Poesía

SIN DAR AVISO

 

Avispado ascendió
y desde la cima observó.
El viento se avivaba,
las hojas volaban,
las nubes anunciaban
y sin dar aviso
la tormenta estallaba.
Vio temblar los tejados
ni blancos ni negros,
bajo la empobrecida luz.
De pronto un apagón!
la oscuridad lo envolvió
por fuera y por dentro.
Entonces descendió
trastabilló y siguió.
Buscó la ducha
y al espejo se miró,
nada nuevo observó.
Cansado se desplomó
en su cama,
o quizás en otra.
Dio gracias por ese día
y hasta el amanecer descansó.

Malania

Imagen de la red y de C. J. V.
 

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