• Poemas

    LABERINTO ESPIRALADO

    Mi mente deambuló perdida   
    por la 9 de Julio y otra avenida.
    Caminé como en laberinto espiralado.
    Nada ya me importaba
    si no encontraba lo que yo buscaba.
    La ausencia y lejanía se presentaban
    como un enigma bajo las estrellas
    esas que yo no veía.
    Ni los destellos de los faros
    mis pensamientos iluminaban.
    Hoy las aureolas son más brillantes,
    hacen nacer corrientes
    de inspiración, como vertidas
    de un manantial transparente.
    De aquella locura inquieta y sin sol,
    esa que mi soledad rondaba,
    no quedan vestigios, hoy no existe.
    Ya no pierdo la consciencia por un amor
    que se devuelve en desamor.
    Ya no me pierdo en el laberinto de la nada,
    si el viento sonrisas me regala,
    me divierten la nieve y la escarcha.
    El rocío fresco de la mañana
    me hace respirar profundo
    llenando mis pulmones de aire puro,
    sin recuerdos amargos.
    El sonar de campanas
    los domingos a la mañana,
    o los días entre semana
    anunciando el Ángelus,
    no me traen nostalgia,
    simplemente me alegran.
    Disfruto de los árboles
    sus frutos maduros y sus flores
    porque hay vida en ellos,
    se expresan con todos sus colores.

    Malania

    Imagen: propia

  • Poemas

    ESPEJO DEL LAGO

    A orillas del lago, los árboles sueñan,
    sus ramas se inclinan, el viento las peina.
    Se asoman al agua con gesto callado,
    como si en el fondo buscaran su pasado.

    El cielo se esconde en la piel del estanque,
    y el mundo se invierte en su lienzo tan blanco.
    La brisa que flota sin prisa ni engaño,
    el tiempo se dobla en ese remanso.

    Sus hojas, reflejos de un verde profundo,
    dibujan dos mundos pintados en el espejo.
    Y el alma que mira, muy sola en silencio,
    se encuentra a sí misma flotando en el tiempo.

    Malania

    Imagen: Mirta A.

  • Poesía

    PICAFLOR

    Revoloteaba un colibrí en el cielo de antaño,
    como un suspiro leve sin hallar descanso.
    Entre flores marchitas y brisas sin fin,
    envolviendo su sombra en vuelo sutil.

    Multicolor fue su estampa fugaz,
    destello que el tiempo no quiso guardar.
    Picaflor errante, eco del ayer,
    que en cada pétalo quiso renacer.

    Lo vi tantas veces al caer la tarde,
    al ponerse el sol tras viejos alambres.
    Era un poema sin verso ni voz,
    una despedida con forma de flor.

    El jardín ya no guardaba su olor,
    pero el viento murmuraba su antigua canción,
    lo busqué en el cielo, lo nombré sin fin:
    tan solo recuerdos al dulce colibrí.

    Pero un domingo, después de mucho tiempo
    volvieron en danza pequeños picaflores
    con su madre a la par, aleteando canciones
    entre plantas y flores con pétalos al viento.

    Una mañana tibia y clara del cielo sin fin,
    revolotearon como almas de ágil colibrí.
    Con alas de brisa, su vuelo es color,
    pintando en el aire un sueño multicolor.

    Hoy va de flor en flor, pequeño cantor,
    susurra secretos con dulce fervor.
    El picaflor danza, no busca razón,
    solo sigue el ritmo de su corazón.

    Malania

    Imágenes de la red.

  • General

    INDIFERENCIA

    De los tantos posibles tropiezos
    que hemos podido tener en la vida,
    sin querer nace la indiferencia.
    Cuántas veces nos golpeamos la cabeza
    ante un amor no correspondido,
    por no poder tomar conciencia,
    con serenidad ante la ausencia
    de atracción y compromiso del otro.
    La apatía se instala sin conciencia,
    el sentimiento de amor vuela y muere,  
    por falta de interés y con frecuencia
    el cuerpo, el alma y todo el ser,
    reaccionan sin rechazo, sin atracción,
    evadiendo  el compromiso y la pasión.
    Pero los días continúan
    y nacen otros sentimientos,
    amor por la vida, por la naturaleza
    con su extraordinaria y milagrosa belleza.
    Como el sol que se integra al río
    para acariciarlo con calor y brillo.
    Como la mascota Kiara
    que disfruta del estar alzada.
    Como el paisaje verde y aromático
    que nos saluda al pasar
    con sus ramas al viento y su canto.
    Como la luna llena
    que ilumina los campos
    y la brisa atardecida y fresca.
    No hay indiferencia,
    hay amor por la vida misma.


    Malania

    Imágenes: Rosana G. B., Roxana E. S., Yoli R. y Jorge T.

  • Poemas

    CAMINO DEL SOLITARIO

    Con su perro iba dejando
    que la luna fuese iluminando
    su marcha; el silencio acompañando
    su andar en la madrugada.

    Alejando miedo caminaba lento,
    aun lado echaba apuros,
    el camino largo no desanimaba,
    no lo podía detener.

    El camino del solitario
    parecía extenderse a cada paso
    mientras quedaban atrás
    las huellas de ese andar sin prisa.

    Autor: Miguel Márquez

    Imagen: Gentileza Miguel M.

  • Poemas

    EL GATO AMARILLO

    Tuvo unos minutos de inmovilidad,
    mientras pensaba en los detalles
    del sueño que había tenido.
    Una muchacha liviana y ágil
    danzaba descalza
    en una playa de arena algodonada.
    El sol su cara iluminaba  
    y el pelo lucía revuelto
    por la brisa salada.
    El mar comenzaba a agitarse
    y una ola despedía en la arena
    a una hermosa sirena.
    Las campanadas lo sobresaltaron
    y junto a él, con sorpresa encontró,
    a un hermoso pollo color marrón.  
    El cielo estaba nublado,
    lo veía por la ventana,
    se sintió tan cómodo
    como en un angelical paraíso
    y así pasó toda la mañana
    esperando a que el pollo despierte
    y se aleje de su cama.

    Malania

    Imagen: Reyna

  • Poemas

    DE A DOS

    Labios que desean emigrar
    para humedecer la sequedad
    de tus momentos silenciosos.
    Para ver y sentir tus manos ansiosas
    agitando vientos que no existen
    que sí vibran, sin pausa y sin cansancio.
    Pícaras, logran encontrar el punto exacto,
    justo en el momento cumbre e ideal.
    Siguen brisas
    acarician la tibieza de tus humedecidos poros.
    Múltiples deseos penden de la soledad
    en horas silenciosas, tranquilas, íntimas.
    Malania
    Imagen propia
  • Poesía

    EN SUS QUINCE AÑOS

    PARA MIA

    De parte de su abuela, con todo mi amor

    Han pasado muchas lunas, muchos soles,
    el tiempo no se ha notado entre canciones y colores.
    De repente, quince años —¡qué misterio tan callado!—
    y mi niña se ha hecho grande, sin que el tiempo haya avisado.

    Eres risa en la mañana, luz serena en el andar,
    una mezcla de ternura con el fuego de soñar.
    A veces callas bajito, con mirada de universo,
    otras, el mundo se alegra cuando ríes sin esfuerzo.

    Entre libros y voleibol, vas dejando tu señal,
    con coraje y con dulzura, con cariño sin igual.
    Buena hija, buena amiga, con tu corazón abierto,
    el amor que tú regalas siempre vuelve, siempre es cierto.

    Hoy tus quince son un canto, una flor que va a brotar,
    un camino que comienza con promesas de brillar.
    Y aunque crezcas y te alejes, lleva siempre en la memoria
    que este amor que yo te tengo… es eterno, es tuyo, es gloria.

    Estoy segura que desde el cielo
    tu abuela y tus abuelos sonríen al verte brillar,
    orgullosos de tu esencia, de tu forma de amar.
    Y yo, desde aquí cerquita, te abrazo con emoción,
    porque verte crecer, Mía, es mi mayor bendición.

    Sigue siendo buena hija, buena hermana, buena amiga,
    no dejes que el mundo apague esa luz que hay en tu vida.
    Sé valiente, sé tú misma, con tu alma generosa,
    que quien ama siempre encuentra la vida hermosa.

    Malania

    Imagen: Propia

  • Poesía

    TODO AMARILLO

    Un camino muy largo,
    parecía ser un túnel,
    algo así como el túnel del tiempo.

    A lo lejos, ya casi al final
    se divisaba un inmenso faro.
    La luz era tan intensa
    que hasta en sus ojos se reflejaba.

    Se encendía fuertemente,
    y de a ratos, entre nubes titilaba.

    Muy despacito se consumía
    hasta que en lucecita
    muy pequeña, se convertía.

    Pero nunca se apagaba.
    Su corazón fuertemente latía,
    a que la siguiera, la empujaba.

    Entonces,
    corrió la niña, ligera, en la brisa
    por el camino hacia la playa,
    los pies descalzos, el alma tranquila,
    el sol la abraza, el mundo calla.

    A los lados, aromitos –espinillos-,
    como guardianes dorados del día,
    todo reluce, todo amarillo,
    también su vestido, también su alegría.

    A lo lejos, se encuentra el destino:
    entre espuma salada y reflejos fríos,
    el corazón duda entre dos caminos:
    se une en un beso el mar y el río.

    Y ella corre, danza, no se detiene,
    como si un sueño es lo que persigue,
    como si supiera que el tiempo viene
    a llevarse eso que el alma abriga.

    Malania

    Imágenes: Gentileza de Antonio M. N. y propia

  • Poesía

    TU MAR MI RÍO

    Tus ojos muy asombrados
    han fijado su mirada
    en el agua de la oleada
    de un mar embravecido.

    Que en día refulgente
    y actitud inexplicable
    borraba huellas adorables
    de pisadas en la arena.

    Tu cuerpo tendido a pleno
    sin contar labor alguna
    se tiñó dorado y bello
    borrando rastros del tiempo.

    En el otro extremo del Globo
    mis ojos muy absortos
    penetraron su mirada
    en muy apacible río.

    La brisa lo acariciaba
    meciéndolo en tierno lecho
    como mezquinando al tiempo
    para olvidar al frío invierno.

    Manaban miles burbujas
    de su cálido interior
    lo besaban y acariciaban
    con timidez y fulgor.

    Soñoliento y agobiado
    se extendía al fin el día
    tú, en la lejana España
    yo, en esta tierra querida.

    Si se unieran algún día
    mar y río, río y mar
    la bravura dormiría
    en brazos del río en paz.

    Malania

    Imágenes: propias