ELINA
Desde el ventanal de cristales rasguñados
su corazón se acelera virando su peluda cola
mientras los estridentes pájaros
con sus malabares
la inducen a dar saltos en el aire.
De la bandada sobresale uno
el de color tostado
de cabeza nevada y cuerpo dorado
Juega a las escondidas y ella enloquece
él le arroja flores de lapacho rosa
y ella las besa acariciándolas
al compás de la llama roja
de su corazón exaltado.
Entonces recuerda:
Él la despertaba todos los días
se le había hecho costumbre
darse besos madrugados
con o sin razón, a plena lumbre.
Pero una mañana extraña
él se quedó dormido, o tal vez no
y ella lo esperó
durante todo el día, la noche, al otro día
y sucesivamente hasta hoy lo espera
pero nadie le dice qué ha sucedido
adónde fueron sus vuelos
dónde anclaron sus besos
quizás en el viento
o tal vez en algún mar del mismo universo.
Hoy día trata de aplacar sus penas
La humedad de la lluvia
y los tibios rayos del sol
le brindan sustento.
Malania
Imagen: M. J. T.
2 Comentarios
Jaime Portela
Gostei do seu poema.
É magnífico.
Parabéns pelo seu talento e inspiração.
Continuação de boa semana, amiga Malania.
Um beijo.
Malania Nashki
Buenas noches, amigo Jaime.
Muchas gracias por tu grata visita y tus palabras. .
Un abrazo enorme.
Besos