AMBIVALENCIA
Una tasca tenebrosa de aspecto, y elevada en espíritu, donde se juntaban a diario los mismos clientes masculinos, -como si fueran pájaros a volar- a jugar al dominó o algún otro juego de azar y beber vino u otra bebida que les levantara el ánimo.
Una mujer estrafalaria, con collares de perlas falsas, grandes argollas como aros, labios pintados de rojo sangre, cachetes colorados y sombra azulada en sus párpados, servía a los presentes, con suave e insinuante balanceo de caderas.
Sus vecinos comentan que era buena con los niños y que hablaba con las plantas y con los animales.
Dicen que las plantas sonreían como si fueran a responderle o se marchitaban según la ocasión y el estado de ánimo de su dueña.
Los animales agitaban su cola cuando la veían llegar después de su trabajo, de un viaje largo que a veces realizaba, o de un rato de compras en el barrio.
Nada distraída, pero sí demasiado bonita. Cuando vivía con sus padres, el jefe de familia temía que fuera presa fácil de hombres sin escrúpulos. Todos los hombres del barrio, la tenían en la mira. Pero Delia siempre cuidó cada detalle y nunca dejó entrar a ninguno en su casa. No confiaba en ellos, además casi todos tenían pareja, eran casados o tenían novia. Solamente uno, Felipe, era soltero pero no condecía con sus preferencias. Nada de él le llamaba la atención, solamente eran buenos amigos.
Un día Delia viajó a otro país, como tantas otras veces lo había hecho, para acompañar a una pareja cuya mujer debía atenderse con médicos especialistas en un hospital, y no regresó. La dueña de la casa donde alquilaba y vivía Delia, se hizo cargo de los dos perritos de la mujer, juntó sus cosas, las guardó por si acaso algún día volviera, y las guardó bajo llave en una de las habitaciones.
Después de un tiempo, recibió una carta de Delia donde expresaba sus disculpas por no haberse comunicado antes y permitía a la dueña de casa, a regalar o hacer lo que quisiera con sus muebles y enseres que había dejado.
La mujer a la que había acompañado para ser atendida en el hospital, después de un tiempo falleció. El hombre viudo, la conquistó, se casaron en ese otro país y allí establecieron su residencia.Malania
Imagen: propia
MASCOTA OBSERVADORA
El aire del ambiente me transmite una sensación de calma y curiosidad. La mascota de mis nietas, Kiara, como una especie de guardiana, observa en silencio las luces del otro lado del río. Tal vez se siente atraída por el brillo distante, pero también mantiene una distancia tranquila, como si estuviera reflexionando sobre lo que ve.
Con sus ojos fijos en una lancha, parece captar cada pequeño movimiento del agua, como si pudiera predecir lo que sucederá a continuación. Su concentración es total, y su aguda percepción la hace estar siempre un paso adelante. Al seguir la lancha con interés, parece como si quisiera entender su destino, como si fuera parte de un misterio que ella sola debe resolver.
La lancha comienza a alejarse lentamente, y la mascota, que nunca se equivoca, intuye que hay algo más en esa travesía. Tal vez siente que la lancha se dirige hacia un lugar desconocido, o quizás presiente un cambio en el viento, una alteración en el agua… Algo está por suceder, pero, ¿qué será? ¿La lancha llegará a su destino sin contratiempos, o algo la hará detenerse?
La perra sigue observando, y en ese instante, podría ocurrir algo que cambiará todo: tal vez un giro inesperado en el río, o una luz que parpadea y alerta a la mascota de que no todo es lo que parece. ¿Qué crees que ocurrirá?Malania
Imágenes: Rox E. S.
POETA DE LOS ÁRBOLES
A Paulina, de niña no le gustaba dar lecciones orales frente a sus compañeros de clase y prefería los exámenes escritos.
Pero sí le gustaba estudiar de memoria poesías y declamarlas en los actos escolares.
Siempre la elegían para eso, y disfrutaba poder decirlas sin cometer errores.
Amaba las rimas consonantes más que las asonantes.
Cuando adolescente, más que escribir le gustaba leer. Devoraba cuanto escrito encontraba a su paso. Pero las revistas y diarios, siempre hojeaba todas las páginas antes de empezar a leer, y –nunca supo por qué- siempre comenzaba por las últimas –de atrás hacia adelante-.
Su madre la solía recriminar porque mientras almorzaba proseguía con la lectura. Luego, cuando ya se había recibido de maestra, abandonó ese hábito por respeto a las personas que compartían la mesa.
Comenzó a escribir textos para niños, luego de amor y desamor. Pero hoy día le apasiona escribir sobre la naturaleza. Le gusta ilustrar sus escritos con fotografías propias o de personas allegadas, y que conocen su inclinación por ese tema.
Son fuentes de inspiración, el firmamento en todos sus momentos y colores, con o sin nubes. El mar le apasiona, las flores, los árboles –sobre todos los de constitución rara-. A veces comparte la foto de alguno de esos árboles con su amigo Manuel, que también es un aficionado por ese tipo de imágenes.
El rocío depositado sobre las hierbas y hojas de los árboles, o la tierra mojada, perfuman el ambiente al igual que las enredaderas de jazmines, eso afirma Paulina.
Y cuando leyó en algún sitio web que hay una “poeta de los árboles”, se identificó y se sintió su clon. La otra, dice ser amante de las hojas caídas, pero Paulina prefería y prefiere amar las hojas en pie, verdes y coloridas.
Hoy día descarta escribir poesías tristes, prefiere las bondades naturales y los animales, todo lo que da alegría a sus días.
MalaniaImagen propia
ÉL NUNCA LLEGÓ
Una vez una mujer, con unos años menos de los que hoy tiene, llegó a la terminal de ómnibus de una gran ciudad. Bajó de un micro de larga distancia, tomó su teléfono y marcó un número. Al otro lado, se escuchó el Hola del dueño del móvil al que había llamado. Pero de inmediato se cortó la comunicación. Y a pesar de su infructuosa insistencia, el sonido del contestador no hacía otra cosa que comunicar que la persona con la que intentaba hablar, había apagado su celular. La señora enmudeció, brotándole lágrimas de sus ojos. Permaneció parada un rato frente a una de las escaleras de la terminal, lo necesario como para dar tiempo a que él llegara, la persona a la que había llamado. Pero nunca apareció (ese día) y debió tomar cualquier otro medio para llegar a destino. Con un nudo en la garganta, la señora llegó a destino. Bajó su pesada maleta, la subió escaleras arriba y una vez dentro de su habitación desempacó lo necesario como darse una ducha y salió a caminar. Caminó las calles de la ciudad con sus ojos nublados y la mente en blanco, hasta conseguir un poco de calma y serenidad. Ese día la mujer hubiese sido Feliz si escuchaba que alguien que ella tanto amaba, le dijera aunque sea Te Quiero.
Malania
Imagen Propia
DOMINGOS DIFERENTES
Notablemente no recuerdo ningún pasaje en día domingo durante mi niñez.
Sí de mi adolescencia y juventud.
Mis mejores recuerdos de la tercera etapa de mi vida, los domingos en época de vacaciones de verano. Me levantaba muy temprano para ir a la Capilla San José Obrero, donde nos reuníamos a participar de la Santa Misa. Asistían muy pocos niños, solo los que acompañaban a sus padres y abuelos. Los demás iban a Misa más tarde, si mal no recuerdo, a las 9 hs.
Volvía a casa, desayunaba y luego ayudaba a mi madre y hermana a preparar el almuerzo. Aunque mucho no me permitía hacer porque, según ella, los tradicionales perogui o también llamados varenekis, con relleno de ricota, si se cerraban mal, se abrían en el agua hirviendo y salía el relleno.
Después del almuerzo mis amigas me pasaban a buscar para ir al campo, donde pasábamos toda la tarde disfrutando de una gran pileta natural de un colegio religioso.
Los demás miembros de mi familia se quedaban a dormir siesta.
Mientras ellos tomaban su mate al atardecer, nosotras lo hacíamos con un rico tereré y pan dulce.
No teníamos que pensar en lo que haríamos al día siguiente, lo importante era vivir el día a full. Estábamos de vacaciones.Malania
Imagen propia
ALEGRÍA Y TRISTEZA
DESCRIPCIÓN NO PERSONAL
UN DÍA DOMINGO
No todos son iguales, por supuesto, dijo Ricardo.
Pero lo he pensado así, y lo describiré de esta manera:
El día, comienza con alegría -es el día del Señor- y del necesario y ansiado descanso para muchos y, además para algunos el de reunión de la familia.
Hay alegrías, charlas, almuerzos, brindis, en fin: día de compañía y de compartir cosas… Y luego la tarde, el mate, el sosiego que … marca el comienzo de lo que será algo así como una sensación de tipo agridulce, compuesta por un lado de plenitud por lo que se han vivido horas felices y por otro el nacimiento de algo así como una cierta nostalgia y casi tristeza, porque eso se acaba y es la separación de cada uno tomar su rumbo y comenzar a pensar en el día de mañana (lunes), inicio de la semana laboral con su rutina de trabajo -bendición para el que lo tiene y sufrimiento para el que no-, el de volver a las obligaciones, con sus cargas y cansancios, agotamientos -en algunos físicos en otros mentales-, sus responsabilidades y, a veces preocupaciones.
Y por último Ricardo agregó:
-Creo, en esta descripción, se me quedaron cosas en el tintero. Hay mucho para reflexionar, y es, debe ser, distinto según sea para una u otras personas, según su situación o momento de vida por el que esté atravesando.Malania
Imagen: Javier A. T.
TARDES DE DOMINGO
¿El mal tiempo nubla los recuerdos?
¿De quién? ¿De qué? ¿De cuándo?
Quizás nuble los suyos pero no los míos.
Las cosas son como tienen que ser
y lo que pasó, ya fue.
Lo recuerdo con una sonrisa en los labios,
con un corazón alegre por haberlo conocido.
O no. Y sonrío por no haber tenido la oportunidad
de continuar viéndolo,
porque a veces la trastienda no es buena.
Con lo que fue, fui feliz.
Y no es que tenga la mente adormecida,
la tengo lúcida como aquel primer día
que me acompañó al salir del café hasta la puerta de mi casa,
un edificio de departamentos de catorce pisos.
No hubo indecencias, no fue un mal tiempo.
Y es por eso que quedan hermosos recuerdos
sin llantos ni arrepentimientos.Malania
Imagen: Gentileza de Mariana
DESPUÉS DE LA LECTURA DEL POEMA DE LEONARDO
BREVE RESEÑA Y APRECIACIÓN PERSONAL.
Desde muy joven me ha atrapado la lectura. He “devorado” letras de todos los tamaños, todo tipo de contenido de revistas, diarios, libros. Y lo sigo haciendo. La pasión por la escritura llegó luego, por añadidura.
Sobre todo la poesía con su correspondiente métrica y rima me ha cautivado. Pero luego entendí que no solamente ese tipo de poesía era relevante sino la poesía libre y los poemas. Así como en el año 2005 me ayudó a salir a flote luego de la pérdida de mi querido esposo, hasta hoy día, leer y escribir para mí, – como estoy segura que para muchos-, sirve de terapia alternativa para vivir mejor y sentirme feliz.
Esta vez ha llegado a mis manos el Poemario de Leonardo Pereira Meléndez.El contenido de este Poemario me hace afirmar una vez más que las realidades de cada poeta son diferentes así como sus fuentes de inspiración, eso creo que lo sabemos todos.
Entiendo que hay un emisor y un receptor en cada mensaje, en cada obra, y la forma de plasmarlo muchas veces puede depender de la intención que tenga el emisor. Y los diferentes receptores pueden recibirlo con interés o con indiferencia. Puede o no impactar de una u otra forma en el corazón y hasta en la razón.
Cuando comencé a leer el Poemario, pensé en su manera de expresar a corazón abierto quizás su historia de vida, algo que le ha pasado. Pero después me llevó a pensar en el contenido profundamente sensual y sexual y me pregunté: ¿Hay necesidad de expresar por escrito en un Poemario todas esas cosas?
Doy ejemplos:- “me sumerjo en medio de tus piernas
a lamer lo que extraño”.
– “ donde tú puedas alzar tus pezonessin pasos ausentes.
No más noches sin ti
Tócame
Aquí, justo aquí”…
Ya iba a dejar de lado el Poemario porque no soy de las que gusta exteriorizar sentimientos, – para mí esas cosas de alcoba o de otros sitios, son íntimas y muy privadas y no necesitan ser compartidas- pero “algo, un no se qué” me instó a continuar leyendo. Y ahí encontré algo que me identifica en su escrito, y es esa forma de soñar y de sentir…
Ejemplo: “En esta tarde de lluvias, en silencio y no – silencio, silenciosamente, eres tú la que me acompañas.
Pese a la distancia aquí estás conmigo.
El viento que golpea mi rostro es tan fuerte como tu recuerdo.
Mientras febo se oculta y el olvido me circunda,
en silencio yo hago burbujas de destiempo”.
Y esta otra:
– “Adán no conoció el paraíso /de tus labios.Nunca más diré que Dios no existe”.
Y pese al poco tiempo que contaba para continuar leyendo, no me arrepiento, porque me ha gustado tanto el resto del contenido que hasta me llevó a buscar la biografía del autor para saber a ciencia cierta quién era y quién es Leonardo Pereira Meléndez, un destacado Escritor venezolano.
Pude sacar una vez más la conclusión de que nunca hay que juzgar nada ni a nadie a la primera vista, sino darse el tiempo de ver las cosas con más detenimiento y precisión. Este bello Poemario lo merece.
Gracias Sira Vargas de Biheller por enviarme tan valioso y preciado documento como lo es el Poemario de Leonardo Pereira Meléndez.Imagen de la red.
Malania Nashki
ENTRE AMIGAS
El pasto verde del parque se extendía como un tapiz bajo el brillante cielo azul de un día soleado. Tres perras corrían felices, cada una con su propia personalidad, pero todas compartiendo un mismo objetivo: la pelota.
Una labradora marrón, juguetona, llamada Siberia, era la más grande del trío. Con su energía desbordante, saltaba y ladraba, intentando llegar primero a la pelota. Su pelaje relucía al sol mientras corría con determinación.
A su lado, la perra blanca dorada, llamada Himalaya, rápida y astuta. Con su cola ondeando, se escabullía entre las patas de las otras dos, buscando la oportunidad perfecta para hacerse con la pelota. Su ladrido agudo resonaba en el aire mientras jugaba con la agilidad de una gacela.
Por último, estaba la más pequeña, una bulldog francés llamada Mumbai. Aunque no era la más rápida, su estrategia era brillante. Se sentaba con calma, observando a sus amigas mientras corrían, esperando el momento ideal para actuar. Con un resoplido característico, se lanzaba de repente hacia la pelota cuando veía que las otras estaban distraídas.
Las tres perras jugueteaban, persiguiendo la pelota que rodaba de un lado a otro, llenando el aire con ladridos de emoción. Cada una creía que podía ser la primera en atraparla, pero la pelota parecía tener vida propia, escapándose de sus patas en el último momento.
Finalmente, en un movimiento inesperado, Himalaya se lanzó en picada, logrando llegar a la pelota antes que las otras dos. Con un salto triunfal, la tomó entre sus dientes y comenzó a correr, riendo en su propio idioma de ladridos.
Pero Siberia y la pequeña, aunque sorprendidas, no se detuvieron y velozmente se le acercaron para disputar el balón.
La astucia de las tres hizo reír a los que las observaban. Y entre risas y ladridos todo fue diversión compartida entre amigas.
Cuando se cansaron, corrieron en busca de agua para beber, oportunidad que tuvieron sus dueños para esconder la pelota.
Felices, terminaron tiradas en el pasto dominados por el sueño.Malania
Imagen: N. G.
TUMBANDO CAÑA
Bella Unión es una localidad al norte de mi país, la República Oriental del Uruguay.
Tiene frontera con Brasil y Argentina, lugar donde tres pueblos, países se unen en gran hermandad.
En dicha localidad está presente la plantación y cosecha de la caña de azúcar.
También su ingenio azucarero, antes se llamaba CALNU hoy en manos del estado ALUR.
Bueno, vamos a lo que les quiero contar, el trabajo en la caña de azúcar.
Es común de mayo a Noviembre entre frío y calor ver al cortador pasar.
Explico mejor, en mayo ya estamos en otoño en mi país para luego el invierno a fines de junio se hace presente y ya por noviembre casi al fin de la primavera finaliza lo que llamamos Zafra.
Se puede ver a eso de las cuatro de la mañana pasar al cortador de caña que en la zona se le suele decir Peludo.
¿Tan temprano a trabajar? querrán saber, bueno es para aprovechar el día y cuanto más corten más podrán ganar en dinero mensualmente.
A ellos no les importa si el invierno viene con mucho frío, o si el fin de Zafra es muy caluroso con altas temperaturas más bien tropicales.
Llevan su ropa toda tiznada, su machete y demás herramientas para derribar la caña.
Dicha profesión además de insalubre tiene sus peligros por lo que se puede encontrar dentro de la plantación (Yara, que es una víbora muy venenosa y otros animales e insectos que puede traer problemas de salud).
Lo cierto es que se los puede ver a los Peludos tumbando caña todos los días algunos trabajan hasta 10h diarias mientras el físico permita.
Surco, mono es común escuchar, el primero es lo que está marcado para cortar, mono es lo que arma el cortado para cargar y llevar a pesar que su peso alcanza más de cincuenta kilos casi siempre.
Es un trabajo sufrido, muy dañino para el cuerpo, muchos terminan con problemas físicos y dolores, común problemas de salud.
Tumbando caña ves al Peludo pero, no es para nada fácil su trabajo, muchos van por la necesidad a la caña de azúcar.
Seguro en Bella Unión verás pasar a ese cortador de caña, al famoso Peludo cruzando alguna calle rumbo a alguna plantación.
Admíralo y no lo critiques
Autor: Poeta uruguayo Miguel MárquezImagen: Miguel M.