se busca un amigo para gustar
    de los mismos gustos,
    que se conmueva cuando es tratado de amigo.

    Que sepa conversar de cosas simples,
    de lloviznas y de grandes lluvias y
    de los recuerdos de la infancia.

    Se precisa un amigo para no enloquecer,
    para contar lo que se vio de bello y
    de triste durante el día, de los anhelos
    y de las realizaciones, de los sueños y de la realidad.

    Debe gustar de las calles desiertas,
    de los charcos de agua y los caminos mojados,
    del borde de la calle, del bosque después de la lluvia,
    de acostarse en el pasto.

    Se precisa un amigo que diga que vale la pena vivir,
    no porque la vida es bella, sino porque estamos juntos.

    Se necesita un amigo para dejar de llorar.

    Para no vivir de cara al pasado,
    en busca de memorias perdidas.

    Que nos palmee los hombros,
    sonriendo o llorando,
    pero que nos llame amigo,
    para tener la conciencia de que aún estamos vivos.

    Autor: Vinicius de Moraes

    Imagen: Propia

  • Prosa Poética

    SOL Y LETRAS

    En mis momentos de ocio aprovechaba para leer y releer sus poemas, sus poesías, cerraba los ojos me llenaba de su aroma.
    Solo aspirando la fragancia de sus letras me sentía feliz, mientras esperaba el momento justo para fotografiar un nuevo amanecer, distinto cada día.
    El sol se peinó en el mar y lo tiñó con su color brillante, mezcla de aire sereno y el eco de la risa de los peces en movimiento, apareándose al compás de las olas.
    Era hora de emprender la caminata. En uno de los surcos, señal del paso de alguna bicicleta madrugadora, un hilo rojo inventando su ausencia.
    Malania
    Imagen propia
                                                                                                                     
  • General

    EVANESCENCIA

     
     
    Cuando el amor parece esfumarse por la rendija de una ventana o se escapa por entre nuestros  propios
    dedos, se presentan momentos diferentes, unos donde afloran las ganas de gritar al viento la torpeza de la imagen íntima, y después en otro momento, cuando  reacciona, la quietud  abraza, como si fuera a quedar totalmente  inerte. Sería algo así como depositar nuestras palabras sobre las cumbres plateadas o dejarlas libres al vuelo en un atardecer multicolor.
    A veces la poesía viaja a otros lares y se roba la imaginación. No hay lugar para inspiración alguna.
    Entonces el recorrido por este sitio virtual se hace interesante, mientras se intercalan los interminables
    estornudos,  ante la sola idea de que el amor es cruel y que puede jugar mal con nuestro destino,
    congelando nuestros sentimientos en esas cimas plateadas o resguardarnos en la tibieza de los colores
    del atardecer. La decisión es propia de cada ser humano.

    Comparto un artículo que puede resultar interesante, del cual pondré solo unas líneas, y es el siguiente:

    WABI SABI

    El wabi sabi 侘寂 es una apreciación estética de la evanescencia de la vida. Las imágenes wabi sabi nos
    obligan a contemplar nuestra propia mortalidad y evocan una soledad existencial y una delicada tristeza. También provocan un alivio agridulce, ya que sabemos que toda existencia comparte el mismo destino. ¿O no?

    Imagen de la red 

    Imagen de P. M. Imagen de M. J. T.

  • General

    ENTRE EL VERDOR

    Con colores vivos
    de pura naturaleza  
    su atractiva forma
    es belleza
    es poesía.
    Su nombre:
    Pico de loro.
    Malania
    Imagen propia
                                                
  • General

    ECLOSIÓN ROSA

    Los canes estragaban los jardines. 
    Pero no sabían que allí estaba él, diligente, intrépido, perspicaz.
    Era como un nimio, todo lo quería perfecto.
    Algo ocurrió de repente y comenzó a flaquear. No sabía si mirar por la ventana y espantar a los pájaros o cuidar los jardines y correr a los perros. No percibía en su mente qué cosa era lo que mejor convenía.
    No quería forzar sus pensamientos.
    Entonces decidido juntó hojas con frases y palabras, las disecó, las colocó en un mortero y las dejó reposar hasta el día siguiente. Cuándo despertó, se dirigió al mortero con la idea de renovar su inspiración, quizás allí encontraría la poesía perfecta o el mejor de los poemas. Pero lo único que logró fue sacar a cucharadas letras sueltas. 
    Esperó al amanecer del otro día y emprendió una caminata. Antes sus ojos, estaban intactos los jardines. Los canes lo saludaban agitando sus colas y jadeantes le sacaban sus lenguas. 
    Decididos se armaron en carrera y confluyeron en un atajo bordeado de rosas blancas, rojas y rosadas. Los pequeños animales detuvieron su marcha y olfatearon uno a uno los capullos en eclosión. 
    El nimio desde ese momento se convirtió en amigo de los perros. 
    Quizás los canes le ayudarán a inspirarse a escribir poemas y poesías. 

    Malania

    Imagen de la red

     

     

     

     

     
     
     
     
     

     

  • General

    CADA NOCHE

    Revirtió la sorna de sus días y como un trueno se subió a la tarima, pronunció su discurso en favor de la vida, descubrió su torso y mostró la gran cicatriz que bordeaba su corazón. La aparición de un especialista interrumpió su arrebato emocional. El omnisciente calmó el ánimo del momento discursivo y habló pausadamente: Seguramente muchos o no tantos…quizás…han tenido un lapsus a causa de ser un impulsivo fumador. Se sacó el saco, luego la camisa y de espaldas mostró el camino recorrido por el bisturí en aquél día que de urgencia lo internaron y lo llevaron directamente al quirófano. Se salvó porque no fue su día final. Después de haber zafado del mal trance tomó la vida con serenidad.
    Contemplaba cada noche la progresión minuciosa de la oscuridad sobre la ciudad.
    De pronto la recordó y en su mente brotó un pensamiento:
    “Me paso el tiempo tratando de crear magia mediante la poesía, cuando en realidad todo está casi al alcance de la mano, pero …. te vuelvo a perder”.
                                                                                                                           Malania
    Imagen de la red
  • Poesía

    ESPONJOSA NUBE

    Se le oscureció el semblante
    con su cara pálida.
    Se quedó mirando
    emocionada y seria,  
    la pecera helada
    a través de la ventana.
    El invierno ha sido duro
    y ha convertido ríos y lagos
    en gruesas capas de hielo,
    también de la pecera, el agua.
    Una esponjosa nube blanca
    ha descendido como un hada
    congelando hasta las algas.
    Las opulentas cortinas
    y las gruesas alfombras
    se tragaron su tenue voz
    en poesía exclamada.  
    Jamás se había sentido
    tan impresionada,
    no escuchaba las palabras
    de aquellos que le hablaban.
    No quería entender nada,
    prefirió dejar que resbalen
    por sus oídos aturdidos
    junto a sus tibias lágrimas.

    Malania

    Imagen: Gentileza de R. G.