• Poesía

    MADRE DE LA TIERRA Y DEL ALMA

    Madre de madrugadas y de soles tibios,
    de manos cansadas, de sueños sencillos.
    Te alzabas temprano, sin quejarte nunca,
    el gallo apenas cantaba… y ya eras espuma.

    Dabas de comer a gallinas curiosas,
    encendías el fuego, amorosa y hermosa.
    Con agua caliente y un mate en la mano,
    comenzaba el día, tan fiel y temprano.

    Ordeñabas vacas con gesto sereno,
    traías la leche, regalo del cielo.
    Hacías ricota, crema y dulzura,
    llenando la mesa con tu mano pura.

    La ropa lavabas con amor sin medida,
    cuidabas la casa, cuidabas la vida.
    Barrías el patio, regabas las flores,
    dalias y rosas, claveles de amores.

    Los perros te amaban, sabían tu paso,
    tu andar silencioso, tu abrigo sin lazo.
    Nada nos faltó bajo tu cuidado,
    ropa, alimento, cariño sagrado.

    Y por las noches, amasabas el pan,
    con fuerza y ternura, como quien da paz.
    Lo dejabas leudar en silencio y en calma,
    y al alba, en moldes, lo horneabas con el alma.

    El horno de leña crujía al despertar,
    y el pan, ya liviano, empezaba a brotar.
    Todo lo hacías con tanta emoción,
    con manos de madre, con el corazón.

    Mi padre sembraba, confiando en tu abrazo,
    y en sus vacaciones, carpía el maíz raso.
    Mandioca, batatas, zapallos en fila,
    su esfuerzo y el tuyo, raíz que abriga.

    Descendiente fuerte de nobles ucranianos,
    heredaste el temple, el trabajo en las manos.
    Y aunque el tiempo pase, y el cuerpo se aleje,
    tu espíritu vive donde el amor se teje.

    Malania

    Imagen de la red.

  • Poemas

    ARTE CULINARIO

    Entre verduras y frutas
    dibuja el artista,
    no solo con lápiz y carbonilla.
    El pintor colorea sus obras
    con témperas, óleo y acuarelas.
    Rostros, paisajes, rígidos o libres
    y hasta se anima a pintar
    la coronilla de la Virgen.
    Pinta flores y aceitunas
    y también a un niño en su cuna.
    Su imaginación y su talento
    lo hacen volar de contento
    cuando su obra termina.
    Pero hay artistas que juegan
    con hierbas, frutas y verduras
    y sus brillantes colores.
    Son grandes expositores.

    Malania

    Imagen: de la red

  • Poemas

    FLORIDO AMANECER

    PRIMAVERA
    Brotando va la vida en cada esquina,
    el aire huele a flores y esperanza,
    renace el campo en júbilo y bonanza,
    se enciende el sol con llama cristalina.

    La brisa canta en voz dulce y divina,
    se esconde el frío, tímido, en la balanza,
    y el corazón al gozo se abalanza,
    cuando la luz del día se avecina.

    Los árboles se visten de colores,
    el río danza al paso de su canto,
    las aves dan su música al instante.

    Oh primavera, reina de las flores,
    nos das la fe que olvida todo llanto,
    y el mundo entero brilla deslumbrante.

    Malania

    Imágenes: de la red y propias

  • Poesía

    FLORES SUMERGIDAS

    En el silencio azul profundo,
    brotan corolas de fuego,
    naranjas llamas que arden
    sin temor al agua inmensa.

    Sus hojas como cintas en danza
    se enredan entre las olas,
    dibujando secretos verdes
    sobre la piel del océano.

    No está presente el viento
    solo susurran mareas,
    y entre ellas florecen,
    como si el mar fuese cielo.

    Perdidas entre corales
    son memoria del sol,
    con belleza incomparable
    lucen con vivo color.

    Malania

    Imagen de la red.

  • Poesía

    DURAZNILLO EN FLOR

    Flores rosadas del duraznillo,
    tan suaves, tan quietas, sin olor,
    se abren al viento del mediodía
    como un suspiro sin corazón.

    No tienen perfume,
    pero son bonitas,
    como los sueños que no se dicen
    pero igual se sienten, igual brillan.

    El arbusto guarda espinas pequeñas,
    secretas como palabras no dichas.
    ¿Se protege del mundo, del tacto?
    ¿O solo recuerda que también duele la belleza?

    Y en el centro oscuro de la flor,
    algo se esconde,
    como un secreto mordido por el sol.

    ¿Será que el colibrí
    con su vuelo de chispa
    y la mariposa con alas de cielo
    le robaron el color?

    Quizás cada visita se llevó un poco,
    una hebra de luz,
    una gota de rosa,
    y quedó ese centro sombrío
    como huella de todo lo que ha amado.

    Malania

    Imagen: gentileza Ing. Ricardo Gamero

  • Prosa Poética

    VESTIDA DE VIOLETA

    Toda la ciudad se vistió de violeta.
    Las hojas cedieron el paso a las flores y los árboles de  jacarandá engalanaron el ambiente ciudadano.
    El viento se encarga de alfombrar plazas y veredas con pétalos violáceos. 
    La vista del viajero no puede zafar del espectáculo primaveral.
    Y más de uno se preguntará:  
    ¿Adónde se fueron las hojas?
    ¿No están celosas de las flores?
    ¿Cedieron el paso o ellas se las sacaron?
    Pero como todo vuelve…un día las flores se irán y reaparecerá el verdor de las hojas.
    Ya no serán las mismas, serán nuevas y tiernas.
    Y después vendrán más flores, y tampoco serán las mismas, serán otras.
    Esa es la vida misma, la que continúa y la que luego da lugar a otra vida.
    La muerte existe. Y por eso mientras está la vida hay que saber vivirla. 

    Malania

    Imagen: Propia

  • Poemas

    ROCÍO

    Lo llaman rocío,
    rocío del alba,
    cubre plantas, flores
    y brotes del alma.
    Se esparce en la noche
    hasta que amanece
    el sol lo ilumina
    y desaparece.

    Malania

    Imagen: de la red

  • Poesía

    PICAFLOR

    Revoloteaba un colibrí en el cielo de antaño,
    como un suspiro leve sin hallar descanso.
    Entre flores marchitas y brisas sin fin,
    envolviendo su sombra en vuelo sutil.

    Multicolor fue su estampa fugaz,
    destello que el tiempo no quiso guardar.
    Picaflor errante, eco del ayer,
    que en cada pétalo quiso renacer.

    Lo vi tantas veces al caer la tarde,
    al ponerse el sol tras viejos alambres.
    Era un poema sin verso ni voz,
    una despedida con forma de flor.

    El jardín ya no guardaba su olor,
    pero el viento murmuraba su antigua canción,
    lo busqué en el cielo, lo nombré sin fin:
    tan solo recuerdos al dulce colibrí.

    Pero un domingo, después de mucho tiempo
    volvieron en danza pequeños picaflores
    con su madre a la par, aleteando canciones
    entre plantas y flores con pétalos al viento.

    Una mañana tibia y clara del cielo sin fin,
    revolotearon como almas de ágil colibrí.
    Con alas de brisa, su vuelo es color,
    pintando en el aire un sueño multicolor.

    Hoy va de flor en flor, pequeño cantor,
    susurra secretos con dulce fervor.
    El picaflor danza, no busca razón,
    solo sigue el ritmo de su corazón.

    Malania

    Imágenes de la red.

  • Poemas

    ENTRE TIPAS FLORECIDAS

    Y él se fue,
    entre árboles de flores perfumadas,
    donde el viento tejía memorias
    con hilos de luz en cascada.

    No miró atrás.
    Sus pasos callaban promesas
    que aún en mi pecho temblaban,
    como hojas que no quieren caer.

    El suelo, una alfombra amarilla,
    dibujaba el camino de su despedida,
    y cada hoja era un adiós
    que el otoño guardaba en su partida.

    Subió al tren sin palabras,
    como quien ya ha llorado en silencio,
    como quien se lleva la mitad del cielo
    y deja la otra mitad ni en ruinas ni suspenso.

    Yo me quedé allí,
    bajo los árboles que aún olían a nosotros,
    esperando que el perfume bastara
    para no olvidarlo del todo.

    Y él se fue,
    quizás definitivamente,
    pero su ausencia sigue llegando
    con la floración de tipas y naranjos.

    Malania

    Imágenes: gentileza de mi amiga Mariana. Bs As.

  • Poesía

    MASCOTA ESPÍA

    En un sector del jardín florecido,
    donde el sol se posa en paz al mediodía,
    camina sigilosa y sin ruido
    la elegante gata Sía.

    No es gata común, es espía
    de pajaritos que cantan sin temor,
    pero más que cazadora fría,
    es soñadora de amor.

    Entre flores se esconde ligera,
    ojos dorados, bigotes en tensión,
    más cuando el viento la espera,
    sólo juega sin intención.

    Los pajaritos vuelan desprevenidos,
    mientras Sía se estira al sol,
    la panza al cielo, los sueños dormidos,
    con el jardín como su control.

    Porque aunque parezca acechadora,
    Sía es reina, y no enemiga,
    bajo el sol, entre aromas de aurora,
    vive su vida tranquila… y amiga.

    Malania

    Imágenes: M. Julián T.