• Poemas

    CLAREABA LA NOCHE

    El caballero del castillo
    atravesó aquel desierto imposible
    sin hacer ruido,
    tratando de ser invisible.
    Alcanzó el túnel del tiempo,
    tras escudriñar la bahía lejana
    y se enfrentó al viento.
    En un reguero de hojas amarillas,
    de un otoño recién amanecido,
    condenado a no conocer la vida,
    por derecho, sino por el revés,
    descifró las costuras de sus días,
    condenado a corregir los hilos,
    de las tramas de su porvenir en caída.
    Nunca, de su poder sería el dueño,
    de eso estaba convencido
    porque en algún día de cierto año
     le habían hurtado los sueños.
    Cansado, reflejó en un espejo de agua,
    la expresión de su amargo semblante,
    oscureciendo  con su sombra
    los bellos recuerdos de pasión fulgurante.
    Las mariposas  acompañaron su paso lento,
    desparramando sus colores
    por sobre las hojas ya muertas,
    de color azul amarronado y cruento.
    Imagen: Gentileza R. E. Ch.
  • General

    CAMINOS QUE SE CRUZAN

    En la inmediatez de una línea fronteriza
    y la neutralidad de estar allá o acá,
    con el obstáculo de la ubicuidad humana,
    ante preguntas sin respuestas,
    con sueños que caen
    en caminos que se cruzan, pero no se ven,
    donde las sonrisas se tapan con barbijos
    y los besos se dan a la distancia,
    envueltos en abrazo virtual,  
    con modestia prefirió
    no dar lugar a su audacia.
    De modo extraño, contempló el mundo
    con paciencia y tranquilidad,
    y con un silencio contenido,
    observó desde el ventanal,
    la belleza natural
    de una mariposa amarilla,
    posada en una bella flor
    después de su vuelo magistral.

    Imagen: gentileza de Ramona T.

  • Poemas

    TUS LETRAS

    Con el pensamiento callado
    dormían tus letras,
    en palabras de sueños
    repartidas en ilusiones,
    adormecidas,
    esparcidas
    en el tiempo sin caricias.
    Algunas letras permanecen,
    en el recuerdo que viaja,
    en el torrente vertiginoso
    del cauce color rojo,
    de una dama que hace un tiempo,
    de ti ha estado enamorada.
    Llevan las iniciales de tu nombre,
    talladas en cada trazo,
    en cada tramo del horizonte.
    Por un tiempo
    te habías sumido en silencio.
    Pero hoy ella sonríe,
    has vuelto a escribir poeta.
    Hasta en la cima de una montaña,
    o en la sima de una roca,
    resuenan nuevamente tus letras.

    Imagen: S. D. V.

  • Poemas

    OLAS Y ONDAS

    Solitaria,
    en busca de palabras ausentes,
    circundada en el vacío,
    encuentro anclaje seguro
    en vértices de  poesía.
    Envuelta en emociones
    y salpicada de rocío,
    bajo una luna de porcelana
    me refugio en tu estío,
    en el mundo de los sueños,
    en estrecha amalgama,
    entre ondas de nubes coloridas
    abrazando una retama.
    Mi mirada hacia la espuma
    de un mar embravecido,
    observa la sonrisa del sol
    reflejada en las olas,
    las que besan la arena
    en un eterno vahído,
    olas donde  se mezcla
    el coro en sinfonía,
    de gaviotas en torbellino.
    Te busqué en la brisa,
    también en las estrellas  
    y encontré flotando
    la carta de amor más bella.
    Me decías en ella
    que estabas en camino,
    en el columpio de la vida,
    esperando al martes
    o algún otro día,
    más sereno y ligero
    sin compromisos letrados,
    en  alas de mariposa
    en el crispar del hombre a niño.
    El misterio se diluye
    en una danza silenciosa
    y en un espacio sin límites.
    Imagen: Gentileza de Ramona T. 
  • Poemas

    SEMILLA AL VIENTO

    Zarzamora en el moral,
    moras en la morera,
    o  moráceo en pantanal,
    atrae abejas negras.
    Césped, sombra y un farol,
    una semilla al viento,
    la tierra la cobijó,
    como en un aposento.
    Hoy te yergues altivo,
    muy bronceado por el sol,
    de otoño subtropical,
    sin hojas en derredor.
    Paraíso es tu nombre,
    atestiguas los sueños,
    muchos niños jugando,
    en primavera al vuelo.
    Tus hojas le dan sombra,
    y en palco muy natural,
    cobijas a las alondras,
    calandrias y palomas.
    Las nubes vigilantes,
    navegan lisonjeras,
    atrayendo humedades,
    de manantial abierto.
    Y en algún sitio estarás,
    a distancias ignotas,
    o muy cerca mi niño,
    despidiendo gaviotas.
    Zarzamora en el moral,
    moras en la morera,
    como niños amantes,
    sueñan la vida nueva.
  • General

    NOCHE Y DÍA

     
    En reflexiones, vuelos y sueños,
    invaden ondas horizontales al caer la noche.
    Cunde la admiración cuando nace la libertad,
    la misma que derriba barreras y genera un encuentro,
    la que columbra un augusto y excitante navegar,
    por el interior de cálidos ríos, entre el monte sereno
    la admiración por  la cultura,  que se manifiesta en cada gesto,
    respetuoso  y delicado del varonil visitante,
    esa que nace en la mirada y corre hasta las yemas,
    en halagos que seducen.
    Los sentidos lo reclaman
    al momento en que se aleja,
    cuando la constancia hacia  su trabajo,
    provoca  ausencias prolongadas,
    incertidumbres que son espectros,
    esos que alucinan y generan  tristeza o  locura,
    cuando  en el escenario no tiene lugar el amor,
    ingrediente que hace tan feliz al ser humano. 
    Imagen: Javier A. T.
  • General

    ACUERDO

    Parecía existir un singular acuerdo entre la lluvia y el sol, acuerdo tácito al que nunca hicieron alusión, vaya uno a saber cuál era la decisiva finalidad. No era frecuente el encuentro. Por entre el acero de los nubarrones aparecía de vez en cuando un resplandor pálido de laxos brazos. A ras de tierra el mezquino correr del viento del que aprovechaban, pretenciosos por secarse,  los charcos rojizos. En las alturas los nubarrones crecían, se multiplicaban. 
    Al fin la luna irrumpió impetuosamente. 
    Él, que ansioso esperaba el cambio a buen tiempo, entornando sus ojos, apuntó una mirada lejana, bajo el sombreado de venturosos árboles que sacudían sus hojas, desparramando gotas que se prendían a su pelo, llenándose de una cercana dicha, regocijado por los frescos perfumes de un recuerdo reciente. Respiraba su presencia tan ligera como la suave brisa que indicaba un buen presagio.
    Los nubarrones desaparecieron, el sol tímidamente se internó tras ellos y la luna llena reinó en la galaxia regalando sueños. 

    Imagen: Sergio D. V.

  • Poemas

    SUEÑOS DE VIDA

    Cual áfilo enebro,
    en su cuarto apabilado,  
    lloró  su pena nocturna,  
    por sus sueños despojado.
    El crepúsculo lo despertó,
    con el trinar de golondrinas.  
    Como un necton despabilado,
    se deslizó suavemente,
    y el delicado prepucio,
    rozó las sábanas tibiamente.  
    El esmegma en su humedad,
    dio el alerta de vida,
    y lleno de felicidad,
    estrechando la caída,
    recobró el  ímpetu.
    Vio sus fuerzas brotar,
    y como en canto de gaviota,
    tarareó su canción preferida,
    bajo la ducha tibia.
    El amor lo esperaba, ella,
    sus sueños tenían vida.
  • Poemas

    UN DÍA DIFERENTE

    Diferente hoy
     
    Entre sueños
    voy zallando hacia tu piel
    entre abiares y el andel.
    Un amanecer diferente
    en vuelo de sensaciones pétreas
    registro mi rostro.
    El mundo gira y
    a mi alrededor tu recuerdo.
    Busco tu rastro en mi almohada
    un aroma que perdura
    me devuelve la calma.
    Música lejana
    de fiesta trasnochada
    risas, voces, canto
    se filtran por mi ventana.
    El tic tac del reloj
    me revela el tiempo.
    Hoy, domingo diferente
    ausente el canto
    de gorriones alegres
    gorjeo de palomas y zorzales
    y un postergado  viaje.
    El mundo sigue su ritmo
    en el ruido de automotores
    el círculo no se detiene.
    La presión no perdona.

    Imagen de Free-Photos en Pixabay
  • Poemas

    POETAS DEL CINCEL

    Poesía dedicada a los Escultores que participaron en la Exposición Bienal de Resistencia Chaco, Argentina.

    ¿Qué sueños carcomen tu tronco

    y qué magia navega en tu savia

    que solo el cincel y la gubia

    a ser de la nada te llaman?

    Qué milagros esperas,

    y qué prodigio tus ramas aguardan

    que el martillo y la sierra ruidosa,

    con llanto y dolor

    te lo arrancan?

    Y que tienes tú,

    obrero del golpe continuo,

    que le sacas a la forma escondida

    el ropaje maderil que la oculta?

    ¡Qué prodigio entre el hombre y el árbol!

    ¡Qué fuerza, qué temple, qué coraje!

    conformando los dos

    el ansiado y hermoso milagro

    …y serenamente aparece

    la bella forma de líneas y pliegues

    y la madera endiosada, pulida,

    arrebata un sueño y lo hace presente.

    Salve a ti,

    cirujano del árbol,

    que conoces con muchos detalles

    la recia y hermosa figura

    que desde siempre estuvo escondida

    y de pronto tú,

    solo tú,

    provocas

    el que sea por todos

    reconocida!

    Autor: Manuel Rodriguez

    Julio 1990