• Haikus

    SIEMPRE TÚ

    HAIKUS XIX

    En tus ausencias
    se opacan las estrellas.
    Llora la aurora.

    Cuando apareces,
    juegan las mariposas
    por las mañanas.

    Las aguas turbias
    se vuelven azuladas.
    Desaparecen.

    Malania

    Imagen propia.

  • Poesía

    ¿MÁGICO?

    Como gotas de estrellas y luna llena
    con perfume a rocío la brisa plena
    mi amanecer se iluminó
    con la alegría de tus palabras
    esas que una noche arrebató
    el viento en luna nueva
    escondiéndolas en sus bolsillos
    arrancándome suspiros
    color nostalgia de Nochebuena.
    Malania
    Imagen: J. A. T.
                                                           
  • General,  Poemas

    NI ROSA NI NEGRO

    Duele el alma
    al ver la sangre
    en tus venas hinchadas
    por el cansancio de la tarde
    que en vez de roja
    se ha vuelto azul
    por tu plegaria
    esa que haces diaria
    para extinguir
    tus gruesas lágrimas
    por un amor que está
    pero que ya no lo quieres.
    De pronto el paisaje
    se contagia de tus penas
    y se vuelve
    bellamente azul
    para acompañar tus letras
    al compás de tus deseos
    de no tener ningún desvelo
    en noches sin estrellas
    un deseo de ser
    ni rosa ni negro
    simplemente vertido
    en un paisaje de cielo
    siempre azul.
    Malania
    Imagen: G. F. T.
                                  
  • General

    TIMORATA

    Distraída y timorata, veo el desfile de estrellas
    en el infinito mar azul,
    mientras mi vida
    se desplaza silenciosa.
    En contraste con el gélido invierno espacial
     gozo del aroma de las flores del verano
    en este mundo en que el dragón naranja
    nos conecta en hilo de unión y armonía.
    En esta hermosa y cálida noche
    quisiera poder gustar
    de la delicadeza de tus gestos,
    de los ardientes juegos de tus dedos.
    Te esperaré hoy, mañana y
    en los postreros días de enero,
    para que bajo este infinito mar azul
    me regales ondulantes olas de placer
    suaves como solo tú sabes hacerlo,
    para nadar juntos en tibia ventura
    convertida en sublime entrega y redención.
    Malania
    Imagen:  de la red.
  • Haikus

    BONITA

     
     

    Llora su ausencia.
    Un techo sin estrellas
    desnuda el alma.

    Estrella roja
    sin cobertizo fijo
    sonríe airosa.

    Malania

     

    Imagen: E. M. 

  • Poesía

    MELLA

    Aguardaba que saliera la luna,
    pero el viento la había tapado con las nubes.

    El objeto de su vida se marchitaba en una tuna,
    y no adornaba el aire el sonido de su bucle.

    El fuego de su cuerpo ya no adornaba piel alguna,
    pero su pasión florecía detrás de una cortina de tules.

    La oscuridad relucía por una ventana de vidrios fume,
    rasgada por puñales de oro viejo sin fortuna.

    El escaso resplandor de estrellas lúgubres,
    ahondaban la mella de su ánimo en pugna.

    La monserga había llegado a la cumbre.

    Malania

    Imagen: G. F. T.

  • Poemas

    NIEBLA

    Arrullado
    por los rasguños húmedos
    con aceite de almendras
    sintió una  sensación de alivio
    de ese algo que para él
    se terminaba para siempre.
    Sin embargo para ella
    la esperanza de seguir amándolo
    crecía
    como lirios en las palabras
    pronunciadas a su oído
    y en el escondite de su dorada selva
    donde emergía su báculo cálido
    lleno de vida y canto
    al compás de mimos y besos.
    La realidad se reflejó en la luna
    espejo de un recuerdo pálido.
    Una a una se apagaron
    las luces de las estrellas
    bajo la estela
    de oscuro aserrín del terciopelo
    de un herido corazón.
    Malania
    Imagen de la red.
  • Poemas

    LAMENTO LEJANO

    Lejos de las serpentinas
    del laberíntico recorrido urbano
    en noche de luna quieta
    con la ilusión de las estrellas en canto
    al compás de las ramas secas
    lo vio, él estaba allí
    entre los tímidos rayos del sol naciente
    un turbio día de noviembre.
    El zumbido cobrizo de las chicharras
    hacían más densa la penumbra selvática.
    Ella sabía que el horario de su vida
    no estaba subordinado
    a las leyes del tiempo divino
    sino a los ciclos propios
    de sus deseos y de su destino.
    Lo vio, claro que sí
    en una fecha
    la más grande fecha de la desilusión
    bajo un cielo pasmado de frío
    aspirando el aliento taciturno de malos presagios.
    Y con la intensidad de la intemperie
    su intemperie
    solo pudo escuchar un  lamento lejano.
    Malania
    Imagen: S. D. V.
  • General,  Poemas

    CARICIAS

    Entre otras especies, abigarradas,
    estaban allí en el portal
    en macetas, enraizadas,
    declamándose juramentos indecentes.
    Con argucia de gacelas
    mecidas por el viento
    se acariciaban en secreto,
    se siseaban entre sí
    cuando caía la noche y decaía la brisa.
    Más tranquilas, las estrellas estaban
    sobre el piso mojado,
    por la lluvia demorada,
    por la noche sin luna.
    Breve crepúsculo arremetió,
    en hilo de luz las sorprendió
    besándose con el viento.
    Esa noche no han dormido,
    pero sí,  han soñado.
    Malania
    Imagen: M. C. R.
  • Relatos

    COMO UN ÁTOMO

    Inverosímil o no, creyó verlo en la noche, cotejado por el movimiento silencioso de las estrellas que iluminaban el campo de aterrizaje.
    Percibió una energía diferente y no estaba segura de que lo que pisaba, eran cimientos de la realidad o estaba volando en el firmamento.
    No se resignó, pero sí permaneció estoica ante lo imperceptible en su mundo.
    Entonces sacó una hoja en blanco de su agenda y escribió algo que estuvo hilando hacía rato: “Eres como un átomo que no se puede ver ni tocar”.
    Zigzagueó entre la multitud, mientras doblaba el papel sin perderlo de vista. Lo alcanzó y sin que se diera cuenta puso el papel en el bolsillo del saco gris plomizo del esbelto y silencioso caballero.
    Ella dio media vuelta y se perdió entre el gentío, que avanzaba como tropa salidas de un corralón.  

    Malania

    Imagen propia