• Poemas

    EMPEZAR DE NUEVO

    Paladeó una  idea con sabor desconocido,
    trazando una curva inverosímil con letras
    bajadas de un cielo entre nubes perdido.
    Saboreó el placer de navegar o transitar
    y de vivir en el borde del mundo
    ataviado en una campaña nueva
    contra lo nunca antes visto y menos vivido.
    Empezar algo nuevo cuesta –pensó-
    como quien camina por una picada empinada
    con las piedras toscas en punta
    donde es posible  doblarse el tobillo
    o caer y lastimarse con las piedras en vilo.
    Es necesario recorrer despacio el lugar elegido
    mirando hacia  abajo y también su laberinto.
    Y de tanto transitar  por el mismo lugar
    se irán emparejando y aplanando las piedras
    y  en un camino llano y liso, convertirlo.
    El asunto está en seguir
    el mismo camino con facilidad
    hasta más allá de la saciedad
    o cambiar tomando otro sendero, otra picada
    desconocida y quizás
    más difícil, o no.
    Puedes ir solo o llevar a una mula de reata
    vestir una camisa de miedo
    o cubrirte de renovado vigor.
    Una violenta sacudida
    ascendió por la madera rasa
    le aguijoneó las manos
    y se dio cuenta que dormía
    bajo las sombras de la noche
    que a sus espaldas caía.
    Sumado al largo sueño
    después de un cansado día
    amaneció con una sensación de bienestar.
     Malania
    Imagen propia.
  • Relatos

    LOGRO DE UN OBJETIVO

    Su origen lo obligó a tomar la vida con seriedad, lo que a veces debía explicar a sus amigos, sobre todo cuando lo invitaban a salir de juerga.
    Sentía como pinchazo de aguijón o como golpe de cincel cuando insistían en que no debía estudiar tanto y salir a “renovar el aire”.
    Pero se quedaba, conocía sus obligaciones y las tenía claras: estaba allí para estudiar, dar los exámenes en tiempo y forma y terminar la carrera lo antes posible. Sabía que su madre hacía un sacrificio tremendo para que pudiera graduarse. Muchas veces sacaba fuerzas invisibles para continuar, de un mundo que era rutilante para muchos y opaco para otros. Él seguía sin detenerse a pensar en eso. Por momentos percibía las cosas situadas a gran distancia, inalcanzables. Pero nada lo detenía y nadie lo detuvo.
    Y llegó el día tan esperado de dar el último examen. Con ansias y mucha expectativa lo esperaban frente a la Facultad su madre, su hermano mayor y varias amigas y compañeros de estudio. Cuando salió por la puerta principal, con los brazos extendidos al cielo como dando gracias, todos lo aplaudieron. Lo dejaron casi desnudo en la vereda de la plaza de enfrente, lo bañaron con huevos, harina y agua. Gran festejo merecido por haber hecho un gran sacrificio para lograr lo que había comenzado en la gran urbe, lejos de sus familiares. Sucio, pegajoso y mojado, viajó en tren hasta su hogar alquilado hasta ese año. Los demás pasajeros lo miraban. Con seguridad no sabían lo que sentía su corazón y el de su familia.

    Malania

    Imagen propia.

  • General

    ¿INFLUENCIA CÓSMICA O MILAGRO?

    Sus magnas posibilidades de hombre,
    fueron envueltas por un vertiginoso hado
    y se confundieron con el plumaje
    de un océano verde y azul,
    como la cola de un pavo real.
    Como plumas desvanecidas por el viento
    y estrellas relegadas
    hasta caer en mullida alfombra,
    quedó tumbado en la arena
    bajo los rayos calcinantes de verano.
    Su ritmo cardíaco no era armónico.
    Un hecho axiomático: su arritmia.
    Parecía de a ratos un ser inanimado.
    La gente comenzó a aplaudir
    para llamar la atención de los guardavidas.
    Los paramédicos acudieron de inmediato.
    De entre la multitud,
    una voz particular
    lo hizo reaccionar.
    Se incorporó como por arte de magia
    y al verla, su semblante se transformó.
    La alegría del saber que ella estaba allí,
    que no se había ahogado,
    le devolvió el ritmo normal del corazón
    tanto como para tomarla entre sus brazos
    y elevarla hacia el cielo
    dando gracias infinitas
    por haberla encontrado viva.

    Malania

    Imagen propia

  • General

    CAMINO AL CERRO

    Tomó una refrescante ducha y se revistió de miedo,
    no era lo suyo eso de conocer gente nueva,
    se sentía como si fuera a limar una telaraña sin hilos
    y los pasos que daba eran tan inseguros
    por aquel blanco e inmaculado camino
    sembrado de frágiles y secas hojas al vuelo.
    Su aliento flotaba como en mar adentro,
    su caminar por el sendero empinado
    hacía elevar en silencio su mirada al cielo,
    mientras las finas ramas de los árboles
    con sus hojas aventadas por la racha del viento
    intentaban darle ánimo, fuerza y aliento. 
    Y llegó a la cima, 
    consiguió escalar el cerro.  
                                                                 Malania
     
    Fotografía tomada de internet
  • Haikus

    SENDERO OTOÑAL

    Haykus

    Frías lloviznas
    Deslustrado atardecer
    Tiempo inestable.

    Cielo estrellado
    Efectos centelleantes
    Cambia el paisaje.

    Huellas mojadas
    Amanecer temprano
    Sendero otoñal.

    Imagen: R. E. Ch.

  • General

    ES EL SOL

    Las calles se pusieron enteramente negras en horas de siesta.
    Desde el cielo se precipitaban avalanchas retorcidas por el viento, un viento helado como si fuéramos a estar en pleno invierno.
    ¿Un fenómeno natural diferente cada día? Un otoño distinto, a veces con sol, otras, sin él y sin luna.
    Pasaron las horas y desapareció la tempestad cuando el sol con su poderosa luz salió detrás de las nubes de algodón.

    Imagen: M.J.T.

  • Poemas

    EL PODER DEL SOL

    Buscaba disimular
    su temor por perderlo
    no quería pensar
    que ya lo había perdido.
    Sus ojos caramelo
    miraron al cielo
    observó, lo contempló
    las estrellas cetrinas palidecieron
    y se removieron incómodas.
    Una oscura nube ensombrecía
    el amanecer de aquel día.
    Alguien sobrevive en estas tierras
    pensó en voz alta al ver
    los primeros rayos luminosos
    desafiando a la nieve
    que cubría el inmenso rio
    El sol sin albergar duda
    logró brillar
    hasta el más profundo abismo
    de la  barrera gris
    entre ella y él
    y quizá logre
    entibiar  sus corazones.
    Imagen propia.
  • General

    ENIGMA

    Obcecado por el estudio del funcionamiento de las células de seres vivientes en todo el universo, comenzó a leer todo lo que encontraba sobre ellas.
    Se enteró de que el entorno y  todo el ambiente inciden en la formación del ser humano.
    Que el ADN no controla la biología y que el núcleo no es el cerebro de la célula.
    Que los seres humanos y también las células se adaptan al lugar donde viven.
    Por eso cuando enferman, se debe buscar el motivo o causa en el entorno antes de que en cualquier otro lugar.
    Se movió perezosamente en la reposera, cerró los ojos; y con el pensamiento puesto en aquella reacia célula, que quiso estudiar mediante un viejo microscopio en la escuela secundaria, se quedó dormido.
    Despertó cuando el cielo fue oscureciéndose teñido de azul y despoblado de estrellas. Sonrió por tanta belleza ante sus ojos, se desperezó, y dispuso todo lo necesario para preparar su cena, con el pensamiento puesto en ese color que tanto lo apasionaba, el AZUL.

  • Poemas

    ATARDECER EN SANTA HELENA

    Se esconde el sol,
    no hay nada nuevo,
    o sí, es que lo hay,
    cambian los colores del firmamento,
    se matiza el cielo,
    según el estado del sol
    si está triste o contento,
    con el mecer de las nubes
    o con caricias del viento.
    O quizás es mi retina,
    que hace la diferencia
    entre un atardecer y otro,
    o tal vez son pinceladas
    que dan los rayos del astro rey,
    mezclándose entre las nubes
    la atmósfera y el viento.
    Y yo tontamente
    corro, corro y me detengo,
    me paro casi en puntas de pie
    sobre la montaña de tierra roja,
    frente a este espectáculo natural
    y lo observo, lo contemplo.  
    Tomo varias fotografías
    para captar el momento,
    para compartir contigo
    antes que se escape el tiempo.
    Sí, contigo. Es para ti
    que me estás leyendo.
                                                 
  • Poemas

    EXCELSO

    Los dos se apiñaron en el recodo,
    el frío arrancaba suspiros,
    mientras  ambos
    oteaban minuciosamente sus orillas
    para encender el fuego más íntimo.
    Así aguardaron el sol del mediodía.
    La claridad de una diferente jornada
    se techaba de blanco y oro
    con destellos plateados que refulgían
    del inigualable fulgor de sus cabellos claros
    sobre una dulce almohada
    y ensortijados hilos dorados
    bajo el manto estampado de las sábanas.
    El cielo se había encendido
    con reflejos de un sol mezquino.
    Imagen: C. J. V.