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TRAS EL VENDAVAL

Los tulipanes renacieron
entre los cilicios de la duda
y la llovizna de las primeras luces.
Se miró al espejo
y detestó su propia imagen.
La vida se volvió áspera
mientras en el jardín
la copiosa lluvia y vendaval
secuestraron  pétalos y hojas nuevas.
La rosa y otras flores asustadas
volvieron a cerrarse en pimpollo.
Pero el sol no tardó en brillar
y las nubes gozaron airosas
del aroma de las caléndulas.
Su mirada se volvió diáfana
ante la rosa florecida
con sus pétalos abiertos.
Imagen: R. E. Ch.
                                         Malania
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