• General

    ERUPCIONES

    TEMIDAS ERUPCIONES

    Desde el centro visceral emergerán incontenibles.

    Inestables placas en equilibrio alejadas del intelecto superficial
    ignorando su mandato fluyen contundentes arrasando
    todo a su alrededor.

    Cuando todo vuelva a la calma nada será igual
    después que hables en caliente…
    siempre temerán tus erupciones.

    Autor: Patricio. https://patriciomassa.blogspot.com/

    Al leer este texto me llevó a recordar las veces que llamaba la atención a mis hijos por algún motivo, por algo que no me gustaba o que creía que no estaba bien. Ellos decían y hasta ahora lo afirman, que mis palabras dolían más que una paliza.
    No sé si comparar mis palabras con el volcán, con su lava candente. Pero sé que hay palabras que queman, igual o más que esa erupción volcánica. Duelen y perduran en el tiempo.
    A veces son lecciones que sirven para saber cómo actuar, qué hacer para no encender esa llama que luego quema y hiere.
    Mi intención nunca ha sido herir pero sí orientar y corregir. Tal vez mi cara con sus gestos y seriedad, carente de sonrisa, hacía ese efecto.

    Malania Nashki

    Imagen: P. M.

  • General

    DÍAS QUE SON NOCHES

    Cuando hablamos del día y de la noche como momentos de esas veinticuatro horas de reloj, nos hacemos la idea de la claridad y de la oscuridad.
    Pero a veces escuchamos decir: “Se nos vino la noche”, a plena luz del día soleado. Es que hay días que se oscurecen, pero no con la negra oscuridad que la naturaleza nos presenta, salvo que esté reinando la luna llena con todo su esplendor y ahí sí, hasta se puede pasear por algún parque en buena compañía sin necesidad de luz artificial.
    Es que muchas veces los pensamientos son los que oscurecen la jornada cuando algo sale mal. Pero “No hay mal que por bien no venga” y “Dibujemos el sol en días nublados” “Dibujemos el sol con una sonrisa”. Puede resultar difícil pero no imposible impedir que la oscuridad nos nuble la vista en días soleados.

    Me gusta leer a los poetas amigos porque sus trabajos también me inspiran y me llevan a volcar en letras esos pensamientos.
    No duden en escribir lo que emerge del interior de cada ser. Escribir hace bien.

    Malania.

    Imagen propia

  • Prosa Poética

    DONDE VIVE LA RISA

    Donde vive la risa quiero llegar, echando fuera las lágrimas,
    quiero ser feliz olvidando tristezas.

    Donde vive la risa quiero quedarme, olvidando pena y dolor,
    guardando recuerdos de momentos bellos.

    Donde vive la risa quiero mi morada, abrazando los sueños
    y toda su magia hecha para siempre.

    Autor: Poeta uruguayo Miguel Márquez 

    ¿Vive la risa en algún lugar? ¿Risa es sinónimo de alegría?
    Creo que hay diferentes tipos de risa, puede ser intencional forzada o espontánea.
    Puede nacer de un acto de alegría, pero también de la ironía.
    Puede un ser reírse en una fiesta, festejar el nacimiento de un nuevo ser querido, de una mascota, o simplemente reírse exteriorizando alegría por cualquier otro motivo que lo haga feliz.
    Pero está la risa sarcástica, esa que hiere al otro, esa que hace doler el alma del otro. La risa que es sinónimo de burla, o aquella malévola, llena de odio, que responde a la forma de ser de alguien que solo ha conocido el lado oscuro de la vida, una vida llena de amargura y tristeza.
    Entiendo que el autor uruguayo se refiere a la risa sinónimo de alegría.
    Esta risa vive:
    en el corazón de la gente buena,
    en las cosas que a nuestros ojos son bellas,
    en los ambientes saludables
    y hasta en el brillo de las estrellas.

    Malania Nashki.

    Imagen de la red (Vitae. Tendencias verdes)

  • General

    MIS DÍAS DE COLORES

    Una corriente de aire diferente se interpuso entre su mundo y el mío.
    ¿Acaso vivimos en silencio para no herirnos los unos a los otros?
    Le pregunté al mar qué había representado él para mí y yo para él, pero no hallé respuesta.
     Recuerdo cuando sentado frente a mí, destilaba vida y frescura por sus poros, su mirada clavada en mis ojos y sus dedos insinuantes, acariciaban las palmas de mis manos. Amor.
    De a poco el mundo circundante fue perdiendo sus colores.
    Algo de mí había partido con él, ese mismo día cuando se alejó con un cigarrillo en la mano, sin siquiera adivinar que tal vez ese sería nuestro último día (o tal vez no).
    A veces me pregunto
    ¿Qué hubiera ocurrido si no lo hubiese encontrado y conocido?
    Hoy pinto mis días de colores del arco iris, para ver en ellos la sonrisa de sus labios y esa seductora mirada color miel.
                                                                                                                             Malania
    Imagen: Web J. M. Merellos
  • Cuentos

    DÍA DISTINTO.

    “Día frío, especial para quedarme en casa y disfrutar de mucha tranquilidad y mi soledad”, pensó Rita esbozando una sonrisa. Era sábado. Se levantó de la cama más tarde de lo que acostumbraba y como era habitual, se desperezó bajo la ducha tibia y reconfortante. “Hoy no estás para compartirla” se dijo en el momento justo en que sus manos espumosas dejaban al descuido el jabón rosa que le traía recuerdos. El ritual posterior no fue diferente al de todos los días: secador  y cepillo para el cabello, crema y loción para el cuerpo, delineador y labial para no verse con una simple cara lavada, todo como si hubiera adivinado lo que la esperaba. Preparó unos mates, colocó la yerba, un poquito de azúcar, y apenas media cucharadita de manzanilla. Lo sacudió como para mezclar todo y echó un chorrito de agua fría sin mojar toda la yerba, luego el agua a punto, listo como para cebar la infusión. Esperó unos minutos y colocó la bombilla. Los primeros sorbos que suelen venir acompañados de polvo de la misma yerba mate, los escupió a la pileta. Recordó las cascaritas de naranja, por lo que desenroscó la tapa del frasco y tomó varias que ya estaban secas (Las cascaritas ella misma las preparaba cuidadosamente, tomando solo la parte anaranjada sin la corteza blanca amarga, dejándolas secar al aire libre y al sol).  Estaba feliz por el día que la esperaba. Ni siquiera iba a cocinar porque había comida en la heladera y solo faltaba calentarla antes del almuerzo.
       Bastó que se sentara ante la computadora (servidor) para que sonara el teléfono.
    -¡Hola! ¿Cómo estás? ¿Cómo será tu día hoy? ¿Estarás muy ocupada? –la voz  al otro lado del hilo no le dio tiempo de elegir respuesta.
    -¡Hola! Bien! Nada especial para hoy. ¿Por qué? –recordó que tenía que salir a las cuatro de la tarde a visitar a un alumno para explicarle un tema de matemática, y se lo dijo.
    -Entonces voy a visitarte –dijo con tono decisivo.
    -Está bien –respondió la dueña de casa con el pensamiento puesto en que su día no sería el mismo de como lo había planeado.
       Tomó unos mates, encargó empanadas para reforzar el almuerzo, revisó su correo electrónico, escribió un par de comentarios en algunas de las Comunidades a la que es asidua visitante, y sonó nuevamente el teléfono.
    -Ya estoy cerca, ¿puedes salir a mi encuentro?
    -Ahí voy –respondió Rita.
    Era casi mediodía  cuando se encontraron. -Entre sus domicilios había más de hora y media de viaje-. El almuerzo transcurrió con amena charla. Sobre todo la de la visita que no se callaba ni para masticar los alimentos. Contó historias y más historias. Rita que acostumbraba a estar en silencio hasta cuando escuchaba la radio o sintonizaba un canal de televisión, -el volumen no supera los 20 decibeles-, estaba segura que Marta sobrepasaba al doble de ese volumen, hablaba a los gritos. En bien de sus oídos quería decirle basta, pero su corazón y su alma la invitaban a tener paciencia ya que la grata visita (dentro de todo, grata) no sería para mucho tiempo. La hora se aproximaba, Rita avisó que pasaría al cuarto a cambiarse de ropa, porque el ambiente no estaba para andar desabrigada. Se calzó las botas, tomó un abrigo grueso y se sentó a esperar a que Marta terminara la casi última charla como visitante. Rita se aseguró de que todo esté cerrado, hasta las llaves de luz y calefacción.
       Caminaron juntas, Marta del brazo de Rita por temor a tropezar con una baldosa suelta, que en este barrio y muchos otros, abundaban. Llegó el tren a horario y ambas ascendieron. Rita bajó tres estaciones antes de la que iba su amiga para hacer combinación. Pero la historia no terminó ahí, y el día realmente se presentaba distinto.
    Ya en casa de su alumno, se dispuso a explicar los temas demandados. Había pasado una hora cuando comenzó a sentir que su  olfato no le fallaba y desde la cocina un reconocido olor se expandía por todo el dos ambientes. El aroma particular y penetrante como molesto, salvo cuando se está dispuesto a comer al amigo del colesterol, comenzó a nadar hasta impregnar los cabellos limpios y prolijamente peinados, el abrigo colgado de un perchero y los poros de su piel perfumada. Rita solo pensaba en llegar al final de la clase. El olor a quién sabe qué cosa frita con aceite de mil usos,  le había quitado hasta las ganas de ir pasar por la parroquia y asistir a la misa vespertina. Se sintió tan mal que lo único que quería era hacer lo que hizo: llegó a su casa, se desvistió, colocó su ropa en el lavarropas (lavadora) y respiró profundo bajo la ducha tibia.
  • Prosa Poética

    SOL Y LETRAS

    En mis momentos de ocio aprovechaba para leer y releer sus poemas, sus poesías, cerraba los ojos me llenaba de su aroma.
    Solo aspirando la fragancia de sus letras me sentía feliz, mientras esperaba el momento justo para fotografiar un nuevo amanecer, distinto cada día.
    El sol se peinó en el mar y lo tiñó con su color brillante, mezcla de aire sereno y el eco de la risa de los peces en movimiento, apareándose al compás de las olas.
    Era hora de emprender la caminata. En uno de los surcos, señal del paso de alguna bicicleta madrugadora, un hilo rojo inventando su ausencia.
    Malania
    Imagen propia
                                                                                                                     
  • Prosa Poética

    EN BUSCA DE TU PRIMAVERA

    Seguiré el vuelo de las aves, emigrando donde tu primavera florece.
    Iré tras los latidos que agitan mi pecho, a anidar en las ramas de tu corazón.
    Preguntaré a los trigales que visten  la llanura por las huellas de tus pasos que me lleven hasta ti.
    A un costado del camino, un ballet de hojas que hace tiempo su otoño quedó atrás, danzan arremolinadas a mi alrededor para contarme qué cerca estás y mis suspiros como brújula señalan el punto cardinal de tu sonrisa.
    Si el atardecer me encuentra donde el sol bebe de tus aguas, recostaré mis ansias sobre la montaña y llenaré de aire mi espera…recogeré jazmines del cielo, sembraré de caricias tus manos y antes de perderme en tus brazos, mi amor en versos endulzará de besos tus labios.

    Autor: Poeta argentino Patricio Massa

    Imagen: R. E. Ch.

    Imagen: de la red, gentileza P. M.

  • Prosa Poética

    VOY A CAMINAR

    Voy a caminar donde el silencio se esconde,
    donde duerme la risa y la magia se apronta queriendo salir.

    Voy a caminar donde los sueños
    esperan para acompañarme cargando felicidad.

    Voy a caminar donde nos cante el viento
    haciendo danzar las hojas de cada árbol del lugar.

    Voy a caminar donde brille el sol aunque no lo veamos,
    donde las noches regalen su luna y toditas sus estrellas
    pintando sonrisas.

    Autor: poeta uruguayo Miguel Márquez
    Imagen: Malania

  • Prosa Poética

    VOY BUSCANDO

    Dueto

    Autor: Escritor y Poeta uruguayo Miguel Márquez.

    Voy buscando esa paz ausente que quieren perderla, ese amor lejano y no ser tan frío.

    Voy buscando lo que un día existió, esas ilusiones cuál quieren borrarlas. 

    Voy buscando esa magia que tanto anhelamos, todos esos sueños llenos de felicidad.

    Voy buscando esa libertad que no prive nada, pudiendo reír sin dejar de hacerlo, guardando recuerdos de cada momento vivido.

    De Malania Nashki:

    NO VOY BUSCANDO

    Ya no busco la paz ausente, porque está presente en mí, de la mano de Dios que no me deja perderla. No hay amor lejano, amo todo lo que tengo, todo lo que me rodea. No sé si soy fría porque desde mi interior siempre brota la calidez de una sonrisa.

    No busco lo que un día existió, porque lo que fue ya no está y lo pasado no volverá. Siempre hay ilusiones a la vista y dentro de mi corazón.

    No la busco porque nunca la he perdido, esa magia que todos anhelamos tenerla, los sueños llenos de felicidad.

    No voy buscando libertad, porque la tengo. Puedo reír sin prejuicios, y guardo recuerdos de todos los momentos que he vivido.

    Imágenes: de la red

  • Prosa Poética

    CUANDO SALGA EL SOL

    Dueto

    Del Escritor y Poeta uruguayo: Miguel Márquez

    Cuando salga el sol, viviré con ganas disfrutando un nuevo día, llevaré conmigo toda la esperanza de un mundo mejor.

    Cuando salga el sol, dejaré volar mi imaginación, donde no tema a todo aquello que ha de venir, quedará lo bueno dejando pasar lo malo.

    Cuando salga el sol, he de despertar con una gran sonrisa dibujada en mi rostro, para ser feliz lo que me quede de vida.

    De Malania Nashki:

    No esperaré a que salga el sol, si está nublado lo dibujaré y viviré disfrutando el nuevo día con la esperanza de que hoy todo será mejor.

    No esperaré a que salga el sol para dejar volar mi imaginación, sin temer lo que pueda venir. Dejaré conmigo lo bueno y alejaré de mí todo lo malo.

    No esperaré a que salga el sol para despertar con una gran sonrisa. Me levantaré de madrugada para salir a caminar y encontrar el alba, festejando con la felicidad de contar con un día más de vida.

    Imagen propia