Debí imaginarme. No hay grageas ni cápsulas analgésicos antibióticos jarabes frías compresas ni inyectables panaceas universales tan eficaces como tus besos los que pueden energizar mi cuerpo levantar mis alas y lograr que mis labios sonrían y se aplaquen mis males con la brisa de colores la calidez y el brillo de una flor ¡incomparable!