Poesía

  • Poesía

    MASCOTAS

    Sin alforjas
    y sin sogas
    corrieron tranquilas
    detrás de una antorcha
    que la noche adorna.
    No vacilan
    ni estorban
    me ven y posan
    para un mural de moda.
    Alguien las dibuja
    y pinta en armonía
    colores al oleo
    en las fotografías.
    Malania
    Imagen propia
  • Poesía

    EUFONÍA

    Había sido arrancada
    de su tallo sostenedor
    arrojada al mar
    por un malhechor
    y yacía
    en una profundidad eufótica
    una hermosa flor
    mientras escuchaba
    la euforia de los peces
    de todo tamaño y color.

    Querían rescatarla y salvarla
    ella solo sonreía
    quizás por la eufonía
    con la que se comunicaban
    con valentía y pudor
    invitándola
    a levantarse sin temor
    de ese lecho profundo y sin luz

    Le decían:
    -si permaneces allí
    con seguridad que morirás
    sin la compañía de otra flor.

    Malania

    Imagen de la red

                                                     
                                            
  • Poesía

    ¿MASCOTA?

     
    No camina vestida de brocado 
    ni luce suntuosa un alamar 
    su porte inspira respeto 
    o quizás por temor hace temblar 
    a aquellos que no la conocen. 
    Yo la siento temerosa 
    y admiro su camuflar 
    mientras tantos otros ojos 
    la prefieren devastar 
    desconociendo su accionar 
    cuando en silencio y sigilosa 
    a insectos dañinos logra atrapar. 
     
    Malania
    Imagen de la red
     
  • Poesía

    CUIDAR LA NATURALEZA

    Las flores más hermosas
    son las preferidas
    de las mariposas.

    Abejas y colibríes
    vuelan y se posan
    buscando comida.

    Fucsias, blancas y violetas
    y de otros colores también,
    se mezclan en las macetas.

    Cultivemos flores,
    plantas que den frutos.
    Plantemos árboles,
    sembremos semillas.
    Hagamos que la naturaleza,
    en el tiempo, perviva.

    Malania

    Imagen: de la red. Gentileza de R. H. G.


  • Poesía

    LIBRE

    Salió de casa sin saber a dónde, caminó sin rumbo,
    recorrió las calles que le parecieron largas.

    No sintió cansancio cargando una paz,
    disfrutó momentos de tanta alegría que lo hizo cambiar.

    Libre como un pájaro en pleno vuelo se lo pudo ver,
    dibujó en su rostro una gran sonrisa, regalando amor, lo mejor de sí.

    Como todo ser miró hacia el cielo, agradecido,
    siguiendo el camino de la felicidad.

    Derramó una lágrima cargada de emoción
    y su corazón mostró fortaleza  como todo buen hijo de Dios.

    Libre se hizo un viajero por un mundo difícil pero no imposible,
    regaló llantos y risas, aprendió a abrazar lo bueno y dejar lo malo.

        Autor: Poeta uruguayo Miguel Márquez

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    LIBRE

    Salió de su casa con la libertad de los días,
    no tenía apuro en llegar a casa de su prometida.

    Recorrió caminos llanos y sinuosos, cortos y largos,
    cambió momentos tristes por plena alegría.

    ¿Ella lo esperaba? Él no lo sabía,
    siguió su camino con una gran sonrisa.

    Miró al cielo, estaba agradecido,
    con espíritu y cuerpo, cual si fuera un niño.

    Pero en pocos días, algo cambió su destino,
    dejó atrás lo malo y abrazó lo bueno en el camino.

    Una niña sola en el mundo, acabó enamorándolo
    y de sus ojos azules quedó prendado y cautivo.

    Ofreció su libertad, abandonó sus tristezas
    por aquella otra que no le brindaba cariño.

    Se unió con fuerza a la niña de ojos azules
    sin dudas, sin desatinos, con libre albedrío.

    Malania

    Imagen propia

  • Poesía

    VAPOROSA

    Misteriosa
    se balancea con el viento.
    Adsorbe corpúsculos
    diminutos de la flora.
    Se asoma
    y el balcón adorna.
    Afloran zarcillos
    expanden su aroma.
    Atrae sonrisas
    de algunas personas
    cuando sobre ella
    se posa una alondra.
    Un canto a la vida
    la tristeza borra.

    Malania

    Imagen: M. J. T.

  • Poesía

    ENTRE REJAS

    Desde el balcón la rosa miraba
    por unas rejas estaba acorralada.
    Su dueña la mezquinaba y cuidaba,  
    no quería que nadie la tocara.

    Cuando llovía la rosa lloraba
    para que nadie en la casa lo notara.
    Quería volar y escapar del viento
    que muchas veces la zamarreaba.

    Pero el día menos pensado
    a todos los enfrentó
    penetró por entre las rejas
    y tal cual era se mostró.

    Todos la acariciaron
    y por cada pétalo exhaló
    el más exquisito perfume
    que a todos les encantó.

    Desde ese día se convirtió
    en la fragante princesa,
    le hablaban y le cantaban
    hasta que la luna aparezca.

    La luna la iluminaba
    mientras la brisa nocturna la acunaba.
    Vivió la rosa por días y meses
    feliz, sin que nadie la dañara.

    Malania
    Imagen: M. J. T.



  • Poesía

    AL AIRE LIBRE

    Cuál sería la intención
    de aquel joven tan apuesto
    al subirse a un sillón
    y desde allí tomar su puesto.

    Una Kalanchoe suculenta
    lo observaba con sus flores,
    mientras mecía sus hojas
    el viento de mil amores.

    El colchón de pastos verdes
    lo esperaba por si acaso
    el joven errara el paso
    y sufriera un batacazo.

    Nada de eso sucedió
    y el joven bajó tranquilo
    luego de quitarle el hilo
    que al gato intruso enredó.

    Vaya hazaña bien lograda
    en tardecita sombreada
    con aroma a Kalanchoe
    y a rosas muy perfumadas.

    Malania

    Imagen: M. J. T.

  • Poesía

    GATO EN EL JARDÍN

    Plantas pequeñas y césped
    crecían poco a poco
    regadas por la lluvia
    y abonadas con hojas de coco.

    El gato las cuidaba
    de langostas y otros bichos,
    de día las vigilaba,
    dormía de noche, como niño.

    Hoy fue a ver a sus rosas
    florecidas como nunca,
    como bellas mariposas
    matizadas en rosa y fucsia.

    Malania

    Imagen: M. J. T.

    Mis rosas

  • Poesía

    EN EL TÚNEL DE TACUARAS

    Allá va
    contemplando el horizonte
    persiguiendo una mariposa
    que se ha escondido en el monte.

    Por el túnel de tacuaras
    ella sigue su camino
    y el viento la acompaña
    como si fuera un niño.

    Y con sus alas al viento
    la dorada mariposa
    va bajando suavemente,
    sobre su hombro se posa.

    Vuelve la niña contenta,
    con su adorado amor,
    por su deseo logrado:
    su mariposa ha encontrado.


    Malania

    Imagen: M. J. T.