• ANÉCDOTAS

    CAMPANILLA SILVESTRE

    RECUERDOS DE LA INFANCIA

    Muchos son los hechos ocurridos en la infancia y que son recordados con amor, con nostalgia. Algunos con alegría y otros con tristeza. Hechos que a lo largo de nuestras vidas han marcado huellas, profundas o superficiales, pero huellas al fin.
    En una de esas charlas cotidianas, al intercambiar opiniones entre amigos/as, uno de ellos, Ricardo, me relató:
    En aquel tiempo (refiriéndose a cuando era niño), no todas las casas tenían pared medianera y muchas usaban como divisorias un tendido de alambre tejido formando una malla de cuadrados o rombos, que llamábamos  “cerco”.
    Y en la casa donde viví mi niñez, había tramos de pared medianera de ladrillos y parte, de ese tejido divisorio con los vecinos de los laterales.
    Con uno de esos vecinos, en la parte donde existía ese tejido de alambre, había un cierto espacio ocupado por una planta que, hermanada con el tejido, pasaba ida y vuelta de un lado al otro, tal como una enredadera, que no sé si tan así lo era. Y tenía bonitas flores, de pétalos color naranja y con forma perfectamente acampanado… y que siempre la conocí y así la llamábamos: “campanita”. Y tan dentro mí quedó el recuerdo de ella, porque (también lo hacíamos con las flores de algunas otras plantas) separábamos con un tironcito los pétalos en conjunto, de la copilla verde que los contenía y livábamos el néctar, compitiendo con las abejas que hacían lo propio, con la diferencia que las abejas no destruían la flor como nosotros lo hacíamos (ellas clavaban el aguijón a través de los pétalos)…
    Quizás las hay de varios colores en otros lugares y ojalá no se repita con ellas la ignorante depredación que inocentemente cometíamos sin que nuestros padres nos vieran.

    Malania
    Relato gentileza de R. G.

    Imagen propia.

  • ANÉCDOTAS

    ANÉCDOTA II

    Tengo una perrita llamada Tasha. Duerme justo frente a la puerta de mi habitación. Cuando pasa la hora en la que habitualmente me despierto y me levanto, ella toca a la puerta. Si no respondo, vuelve a tocar, y así hasta que yo le hable.  Y no es que quiera salir al patio, es para despertarme y saber si estoy bien. Me dibuja una sonrisa en mis labios, aunque esté todavía medio dormida.
    ¿Cómo no considerarla una hermosa compañía?

    Malania

    Imagen propia

  • ANÉCDOTAS

    ANÉCDOTA I

    VOZ INTERIOR

    Un día lunes, necesitaba ir por unos trámites a la Obra Social, comprar medicamentos en la farmacia no urgentes y averiguar en la Óptica el precio de unos anteojos.
    Mientras me preparaba para salir, una voz interior me decía que lo dejara para otro día. Varias veces me vino a la mente eso de no moverme de casa. Pero la porfía a veces es más fuerte que uno mismo. Pues pensé, ¿por qué no ir si mañana puedo dedicarme a otra cosa? Me puse el abrigo, y con el paraguas en mano, porque lloviznaba, me dirigí a tomar el tren subterráneo. ¡Vaya sorpresa! No funcionaba la línea “C”. Tomé un colectivo que iba repleto por la falta de trenes. Bajé unas paradas antes porque el colectivo se desviaba por mantenimiento de calles.
    Llegué a la oficina de la Obra Social, estaba cerrada. En la puerta, un cartel: “DÍA DE LA SANIDAD. HOY, CERRADO”. Me dirigí a la Farmacia, no conseguí lo que buscaba, era la única que atendía por mi Obra Social. Lo tendrían en unos días. Fui caminando varias cuadras bajo la llovizna, la óptica de la Obra Social, también estaba cerrada.
    En conclusión, cuando escuches tu voz interior que intensamente te dice que no hagas algo, pues hazle caso. Por algo me avisaba que no saliera.

    Malania

    Imagen: de la red

  • Poesía

    DONCELLA

    La llamaron Amelia,  
    nació en luna llena
    y era una niña bella
    que vivía con un tatuaje
    en su blanco pecho
    sin que ella lo supiera.
    ¡Hermosa estrella!

    Malania

    Imagen: de la red

  • General

    BRUMA NOCTURNA

    Afuera, los truenos eran cada vez más audibles y aterradores, hacia el suroeste un manto negro parecía cubrir el barrio, se veían relámpagos aislados. De vez en cuando,  un viento cálido levantaba  polvo y hojas marchitas, formaba remolinos fantasmales en los senderos del parque y después  los dejaba precipitar de nuevo. Cuando cayó la claridad del día, la bruma se apoderó del lugar y se expandía bajo la luz de las farolas encendidas.

    Malania

    Imagen: G. F. T.

  • Minicuentos

    HUMA VIAJERA

    Estuvo atenta al horario  habitual de mi regreso a casa.
    Me vio llegar y como adivinando que volvería a salir, se esfumó como una sombra entre los remolinos del viento y del agua. Las gotas de lluvia serpenteaban golpeando los cristales de la ventana. Cuando fui a buscar el bolso con algunas prendas que había dejado preparadas, ella estaba allí, dormida (o se hacía la dormida), acurrucada sobre el bolso que sabía llevaría conmigo.
    ¿Qué harías tú si estuvieras en mi lugar? ¿La llevarías contigo?
    ¿Qué hice yo? Después…en otra te lo cuento.

    Malania

    Imagen M. J. T.

  • General

    PARADIGMA NO MODELADO

    Las palabras son peldaños, que suben y bajan, se mecen, te penetran, y
    quizás no te llevan a ninguna parte. Te elevan y cuando menos lo imaginas,
    te hacen aterrizar, unas veces suavemente, y otras tantas te golpean contra
    la corriente.
    Algunas están cubiertas de amor, otras recubiertas de materia extraña,
    tan extraña que oscurecen por completo su esencia.
    Entonces, su significado no se reconoce y su poder se pierde en el vacío,
    o tal vez en el intento, en conflicto continuo entre el interior y el exterior.

    Malania

    Imagen de la red.

     
     



     

     

     

     

     

     

  • General

    SONRISA

    SONRISAS ENTRE CIMIENTOS

    Corría el año 2016, era el Día de la Primavera.
    Ella, profundamente dolida por una actitud irónica y provocativa, de una mujer que frecuentaba las redes, cansada de leer los permanentes mensajes y comentarios, demostrando a través de ellos interés hacia el hombre que ella amaba, y no por despechada, escribió este poema:

    El proyecto ya está en marcha
    con cimientos llenos de fortaleza
    y vigas más fuertes todavía.
    Y en poco tiempo florecerá
    la sonrisa esperada,
    esa sonrisa que amas y provocas
    No permitiré que ninguna piraña
    de algún contaminado río,
    destruya las paredes
    de lo que hemos construido,
    ni reduzca a cenizas
    a lo que fue fuego
    Sabes que sin prisa
    pero sin pausa
    los besos pasados
    serán eternamente presente.

    Malania

    Imagen de la red

  • General

    EN CUALQUIER LUGAR

    Gira la rueda
    controlando el tiempo.
    Al fondo el reloj
    con sus manecillas
    marcando ese tiempo.
    Pero ella,
    sin pretender controlar nada
    eligió florecer esta vez
    en el lugar menos esperado
    quizás nada fértil.
    Encontró humedad
    y terreno apropiado
    entre piedras
    sin que nadie la molestara
    sin que nadie la cortara.
    Mientras tanto
    lejos de allí
    dos guardianes descansan sobre la arena
    atentos a cada movimiento extraño
    en defensa y protección de sus amos.

    Malania
    Imágenes propias y de la red.

  • General

    A DESTIEMPO

     
    Un hermético silencio
    en un océano de dudas
    la sepultaba.
    Podía remontar vuelo
    a una tranquila ensenada
    que la esperaba.
    A modificar la brújula de la historia
    alguien la llamaba 
    y el detonador se activó
    en unas ocho semanas.
    ¿Habrá sido hermafrodita
    la flor que me acunó
    en sus tiernos pétalos
    el día en que nací
    por nadie vista?
    ¿La que inspiró
    y se bebió la fragancia
    que huía por las laderas
    con el alba?
    Ya no tuvo dudas
    no hubo tal ensenada
    la brújula la marqué yo
    a esa flor que me acunó
    la que me dio discreta
    la fragancia del alba
    para que hoy me inspiren
    palabras tras palabras.
     
    Malania
     
    Imagen propia y de la red