LA SOSPECHA
Mucho tiempo pasaría desde aquel día nefasto en el que se habría de descubrir la trama urdida por el hijo menor de la viuda.
Por aquellos años solía pasar un verdulero que agitaba la calma de la mañana en el pueblo callado. Ofertaba sus verduras, sus frutas maduras y perfumadas con el aroma consabido de la estación. Naranjas, mandarinas, manzanas traídas de Rio Negro, kiwis. Al cabo de unos minutos, las vecinas salían de sus casas para comprar alguna cosa o para chusmear entre ellas las últimas novedades. El verdulero, que las conocía muy bien, tenía para cada una un comentario referido a lo primero que le llamaba la atención. El caballo, manso y paciente, esperaba la orden de seguir adelante, mientras masticaba algún mato de pasto semiseco. Ese día las vecinas estaban casi en silencio. No hablaban y don Carlos, el verdulero, sospechó que algo fuera de lo común había pasado. No dijo nada, pero sus oídos estaban sumamente atentos a cualquier comentario. Pero nada, ni una palabra. Apenas un ‘buen día’ rápido como si hablar fuera considerado una especie de delación. Eso era, precisamente, lo que flotaba en el ambiente. Escuchó un comentario que le llamó poderosamente la atención: alguien había muerto. Pero la muerte no lo había buscado con el lento carcomer de una enfermedad. Había llegado y en breves minutos se lo llevó: un asesinato.
Don Carlos no sabía cómo había venido la mano. Un crimen, se dijo pensativo. Poco a poco las mujeres se empezaron a soltar.
– Lo mataron a don Raúl.
– Pero quién, como fue, preguntó don Carlos.
– Mire hasta ayer andaba, como todos los días, caminando por el barrio. Fue a la nochecita cuando nos enteramos. Lo van a velar recién después del medio día porque la policía tiene que hacer una autopsia pues se trató de un crimen. Lo encontraron con un golpe feroz en la cabeza.
Nadie sabía nada. El barrio quedó sumido en un gran silencio.
Cuando terminaba la recorrida, don Carlos regresaba a su casa. Ese día terminó antes. Tal vez sea porque la gente quedó impresionada, se dijo don Carlos. Lo cierto fue que cuando llegó a su casa, su esposa lo primero que le dijo,
– ¿Te enteraste?,
– De qué tengo que enterarme, le dijo Don Carlos.
– Lo mataron a Raúl y parece que fue alguien de la familia.
– Si me enteré, pero nadie me dijo nada. Parece que no quieren hablar del tema.
Don Carlos se calló. No sabía muy bien por qué no quería hablar del asunto, aunque sus pensamientos volvían sobre Raúl, un buen hombre, al menos eso creía él. Se sentó para el almuerzo y prendió el televisor, pero sus pensamientos volvían sobre el pobre Raúl. Siempre pensé, se dijo a sí mismo, que no era bueno para él juntarse con la Raquel. Nunca se lo había dicho. La Raquel no es mala pero ya había estado con varias parejas y siempre sus separaciones terminaban mal. Claro, ¿qué separaciones terminan bien? Tendré que ir al velorio. Comió casi sin darse mucha cuenta de la riquísima sopa que había preparado su esposa. Del televisor ni se acordó. Lo miraba sin verlo. Cuando terminó su almuerzo fue a echar una siesta.Continuará.
Autor: Manuel Clemente Rodríguez (Manu)
Imagen: De la red
EL ÚLTIMO BUDÍN DE PAN DE VALE
Han sido muchos los seres queridos familiares y amigos que se han ido de esta vida.
Y siempre los recuerdo a todos. Pero a veces, como hoy, una fotografía bastó para recordar a “la Gorda Valentina o Vale”, la que fue mi cuñada por muchos años. Con ella pasamos gratos momentos cuando yo era adolescente. Inigualables tallarines caseros de los domingos con una salsa que solo ella sabía preparar. Paseos a la cancha de fútbol para ver jugar a mi hermano Lito, defensor de primera división del Club del pueblo, “Estrella del Norte”. Antes había jugado en otro club, creo que se llamaba “Juventud” y después tuvo oportunidad de ingresar a un club de Posadas pero el presidente de Estrella del Norte no le quiso conceder el pase gratuito, había que pagar no sé cuánto dinero. Su gran anhelo había quedado solamente en un sueño.
Y siguiendo con el recuerdo de la Gorda Valentina, que ayer 3 de noviembre, estaría cumpliendo 81 años. No recuerdo cuándo fue que falleció, pero no solo me pasa eso con ella, ya que soy de olvidar las fechas de fallecimiento de muchas y casi todas las personas.
Recuerdo el día, cuando ya vivíamos en Buenos Aires, ella en Guernica, yo en Capital, me invitó a que fuera un domingo. Yo había aceptado la invitación, pero ese día, no recuerdo bien qué pasó, no pude ir pero avisé, y quizás avisé tarde. Ella había preparado budín de pan, ese que le salía tan rico como a nadie, nunca probé otro igual, ni siquiera en casas de comida. O son muy secos, o muy dulces, o les falta azúcar o algún ingrediente que le dé mejor sabor. En fin el budín de pan de la Gorda Valentina era exquisito, todos los que lo probaban opinaban lo mismo. Lo que yo no sabía era que ella se sentía enferma, porque las veces que hablábamos nunca se había quejado de nada, siempre me decía que estaba bien. Después de ese domingo que no pude ir, al poco tiempo Vale falleció. Sentí y siento hasta ahora haberme perdido esa oportunidad, tanto de verla, de charlar con ella y de saborear ese último budín de pan que había hecho para esperarme con mi postre preferido. Y según lo que me dijeron después, fue que si ella hubiera sabido que yo no iría, no se hubiese esmerado en prepararlo. Mi emoción fue más grande aún al enterarme de eso.
Agradezco haberla conocido y siempre la recordaré con mucho cariño.
Hoy le pido a Dios que la tenga siempre en su Santa y Bendita Gloria.Elsa Luchechen
Imágenes: Gentileza de Carlos Luchechen. Y otra de la red.

CONTIGO
Contigo quiero reír, quiero cantar,
por qué no poder correr por este mundo
entre verdes campos
cruzando ríos para llegar al mar.Contigo quiero llorar pero de contento
y decirte las mejores palabras
que me dicta el corazón.Contigo, sentir que los momentos
se hacen únicos y agradables,
que el tiempo parece no pasar.Contigo, seguir andando por buenas y malas
sin que nadie nos derribe,
aprendiendo a cada paso que se pierde y se gana,
que no hay que abandonar jamás cuando algo no sale.Autor: Poeta Uruguayo Miguel Márquez
Imagen: de la red, gentileza de Miguel Márquez
DÍA DE LOS FIELES DIFUNTOS
A nuestros difuntos,
¡Una oración y luz para su evolución!
¡Qué descansen en santa calma!
Rodeados del amor de Dios.
Hoy en su día,
Celebramos su vida
Su paso por la tierra
¡Ha sido lo mejor!
De ellos, tenemos ADN
y experiencias, que nos
ayudaron en el crecimiento interior.
Son muchos aquellos que conocimos:
Compañeros de trabajo, familiares, amigos…
A los cuales extrañamos
Cada mañana, al levantarnos
Y en la noche, al acostarnos…
Es la ley de la vida,
Algunos mayores, parten
para dar espacio a otros que nacen
En este juego infinito
De almas en circulación:
Unos llegan, otros se despiden…
Para regresar a otros planos,
en este círculo indetenible de la creación…Autora: Sira Vargas De Biheller
Barquisimeto- Estado Lara. Venezuela
Imagen: Gerardo S. V. y de la red.

LIBERTAD CONDICIONADA NO ES LIBERTAD
Flotamos como nubes y nos sentimos libres hasta que ellas se choquen y como lluvia o granizo nos caigamos a la tierra.
Nadamos libres con un salvavidas puesto hasta que ese salvavidas se resquebraja con el correr de los días por el sol, las lluvias y otros factores hoy desconocidos.
La Argentina está dividida como estas nubes de la imagen. Unos mirando al este y los otros hacia el oeste, norte o sur. O como en el océano, las olas se ondulan con el viento, y el agua corre hacia donde sopla con más intensidad, a veces la marea es baja y otras, inundan las costas.
La persona que obra con odio o por resentimiento, no sabe que a la larga puede tener consecuencias muy graves e irreversibles. Son las personas que no se fijan y no valoran las cosas buenas que hacen los demás por el bienestar de la población. Es lamentable que obren de esa manera, que uno se sacrifique por ellos y ellos miran a un costado o dan la espalda.
En fin…es para pensarlo ¿no?Malania
Imagen: Rosana G. B.
POR LOS CAMINOS DEL SUR
Por los caminos del sur voy, entre ríos y arroyos,
bordeando mares de vientos lejanos,
donde todo se deja sentir.Llevo ayeres traídos del norte
gritando goles de Maracanaces vivos,
cargando milongas de lonja y candombe.Por los caminos del sur disfruto los hoyes,
esperando mañanas llenos de esperanza,
recorriendo largas carreteras.Pueden verme mirando distante,
tratando descubrir qué hay más allá del horizonte,
donde parece juntarse la tierra y el cielo.Por los caminos del sur escribo poesía
con versos de acá y la magia de allá,
donde el corazón agradece el ser tan feliz.Autor: Miguel Márquez
Imagen: Gentileza de Miguel Márquez
CONVIVENCIA
La imagen lo dice todo. Sería desmenuzar el significado de cada una y ver si las cumplimos o no.
Hoy quiero recordar a una persona, que si bien ya no está en esta vida, siempre se lo recuerda bien, al menos mi familia y yo.
Su nombre era José, como el del pueblo donde había nacido y vivía.
Fue empleado administrativo por mucho tiempo. Pasaban los gobernantes del Municipio, y a él nunca lo removieron. Seguramente desempeñaba bien sus funciones.
Algo que lo caracterizaba en su trabajo era el conocimiento que tenía sobre todas y cada una de las parcelas que formaban el pueblo. Es verdad, en un pueblo chico todos se conocen, y no había alguien que no lo conociera. Recuerdo que cuando estudiaba en el Profesorado, para aprobar el último año, tuve que presentar un trabajo práctico y elegí “Historia y actualidad del pueblo de San José”. Mucho material sobre el tema no pude conseguir y José me facilitó los planos del pueblo para fotocopiarlos y presentar adjunto a mi trabajo. También me ayudó con información sobre los primeros pobladores. Siempre tuvo muy buena predisposición para ayudar a la gente del pueblo. ¡Cómo no recordarlo!
Pero también recuerdo que a veces vivía ensimismado en quien sabe qué pensamientos.
La señora que atendía la panadería donde él compraba el pan a diario, decía que José saludaba al entrar, y si no había muchos clientes, le gustaba conversar con la chica que lo atendía y con los demás clientes. Pero al irse, no saludaba, simplemente, ya después de haber sido atendido, se daba vuelta y se iba, como pensativo y distante. A veces la gente le decía: “chau José” y él, sin darse vuelta, levantaba su brazo derecho y agitaba su mano.
Una persona (personaje) que quedará en la historia del pueblo.Malania
Imagen: de la red, gentileza de M. Julián T y de Gerardo S. V.

CIELOS NO INVENTADOS
Unas nubes sobre otras
unas espesas, otras engarzadas,
unas suaves, otras tormentosas,
unas se concentran, otras se desparraman.
Las nubes flotan con olor a infancia
en lienzos celestes
que parecen ser inventados.
El viento recoge en susurros
y las lleva a rincones deshabitados.
Postes de luz enclavados
a lo largo del camino,
si no fuera por ellos
la oscuridad los emborracharía
como con vino tinto.
Pero ellos erguidos vigilantes
como una palmera y otros árboles
respiran secretos que nadie traduce
bajo el cielo de muchos colores.Malania
Imagen: Gentileza de Gerardo S. V.
TÚNEL DE TACUARAS
¡Cuántos recuerdos!
Muchísimos, por cierto.
¿Cuántas veces lo he visto?
Infinidad.
Incontables paseos.
Peregrinaciones.
Un inigualable túnel natural.
¿Si alguien lo ha plantado?
no lo sé.
Quizás fueron pocas plantas
que al principio, se vieron nacer.
Y a través del tiempo
se multiplicaron.
Formaron fila de sombras
a ambos lados del camino.
Muchas historias podrían contar
si con el viento
desplegarían su cantar.
Estudiantes y familiares,
trabajadores incansables,
sacerdotes y profesores,
niños y adolescentes.
Muchísimos jóvenes
se han graduado
en esa escuela
que al final del túnel
sigue en pie
brindando servicios educativos
con muchos luchadores.
Es la Escuela Agrotécnica
“Pascual Gentilini”Malania
Imagen: M. Julián T.
LAS UVAS DE VERANO
Las plantas viejas han sido removidas,
pues ya no daban frutas, estaban resentidas.
Mientras la veía con menos fortaleza,
decidí enterrar una rama, con delicadeza.Aquella rama guardaba la vida encendida:
hojas verdes, tallo firme, sed de nueva partida.
Al poco tiempo empezó a florecer,
más y más hojas sanas la vi aparecer.Y por si fuera poco, con mágico aviso,
me sorprendió con uvas creciendo en racimo.
Pequeñas primero, tímidas al sol,
creciendo despacio, cumpliendo su rol.Se llenarán de jugo, de sabor intenso,
dará el verano un dulzor inmenso.
Serán como un canto al amor más eterno:
dulces uvas que abrigan el alma en invierno.Malania
Imágenes: Gerardo S. V.

