General

INOLVIDABLE

Él guardaba silencio.
Las palmas de mis manos
al roce de sus yemas
me incendiaban por dentro.
Sus ojos se iluminaban
mientras flotaba en ellos
el amarillo de la llama
encendida con tal acento
que al sentirme invadida
me estremecía hasta el tuétano.
Malania
Imagen propia
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