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    PESADILLA O REALIDAD

    Al atardecer, cuando la luz de las coloridas vidrieras se vuelve mate, desaparecen los colores, todo se vuelve gris y negruzco. Se callan las voces.
    Las mentes se relajan y deambulan por el mundo sin ton ni son.
    Algunas ciudades han quedado reducidas a escombros y cenizas.
    Entre los habitantes que han podido huir no existe la euforia solo inquietud de que el mañana sea algo diferente a lo esperado, algo mejor.
    Cuando todo parece estar calmo, acompañan al sol en su salida con la esperanza de poder bañarse en el río y secar las ropas aprovechando las bondades del astro rey. Se sumergen entre los camalotes mientras el sol también se cuela entre la abundante vegetación.
    De pronto el cielo se encapota sobre los campos, son nubes grises de vapor que dejan los aviones adversarios.  
    Pero Dios no los abandona y sin esperar, la lluvia aparece entre truenos y rayos, lo que hace abandonar la misión de los homicidas.  La espera por otro día de sol resulta pesada y sus pensamientos se desvían y evocan imágenes que prefieren olvidar. Aunque luego piensan que es mejor así antes que morir bajo las manos del enemigo.
    La humedad se instala durante días, no deja de llover. El tiempo es nuboso. Se escucha como cae una llovizna desagradable en la calle y percibe cómo las hojas mustias se acumulan en la acera delante del gran galpón.
    Pero alguien llamó a la puerta y apareció él.
    Ella miró a través de los cristales mojados por la lluvia y comprobó que el cielo estaba despejado. El sol brillaba resplandeciente en las hojas de las plantas, como si fueran restos de fuegos artificiales de colores o restos de un arco iris. 
    Él fue como un rayo de sol al despertarla y levantar su ánimo decaído.

    Malania

    Imagen: de la red.

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    1 DE MAYO DÍA DE SAN JOSÉ OBRERO

    San José Obrero, el carpintero de Nazaret, que con su trabajo remedió las necesidades de María y de Jesús e inició al Hijo de Dios en los trabajos de los hombres. Por esta razón, en este día, en el que se celebra la fiesta del trabajo en muchas partes del mundo, los obreros cristianos honran a san José como modelo y patrono suyo.

    Malania.

    Imagen y texto de la red.

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    DÍA DEL ANIMAL

    29 DE ABRIL

    Muchos son los animales que nos acompañan a diario en nuestros hogares,
    otros ayudan en trabajos de campo, y la mayoría son útiles al ser humano de alguna manera.
    Hoy es su día. Y voy a compartir una imagen de dos perros que jugaban al costado de una ruta
    mientras el contingente humano disfrutaba de la vista de un hermoso paisaje.
    Esta vez no nos pedían comida, y digo eso porque muchas veces hay animales sueltos que fueron abandonados por sus dueños por diversos motivos, para mí, injustificables, y andan revolviendo la basura en busca de algo para saciar su hambre.

    FELIZ DÍA DEL ANIMAL.

    Malania

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    AMOR Y COMIDA

    LA IMPORTANCIA DE APRENDER A COCINAR


    Cuando terminé mi carrera de Profesora para la Enseñanza Primaria, (Maestra de Grado), comencé a trabajar al año siguiente. Era soltera y vivía con mis padres. Pero a los cuatro años, tuve que escoger y decidirme por alguna escuela lejos de mi casa si quería continuar trabajando. Los cargos se distribuían de acuerdo al Padrón de Valoración y una colega me desplazó. Un primo, hijo del hermano de mi madre, con voluntad incondicional, me acompañó a cada una de las escuelas que me habían ofrecido, fueron tres pero todas estaban en el campo. Como no tenía vehículo lo único que me quedaba era vivir toda la semana en un lugar cercano a la escuela, y a mi casa podría ir solo los fines de semana.
    Elegí una escuela en una zona rural llamada Fachinal, porque una tía, esposa del hermano mayor de mi madre, vivía enfrente con una hija soltera. Mi tío ya había fallecido. Ellas no querían dar pensión a nadie porque se pasaban todo el día trabajando con plantaciones y animales (vacas y cabras) y no les daba tiempo para otra cosa. Además ambas eran muy buenas pero muy tercas. Preferían estar solas, levantarse cuando salía el sol y se iban a dormir ni bien entraba la noche. Una vida diferente a la de la ciudad.
    Yo no sabía cocinar y mi compañera con la que compartiríamos la casa del docente, -de madera, sin luz eléctrica ni agua potable-, tampoco sabía y no le gustaba hacerlo, menos aún para las dos. Por lo tanto se me complicó el tema  de la comida. Mi colega se ofreció a limpiar la casa, lavar la ropa y toda otra actividad doméstica pero menos cocinar.
    Al principio contratamos a una señorita, hija de la enfermera del lugar, para la tarea, pero la comida no se parecía en nada a la que preparaba mi madre. Un día nos ofreció papas (patatas) crudas, otro día la carne quemada, muy salada, muy picante, etc. Nada era sabroso. Había que buscar una solución urgente.
    El primer fin de semana en casa, conté a mi madre lo sucedido y decidí pedirle que me enseñe.
    – Pero la cocina no es fácil, hay que dedicar tiempo y tener paciencia, dijo.
    Entonces tomé un cuaderno y un bolígrafo, la senté a mi madre a mi lado y comencé a escribir paso a paso las recetas, primero los ingredientes y luego la forma de preparar las diferentes comidas para los cinco días de la semana. Pero hubo un inconveniente: mi madre no usaba balanza, todo lo hacía a ojo, y la única indicación que me dio fue usar la palma de la mano y medir con puñados por ejemplo el arroz, los fideos para la sopa, etc.  Tuve que apelar a mi imaginación y habilidad y de a poco me fui internando con gusto y mucha dedicación al nuevo mundo culinario.
    Las recetas fueron aumentando a medida que iba a la casa de mis padres los fines de semana. Mi hermana mayor me ayudaba a veces con algunas de comidas que había aprendido a hacer en la Escuela Profesional de Mujeres, cuando estudiaba. Conservaba en muy buen estado un cuaderno con recetas que no prestaba a nadie. Pero fue una gran ayuda para salir de lo repetitivo que en un momento podría llegar a cansar. Comer siempre lo mismo, cansa y hace perder el apetito.
    Así aprendí a preparar desde una sencilla sopa hasta los más exquisitos canelones de verdura y otros rellenos. Por suerte todo eso duró poco más de un año cuando se presentó a la escuela el Director que había sido designado por Concurso de Antecedentes y Oposición y desplazó a mi colega, la que tuvo que ir a atender su grado, y también trajo a su esposa que me desplazó a mí. Así es la docencia, mientras no fui titular, siempre existía esa posibilidad de ser desplazado del cargo. No sé cómo se habrán arreglado con la cocina porque mi compañera pidió su traslado, (ella sí podía porque era titular) en cambio yo tuve que esperar otras suplencias.
    Volví a casa de mis padres y aprendí a cocinar más aún, ya con el pretexto de que si me pasara otra vez el ir al campo, necesitaba reforzar mis conocimientos culinarios.
    Al año siguiente fui designada a trabajar con un Director, que por suerte manejaba el tema cocina como si fuera un chef profesional. Con él aprendí a elaborar entre otros platos, la polenta guisada, algo que hasta hoy día lo hago y a mi hijo menor le encanta. Tomé tanto amor a la tarea de preparar comidas que las casas que tienen delivery pierden plata conmigo, aunque para suerte de ellas muchas personas lo prefieren.
    Pero igual, de tanto querer preparar comida casera, nunca se termina aprendiendo del todo. Como anécdota: Una vez casada, mi suegro se quedó a almorzar. Quise lucirme con ñoquis caseros de mandioca -también llamada yuca-. Tanta cantidad preparé que comimos lo mismo como tres días seguidos. No tenía idea de las cantidades. Eso sí, la salsa alcanzó solo para ese día, por suerte, porque no me gusta la salsa recalentada ya que puede caer mal. Si bien, en casa no se tira nada de comida porque lo reciclo, lo importante es que nadie se queja.
    Hoy día prefiero preparar postres, tortas y panes dulces. Alguna vez lo he hecho para ayudar a una cuñada que lo vendía. Aprendí mucho con ella.
    El trabajo en la cocina, sirve de complemento ya sea para comer sano y rico, o para aportar a la economía hogareña. A mí hasta me ha servido como terapia anti estrés.  

    Muchas madres no enseñan a cocinar a sus hijas o hijos, por falta de paciencia, por miedo a que se lastimen con algún utensilio de cocina, que se quemen, o simplemente porque no quieren que pierdan tiempo en eso y se dediquen al estudio (esto último decía mi madre). Pero creo que es importante enseñarles aunque sea lo básico para que sepan desenvolverse en caso de necesitarlo. Es por eso que sugiero a las madres a que no le quiten a sus hijos la posibilidad de aprender a cocinar, sobre todo si ellos demuestran tener interés por hacerlo.
    ESO SÍ, LA COMIDA HECHA CON AMOR, ES SABROSA Y SIEMPRE SALE MEJOR.

    Malania Nashki.

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    EL HIJO DE COCA

    No solo tú estás solo en este momento.
    Brindemos por todos aquellos que en su soledad,
    siguen teniendo fe en la vida y en el amor.
    Malania
    Imagen propia
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    ENTRE EL VERDOR

    Con colores vivos
    de pura naturaleza  
    su atractiva forma
    es belleza
    es poesía.
    Su nombre:
    Pico de loro.
    Malania
    Imagen propia
                                                
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    NOCTURNA

    Mi corazón late lentamente
    y borda burbujas nocturnas
    con un auditorio completamente vacío.
    La vorágine del ayer
    huele a recuerdo evaporado
    mientras un relámpago
    devora las ramas secas.
    Se atornillan los corroídos hematíes
    para no desfallecer
    para continuar la espera
    sin esperar nada
    nada más
    que una vida tranquila y serena.

    Malania

    Imagen: R. G.

                                            
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    ASÍ NO PUEDES

    No puedes pasarte la vida en un encierro, como en una jaula.
    No puedes permanecer tanto tiempo bajo el agua ya sea de lluvia, de ducha o de la nada misma.
    Ponte algo bonito, y sé tal como eres. Sal a caminar, pasea bajo el sol, la lluvia, enfrenta al viento o al sofocante día hasta quedar sin aliento. Verás que el sudor de tu frente y de tu cuerpo te hará sonreír y recuperarás tantas fuerzas que querrás repetir la hazaña.
    Los dorados rayos del sol destiñen y tiñen los visillos blancos de las gruesas cortinas de las ventanas y los visillos rojos desteñidos por el tiempo. No te deprimas, córrelos hacia los costados y deja que el sol penetre hasta los rincones.
    El césped está lleno de flores, las malas hierbas han alfombrado los jardines con sus colores matizando la alfombra verde. No temas salir de la casa.
    Camina lento y ve cómo pasa la gente presurosa. Pero no dejes que te atropellen, haz que te respeten. Malania

    Imagen propia

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    EL PERRO DE TINA

    Pide pan no le dan
    pide queso le dan hueso
    ante la mirada de los desconocidos
    que hacen muchos gestos.
    Lo abandonaron dentro de una caja
    que para él era la cama
    hecha de trapos y una vieja almohada.
    Las palomas lo visitaban,
    murmuraban entre sí
    anunciaban su nueva morada
    con el temblor de sus alas
    y picoteos en escalada.
    Apenas le daban migajas
    los transeúntes que miraban
    no en un plato sino en el suelo.
    Cuando llovía se pasaba bajo el agua.
    Por suerte una vecina se apiadó de él
    y mandó a sus perras
    al fondo de la casa.
    Le abrió el portón
    le dio de comer
    puso un cartón seco sobre el piso
    y allí durmió una larga y tranquila siesta.
    Cuando paró de llover
    vio a sus dueños que lo buscaban.
    Pudo volver a su hogar
    aunque muy bien no lo trataban.
    Pero con su regreso al menos
    pudo consolar a la niña
    que por él lloraba. 
    Desde ese día crucial,
    ya no vagó más por las calles
    y se dedicó a cuidarla.

    Malania

    Imagen propia