• Prosa Poética

    TE ESPERÉ

    Te esperé cuando ya dejé de verte,
    le hablé al viento en mi soledad porque volvieras. 

    A Dios en mis oraciones, pedí por ti,
    te soñé aún despierto guardando mis palabras.

    Te esperé parado en la esperanza,
    vi la noche y el día hacerse largo sintiendo tu ausencia.

    Te llamé pero mi voz no escuchaste, perdiéndose en desilusión. 

    Te esperé y aún sigo esperando aunque sé no volverás,
    mis lágrimas lentas van perdiéndose en la tristeza
    dibujando una sonrisa rara sin haberte dicho adiós. 

    Autor: Miguel Márquez

    Imagen: Propia (Malania)

  • Poemas

    INIGUALABLE LUGAR

    Bajo la sombra de un árbol amigo
    un cortinado blanco y sillones vacíos,
    al fondo el río Uruguay, serpentea con su brío
    rodeados de vegetación siempre presente y testigo.

    Entre verdes que abrazan y otros colores que estallan
    la quietud susurra historias del ayer y quizás, del mañana,
    en que se mezclan aromas de tierra y añoranza,
    donde el tiempo se detiene y el corazón descansa.

    Con la belleza serena que en este lugar se esconde,
    la vegetación abraza al cortinado blanco,
    a los pájaros que alegran con su canto,
    y a quienes ocupan los vacíos sillones.

    Malania

    Imágenes: Roxana E. S.

  • Poemas

    Y SÍ QUE TE AMÉ

    Y sí que te amé
    Más te olvidé un día
    Cuando la lluvia tibia
    Desvaneció tu imagen.
    Y sí que te amé…
    Mientras duró tu abrazo
    Y mis lágrimas borraron
    La huella de tus manos
    Sobre mi cuerpo y mi regazo.
    Y sí, que te amé
    Y disponía la idea
    Que a tu lado
    Mi pelo negro
    Se convirtiera en blanco.
    Y tanto que te amé…
    Más comprendí un día
    Que en vano te quería.
    Y decidí hacer de este amor
    Solo una poesía.

    Autora: Magda López Urbina

    Imagen de la red

  • General

    CUANDO SE APAGA

    Lentamente vemos pasar la vida, muchas cosas se van quedando, algún sabor amargo superado.

    Sabemos que perdimos, ganamos, de todo aprendimos, experiencias obtuvimos. 

    Hoy sé, cuando se apaga eso que hacemos nada vuelve a ser como antes.

    Quedan en mi versos dejados sin escribir como solía hacerlo, ya no rima la palabra que hace a un poema.

    Un silencio presente lleva lejos las frases, solamente un vacío nos empuja a seguir cuando se apaga el querer escribir, marchando al olvido todas las letras transformadas en poesía.

     Autor: Miguel Márquez

    Imagen: M. J. T.

  • General

    SERÁS MI GUÍA

    Van varios años de tu partida.
    Te convertiste en mi ángel desde el día en que te conocí, y te adopté como guía.
    Nunca te equivocaste, siempre con la justa, y así yo te quise, frontal, amigo, compañero de momentos, amor de mi alma.
    Eras así, como el COLibrí, no por su tamaño, sí por tu belleza, alegría, agilidad, tu ir y, tu venir con dulzura en los labios y en todo tu ser.
    Todavía te lloro y por ello te pido perdón.
    Te pedí que me llevaras contigo, sonreíste y me dijiste que no, no querías que sufra por nada, tampoco por ti.
    Querías que siguiera mi camino.
    Soy escritora y a veces, poeta, y tú lo sabías, pero mis escritos no te llamaban la atención.

    Es por eso, que en vez de poesía hoy te dedico esta entrada, así de sencilla, sin rodeo de palabras, escritas con el corazón. Siempre estás presente, no en cuerpo pero sí en alma.

    Malania

    Imágenes propias y de la red.

  • Poesía

    CAMPO, SOL Y NUBES

    Bajo el campo abierto, el sol danza libre,
    tejiendo sombras en un lienzo de hierba.
    Nubes juguetonas, en el cielo se exhiben,
    pintando el paisaje con su luz dispersa.

    El viento susurra secretos al oído,
    mientras el sol acaricia la tierra con su calor.
    El campo, un poema en verde tejido,
    donde la naturaleza canta su propio clamor.

    Entre los rizos de hierba y las flores,
    se esconde la esencia de la vida misma.
    Un eco eterno en estos campos se alza,
    invitando al alma a una danza infinita.

    En este rincón de paz y serenidad,
    el sol y las nubes danzan en armonía,
    y en cada rayo de luz y sombra proyectada,
    se encuentra la esencia de la poesía.

    Malania

    Imagen propia

  • Poesía

    LA ROSA Y EL LIBRO

    Entre pétalos y versos, el amor se cuela,
    en páginas blancas, su historia se revela.
    Rimas que bailan como flores en primavera,
    un libro de poesía rosa, una espera sincera.

    Susurros de rimas que el corazón cautivan,
    letras que abrazan el alma y el dolor alivian.
    En cada verso, un suspiro, una mirada furtiva,
    un universo de emociones en cada página viva.

    Las letras son rosas que despiertan los sentidos,
    perfumes de pasión en versos encendidos.
    En este libro, el amor es el eterno testigo,
    la poesía y la rosa, regalos que el alma abriga.

    Así, entre letras y rosas, el amor se eterniza,
    en cada palabra, una promesa que se desliza.
    Un libro de poesía o prosa, un tesoro que eterniza,
    el amor, la esperanza, la belleza que hipnotiza.

    Malania

    Imagen: Joseph B.

  • Poesía

    EN EL JARDÍN DEL ALMA

    Entre el prado danzan flores y campanillas,
    matizadas en colores que la primavera atesora,
    rojas como el ardor de un corazón enamorado,
    amarillas como el sol que ilumina la aurora.

    En el jardín del alma, su esencia se derrama,
    fragancias de sueños y promesas cumplidas,
    en el lienzo de la vida, cada pétalo se reclama,
    un susurro de amor en cada hoja tejida.

    Brotan del suelo, como suspiros de la tierra,
    delicadas y etéreas, su danza es un canto,
    la naturaleza las viste con gracia sincera,
    y en su humilde belleza, revelan su encanto.

    Así, en la poesía de este mundo, tejida,
    flores y campanillas, rojas y amarillas,
    son versos que en el alma quedan grabados,
    testimonio eterno de las alegrías sencillas.

    Malania

    Imágenes: M. J. T.

  • Poesía

    VIAJE DIFERENTE

    En un colectivo rumbo a cualquier lugar.
    Complicado viaje, repleto de afán.
    Chofer parado, pasajeros apiñados.
    Entre ellos, él, con destinos encontrados.

    Una anciana, sin sitio, exclamó con pesar:
    “¿Dónde están los caballeros?”, al levantarse a mirar.
    Y alguien le respondió, con humor desbordante:
    “Los asientos se acabaron, ¡no el ser galante!”

    Llegaron a aquel lugar, con alivio y sudor.
    Bajar del colectivo, una verdadera labor.
    Se le acercó una gitana, de mirada profunda:
    “¿Quieres conocer tu destino?” dijo sin una segunda.
    Y detrás de ella, un fotógrafo, queriendo ganar la suya.

    “Adivinaré tu futuro”, le ofreció con convicción.
    “Hasta los setenta, serás pobre” fue su predicción.
    “¿Incluso después?”, le preguntó con curiosidad.
    “Te acostumbrarás”, dio su respuesta sin piedad.

    “Un hijo tienes”, le dijo con certeza.
    “¡Tres hijos tengo!”, exclamó con franqueza.
    “Uno es tuyo, los otros, no lo son”.
    Su revelación, ellos son de tu corazón.

    Así fue su viaje, en colectivo complicado.
    Con destinos inciertos, y revelaciones del pasado.
    A destino llegó, con historias para contar.
    En este viaje, la vida le enseñó a aceptar.

    Malania

    Imagen: de la red

    Poesía inspirada en un cuento tucumano.

  • Poesía

    SE NECESITA UN AMIGO

    No es necesario que sea hombre,
    basta que sea humano,
    basta que tenga sentimientos,
    basta que tenga corazón.

    Se necesita que sepa hablar y callar,
    sobre todo que sepa escuchar.

    Tiene que gustar de la poesía,
    de la madrugada, de los pájaros, del Sol,
    de la Luna, del canto, de los vientos
    y de las canciones de la brisa.

    Debe amar al prójimo y respetar el dolor que
    los peregrinos llevan consigo.
    Debe guardar el secreto sin sacrificio.
    Debe hablar siempre de frente y
    no traicionar con mentiras o deslealtades.

    Debe tener un ideal, y miedo de perderlo,
    y en caso de no ser así,
    debe sentir el gran vacío que esto deja.

    Tiene que tener resonancias humanas,
    su principal objetivo debe ser el del amigo.

    Debe sentir pena por las personas tristes
    y comprender el inmenso vacío de los solitarios.

    Se busca un amigo para gustar
    de los mismos gustos,
    que se conmueva cuando es tratado de amigo.

    Que sepa conversar de cosas simples,
    de lloviznas y de grandes lluvias y
    de los recuerdos de la infancia.

    Se precisa un amigo para no enloquecer,
    para contar lo que se vio de bello y
    de triste durante el día, de los anhelos
    y de las realizaciones, de los sueños y de la realidad.

    Debe gustar de las calles desiertas,
    de los charcos de agua y los caminos mojados,
    del borde de la calle, del bosque después de la lluvia,
    de acostarse en el pasto.

    Se precisa un amigo que diga que vale la pena vivir,
    no porque la vida es bella, sino porque estamos juntos.

    Se necesita un amigo para dejar de llorar.

    Para no vivir de cara al pasado,
    en busca de memorias perdidas.

    Que nos palmee los hombros,
    sonriendo o llorando,
    pero que nos llame amigo,
    para tener la conciencia de que aún estamos vivos.

    Autor: Vinicius de Moraes

    Imagen: Propia