Poesía

UN CARDENAL

Miguitas que sobran del pan,
no las arroja a la basura,
las guarda en una bolsita
para dárselas al cardenal.

Él la visita a diario
y a veces trae a su compañera
y como en agradecimiento,
con su canto, el día le alegra.

Ya se le hizo costumbre
esperarlo a la misma hora
y él sin miedo alguno
muy tranquilo se le acerca.

Picotea las miguitas
y también algunas hormigas,
gusanitos y otros bichitos
que le sirven de comida.

Hoy como todos los días
con su rojo vivo de copete
la visitó el cardenal
y ella le ofreció un banquete.

Malania

Imagen: Noe G.

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